Cartas bomba, explosivos y ataques biológicos: 104 amenazas reales en dos años desactivadas por el Tedax
ABC asiste a una formación real de artificieros de la Policía Nacional
Los ataques islámicos, a embajadas, empresas y ministerios son los casos más actuales
![El robot del Tedax trabaja en un coche con explosivos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/26/tedax-principal-R116d49cjJywpNi0GhmXQDI-1200x840@abc.jpg)
Los terrenos del Tedax-NRBQ en la Comisaría General de Información, dentro del complejo policial de Canillas, son un ir y venir de agentes que, desde primera hora de la mañana de este martes, se arremolinan en torno a dos coches sospechosos. La noche anterior, el equipo ha realizado un registro en el domicilio de unos radicales islámicos en un barrio de Madrid y han descubierto que tienen material explosivo en algún punto cercano. Es así como han llegado a los dos vehículos marcados, aparcados en la calle. Con esa información previa, es la hora de que estos hombres y mujeres comiencen a trabajar con manos y cerebros de cirujanos para extraer las potenciales bombas de los turismos.
Así es como comienza una de las prácticas del actual curso de ingreso en esta especialidad. Es la formación propia más larga en el Cuerpo Nacional de Policía, 18 meses. Esta fría mañana, los uniformes españoles se mezclan con otros dos más oscuros, de Chile. Son jóvenes policías del país andino que se han sumado a la instrucción. «Somos referencia internacional -explica un inspector al mando-, formamos a policías de otros países, y en Linares están también de Marruecos. En su día, tuvimos a agentes de Portugal, Costa Rica, Bolivia, Colombia…».
España estrenó la unidad de artificieros para la desactivación de explosivos en 1975, hace 48 años, cuando el terrorismo de ETA se empezaba a cebar también con la población civil. Ahora, el reto mayor no es la banda asesina vasca, sino, principalmente, el yihadismo. España, recuerdan, sigue en alerta 4 reforzada por el peligro de atentados islamistas. «De hecho, las mayores incidencias actualmente tienen que ver con registros del tipo de la práctica de hoy», remacha este experto policial, con 34 años en el Tedax a sus espaldas.
A fuerza de vidas segadas por las bombas, el Cuerpo español se ha hecho experto, en el último medio siglo, en estas labores en las que siempre se juegan el pellejo. Tanto es así, que Brasil, tras arrebatar a Madrid los Juegos Olímpicos de 2016, solicitó la ayuda de los agentes españoles para reforzar la seguridad en Río de Janeiro: «Estuvimos varias veces en distintos estados para formar a los policías de allí. Lo último ha sido el mundial de fútbol de Qatar, donde hemos estado allí fijos 20 compañeros, durante casi un mes y medio».
Y no será porque aquí no haya también trabajo. Entre 2022 y 2023, el Tedax-NRBQ ha tenido que afrontar 104 incidencias reales y de lo más variopintas. Pero muy peligrosas. Estas son las fundamentales, según los datos a los que ha podido acceder ABC: en 2023 son 35 incidencias de artefactos reales reglamentarios (ARR), como artillería y armamento, y 2 casos reales de explosiones en cajeros automáticos. En 2022, fueron 55 con ARR; otras dos de cajeros, y cuatro incidencias con artefactos explosivos postales en Madrid. Se refieren a la explosión en la Embajada de Ucrania, en la que un empleado resultó herido al abrir un paquete que estaba revisando. Era una bomba improvisada, posiblemente en una caja de madera con un dispositivo de activación mecánico al abrirla.
El 1 de diciembre, en la base aérea de Torrejón, los especialistas en NRBQ (riesgo nuclear, radiactivo, biológico o químico) intervinieron un envío postal similar al de la embajada, que fue desactivado. Ese mismo día, otro paquete parecido llegó al Ministerio de Defensa, y también esa jornada, ocurrió algo parecido en la Embajada de Ucrania. Eran obra del 'unabomber' español, quien realmente era Pompeyo G. P., un jubilado de 74 años de Burgos. Fue detenido, en el marco de la operación Konvert ('sobre', en ucraniano) en enero de este año en su vivienda de Miranda de Ebro, donde almacenaba más material explosivo y símbolos que reflejaban su nostalgia por la URSS.
