Ayuso se enfrenta a una triple oposición más endurecida y bronca en la Asamblea de Madrid
El PSOE regional se juega su crecimiento en los próximos meses en medio del recelo de Más Madrid, mientras que Vox busca de nuevo su relevancia con una crítica «férrea» a la presidenta regional
La portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid pide autonomía frente al poder absoluto del sanchismo
![Isabel Díaz Ayuso, frente a Manuela Bergerot, Mar Espinar e Isabel Pérez Moñino en la Asamblea](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2025/02/09/asamblea-madrid-RfhXr9eACXdIJTXCSYynOZO-1200x840@diario_abc.jpg)
Parecía que las broncas en la Asamblea habían tocado techo, pero el reanudado curso político, tras el paréntesis navideño de enero, promete aún más tensión política y más pelea en el barro en una especie de todos contra Isabel Díaz Ayuso. Y 'todos' son ... los tres grupos de la oposición, Más Madrid, el PSOE y Vox, que se han lanzado a endurecer de manera significativa su ofensiva contra la presidenta regional cuando la legislatura se acerca a su ecuador y las estrategias tienen que afinarse ante el próximo ciclo electoral.
El PP, que intenta frenar la presión haciendo uso de su mayoría absoluta en los distintos órganos del Parlamento regional, ha denunciado una 'pinza' formada por la izquierda y Vox para tratar de desgastar a la presidenta. La izquierda sueña con movilizar de forma masiva a su electorado mediante un combate político cada vez más polarizado, mientras que Vox aspira a volver a ser relevante en la región, y para ello necesita que el PP pinche.
Desde que Óscar López tomó los mandos del PSOE de Madrid prometió un discurso más agresivo contra Ayuso. Lo bautizó como 'izquierda valiente', que en realidad consiste en borrar la etapa de Juan Lobato como si nunca hubiera existido –«no le voy a dedicar un minuto», dijo la semana pasada– e impregnar de sanchismo todo el discurso de los socialistas en la región, de arriba abajo. Algo que se traduce en situar a Ayuso en el foco permanente de sus ataques, tanto en el plano político como en el personal de su entorno.
Ayer mismo volvió a referirse a la presidenta como representante de la «ola internacional ultra» en Madrid. Y la semana pasada, cuando se supo que el hermano de Pedro Sánchez había renunciado a su puesto en la Diputación de Badajoz, puso el foco en su blanco preferido: «Mientras la máquina del fango actúa contra gente inocente, la señora Ayuso y su pareja están fumándose un puro en un ático opaco pagado supuestamente con comisiones», escribió en las redes, dentro de la cuenta que utiliza como ministro y como secretario general del PSOE.
Ese mismo día, mientras López ejercía su oposición desde su cuenta de ministro en 'X', el delegado del Gobierno de Sánchez, Francisco Martín, se reunía en la Delegación del Gobierno con la nueva portavoz del Grupo Socialista en la Asamblea, Mar Espinar. Lo llamó «reunión institucional», aunque esos encuentros no los ha mantenido con otros portavoces. También en esa jornada, Martín se reunió en la Delegación con el nuevo responsable de Seguridad y Emergencias del PSOE de Madrid, Javier Castillo, en una simbiosis perfecta del tercer partido de la región con el Gobierno.
En el Pleno de ese jueves, Espinar se había estrenado como portavoz con una exigencia muy concreta para Ayuso: un debate frente a Óscar López. La portavoz del PSOE había pedido a su jefe de filas «autonomía política» para ejercer su labor en la Asamblea. «Va a ser que no», comentaron fuentes socialistas. Esas fuentes señalaron que la número dos de López, Pilar Sánchez Acera, controla la actividad del Grupo parlamentario y los discursos con «mano de hierro» para dirigir el mensaje con precisión contra la presidenta.
Hay tres asuntos que los socialistas están utilizando de forma recurrente para tratar de atacar a Ayuso: los muertos en las residencias durante la pandemia, la situación de su novio, investigado por un presunto fraude fiscal y falsedad documental, y el uso de su ático, a través del cual pretenden involucrar a Ayuso por beneficiarse de ese supuesto fraude.
Movilizar a la izquierda
El ataque directo a Ayuso es, para López, básico para movilizar al electorado de izquierda. A su juicio, este es mayoritario, pero está desactivado en esta comunidad por la 'antipolítica' de Ayuso. En ese afán, el PSOE quiere erigirse como principal partido de la izquierda madrileña y ahí choca de frente con Más Madrid, que acusa a los socialistas de copiar buena parte de su discurso y de sus medidas.
Los próximos meses serán decisivos para que el PSOE compruebe si su nueva estrategia, mucho más beligerante contra el PP y alejada de cualquier intento de entendimiento, cala entre los madrileños o se atasca como tercer partido de la región. Los socialistas tienen como reto presentarse como alternativa de Ayuso, pero antes deben superar a Más Madrid, y este ha optado por marcar bien su terreno y sus banderas para no dejárselas arrebatar por el PSOE.
Siempre van un paso más allá que los socialistas. Si estos critican a Ayuso por no su novio, Más Madrid llama a la presidenta 'la Quironesa' y elevan el nivel de ruido para que se compruebe, aunque sea a base de decibelios, que en la oposición mandan ellos como primer partido de la izquierda. Su bronca continua del último Pleno logró dejar en un segundo plano a los socialistas.
Mientras Más Madrid y el PSOE compiten en la izquierda por ver quién es más implacable y más corrosivo contra Ayuso, la presidenta regional tiene otro frente abierto por la derecha, con sus antiguos socios de Vox. Su portavoz, Isabel Pérez Moñino, cogió fuerzas en las vacaciones navideñas y a la vuelta, tras reunirse con la presidenta, anunció una oposición férrea desde ese momento, sin contemplaciones. Su discurso pasa por equiparar al PP y al PSOE –«son lo mismo, Ayuso es una estafa»– y por atacar sobre todo en el terreno de la inmigración ilegal, pero a Vox le valen otros asuntos para denunciar esa supuesta 'coalición' entre populares y socialistas, incluso con la ley de Memoria. El choque entre PP y Vox se está viendo con claridad en la Comisión Begoña, donde el partido de Abascal sospecha que hay un pacto oculto de las otras formaciones políticas nacionales para evitar que pueda citar a Pedro Sánchez.
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