Diego Gronda: «La luz de Madrid me vigoriza; para mí es como tomarme un espresso doble de café»
COLONOS
Aunque ha conocido la evolución urbana desde 2005, no quiere que el éxito acabe por abrumar a la capital
Cristóbal Toral: «Velázquez, El Greco y Goya sí que han sido mis contertulios favoritos en Madrid»
![El arquitecto, en el jardín de su domicilio](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/08/08/diegogronda-RFTRVC3pGmrl8GEjS4WwzJO-1200x840@abc.jpg)
Diego Gronda, prestigioso arquitecto bonaerense, recibe en su casa, una joya de tantas escondidas que guarda aún Madrid. Suyo ha sido el esfuerzo de mantenerla, renovarla, hasta el punto de idear un sistema donde los aparatos de aire acondicionado no estén a la ... vista.
Autor de hoteles que suponen hitos constructivos, Gronda ha perdido el 'voseo' y conoce muy bien Madrid, del que le enamoró la luz y el agua. Sabe que el 'skyline', eso de ver Madrid desde las alturas y alabarlo, es algo que ya no pertenece a su generación, que es física, y no tanto digital.
Ese cambio de paradigma lo tiene en mente, y aunque no quiera pecar de conservador, entiende que la ciudad pasa por un momento de éxito, aunque reza porque no se pierda lo popular madrileño: lo que le da a la capital su identidad frente a otras ciudades que se han puesto de moda y han acabado por deshumanizarse, por quedarse sin magia. Junto a su perro Byron posa en su domicilio en lo que los directores de fotografía llaman la hora bruja, un instante previo al atardecer. Mágico. Luego, ofrece una instantánea más antigua, de José Salto. Ya anochecía.
—La primera en la frente. Madrid ahora. Ya.
—Lo que me asusta es el éxito que está teniendo últimamente. Me da temor cuando no veo a ningún español. No se puede estar por el 'statu quo', pero me encanta que siga siendo una ciudad popular, que no se ponga de moda. Porque las modas destrozan las ciudades. Barcelona se puso de moda, y la destrozaron. Tanto turismo abruma a las ciudades y les quita la magia.
—Hablando de magia, veo que pondera bastante la luz de Madrid.
—Madrid tiene la mejor luz y el mejor cielo, y de lejos. Como creativo, cuando me despierto después de acabar cansadísimo del día anterior, ese aire seco, esa luz, me vigoriza. La luz de Madrid es como tomarme un doble expreso.
—¿El madrileño tipo es consciente del potencial de su luz?
Yo creo que sí, si vamos a lo más básico ahí está el dicho 'De Madrid al cielo'. Esa conexión con el cielo viene de antiguo.
—Y del cielo al suelo. O casi. Hay que conversar sobre la arquitectura de la capital.
—Cuando leí el reportaje sobre las joyas arquitectónicas del XIX, pensé en las del XX, esas sí que están ocultas. Esta casa podía haber sido derruida, y eso que es obra de Francisco de Asís Cabrero.
—Todo es evolución. Como la ciudad.
— Yo llegué en 2005 a un Madrid gris, con esa energía cheli maravillosa, pero gris. Madrid se ha vuelto cosmopolita, que no lo era entonces. Madrid se ha dado cuenta que el diseño empieza a hacer la vida de todo el mundo más agradable. Cuando vine me dedicaba a la arquitectura y sobre todo a diseñar hoteles y restaurantes, recuerdo que me decían que un restaurante bien diseñado es un restaurante donde se come mal. Pensé que era una broma y me di cuenta, testeando el comentario, de algo que me chocó; la gente lo decía muy en serio. Y ahí algo de verdad había, porque los dos o tres lugares de diseño no eran establecimientos particularmente conocidos por su buena comida. Y ahora creo que hay lugares absolutamente maravillosos, donde se puede comer bien, tanto modernos como clásicos.
—Cualquier cambio puede implicar derribo y nuevas construcciones.
—Si yo tuviese que pensar en una ciudad que no la han destrozado, ésa es París. Ahora, tiene una reputación, una fama, de que te quieren echar continuamente, por más que sea una de las urbes más bonitas del mundo.
—La postal de París la tenemos grabada en el hipotálamo. ¿Qué hay del 'skyline' madrileño?
—'Skyline' es un concepto muy del siglo XX, que nosotros nos enamoramos del 'skyline', con la Estatua de la Libertad y las Torres Gemelas. Aunque la línea del cielo para las nuevas generaciones no significa absolutamente nada, porque son más digitales que físicos. Nosotros somos analógicos,
—Respecto a lo físico, le pido un sabor puramente madrileño.
—Mira, te voy a dar una respuesta que suena un poco absurda, pero para mí Madrid es el agua. El agua de Madrid es un paralelo perfecto a su aire. Esa transparencia, esa pureza. También confieso que donde aprendí a saborear el pescado fue en Madrid.
—Vuelvo a un elemento. El agua. Habiendo vivido en Nueva York y en Buenos Aires, con un río que es casi mar, ¿siente que le falta ese horizonte 'marino'?.
—Yo necesito estar en contacto con el agua, de ahí la piscina que ves. Lo que hicieron en Madrid Río me parece espectacular. Ahora, que yo le añadiría un par más de metros cúbicos al Manzanares, que por temas de sostenibilidad no se puede. Aunque también disfruto mucho del lago de la Casa de Campo.
—Como porteño, ¿qué semejanzas hay entre Madrid y Buenos Aires?
— Buenos Aires tiene muchísimos rincones de Madrid, sería incorrecto decir lo contrario, lo único que yo le puedo decir que le falta a Madrid es lo que te he comentado, una lámina de agua.
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—Antes ha mencionado el éxito de Madrid. ¿Cuál es el secreto?
El éxito de Madrid viene por su gente. Por la energía de la gente. Aparte, Madrid tiene la posibilidad de ir descubriéndola, de poco a poco. Y es que no es tan heterogénea como Manhattan.
—Usted trabaja en casi todos los puntos cardinales y, sin embargo, su residencia es madrileña. Alguna motivación importante habrá.
—Mira, yo me siento muy cómodo en Madrid, la veo como mi base, y mi trabajo me lleva a viajar continuamente a Asia, Medio Oriente, por Europa, ahora empezamos a trabajar en Bahamas. Como base, y en la etapa de mi vida profesional en la que estoy, Madrid me parece fundamental, aunque no descarto pasar temporadas en otras ciudades. Creo en el contraste. Si me quedara siempre en Madrid, me aburguesaría.
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