![Imagen principal - Un policía, con el traje de protección, se acerca a un bidón en el que hay material bioquímico. Dos compañeros ayudan a vestirse a un Tedax antes de acudir a desactivar un explosivo. Y una agente controla el robot del Tedax a distancia](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/26/traje-azul-U48747643568hdE-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Un policía, con el traje de protección, se acerca a un bidón en el que hay material bioquímico. Dos compañeros ayudan a vestirse a un Tedax antes de acudir a desactivar un explosivo. Y una agente controla el robot del Tedax a distancia](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/26/traje-tedax-U43561106313XaG-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Un policía, con el traje de protección, se acerca a un bidón en el que hay material bioquímico. Dos compañeros ayudan a vestirse a un Tedax antes de acudir a desactivar un explosivo. Y una agente controla el robot del Tedax a distancia](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/26/ordenador-tedax-U38557012642Edv-278x329@abc.jpg)
Ya en diciembre, llegaron seis sobres con restos biológicos: tres, de nuevo, a la Embajada de Ucrania, 2 a la empresa Oracle y uno más a Tesla, todos en Madrid. Sin embargo, lo habitual es que la mayoría de los avisos queden en amenazas falsas. Veamos un histórico, a nivel nacional: desde 1975 a 2023, se han dado parte de 428.547 incidencias, de las que fueron reales 20.108: 4.713 de carácter terrorista; 7.475 ARR; 2.060 NRBQ, y 7.083 correspondientes a artefactos incendiarios, pirotecnia, delincuencia común, registros, requisas, incendios y colaboraciones. Se da la circunstancia de que 2004, año de los atentados del 11-M, fue el que registró más avisos (22.526), pero solo fueron reales 395.
Las falsas amenazas de bomba o de ataques biológicos están a la orden del día. Solo en las últimas semanas se han registrado tres, dos de ellas en Metro y Cercanías, y la primera, en un edificio donde minutos antes había estado una delegación de la OTAN, en pleno centro de Madrid. «Mientras que las alarmas en el transporte público se afrontan con una inquietud importante hasta que se verifica que no son positivas, los envíos con supuestos agentes biológicos son más laboriosos. Aunque nosotros podemos hacer un test rápido sobre una muestra de la sustancia, el resultado real es el que nos dan en el laboratorio del Instituto de Salud Carlos III, de Majadahonda. Estos sucesos crean una alarma en la persona que ha estado en contacto con la sustancia, generan ansiedad y miedo, sobre todo a raíz del Covid. Pero al final suelen ser Cola-Cao, azúcar… Y, en cuanto a quienes están detrás de esas falsas alarmas, pueden ser desde clientes descontentos con una compra que han hecho en la empresa amenazada a un empleado descontento», manifiesta el inspector.
En el apartado humano, esta Unidad de la Comisaría General de Información cuenta con casi 300 agentes, 60 en la sede central de Canillas. El resto está repartido en 28 equipos por toda la geografía española. Entre los requisitos indispensables están llevar al menos dos años en el Cuerpo y pasar unas pruebas psicológicas que muestren la estabilidad emocional del candidato: «No debe hacer huidas hacia adelante, debe saber gestionar crisis, no perder los nervios, tomar decisiones y trabajar en equipo», explica el instructor del curso. Luego, están las 22 asignaturas que se evalúan en 18 meses, desde Biología a Química, pasando por Radiología, Descontaminación, Material Tedax y NRBQ; asuntos sobre artefactos, artificios, explosivos, riesgos laborales, jurídico… No suelen partir de cero: «Los policías ahora están muy preparados, con carreras universitarias. En la unidad tenemos a químicos, bioquímicos, físicos nucleares o ingenieros de minas».
En lo material, es fundamental el robot Aunav, del que hay 33 unidades en toda España. Llevan cinco cámaras y lo maneja un operador del Tedax desde una furgoneta, a bastante distancia, para no arriesgar. Es el encargado, con la pericia de quien está a los mandos, de esa cirugía en que consiste inspeccionar un amasijo de hierros en busca de una bomba que, en cualquier momento, puede hacer volar todo por los aires.
Finalmente, una de las cosas que más han cambiado a lo largo de estas cinco décadas ha sido la manera de realizar las amenazas de bomba. Antes, era la típica llamada desde una cabina telefónica. «Ahora, se dan más en las redes sociales, como Twitter: 'Se va a atentar contra el metro de Madrid', por ejemplo. Fijan un objetivo, pero no sabemos entonces concretamente cuándo va a ser», sentencia el policía. Como dice el lema del Tedax: «El primer error es el último».
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