El asesino confeso de los tres hermanos de Morata de Tajuña los mató a golpes y quemó los cadáveres
Dilawar Hussain Fazal Chouhdary, paquistaní, de 42 años, confesó su crimen el pasado domingo
Fin al triple crimen: la venganza de Dilwar cocinada en la cárcel contra los Gutiérrez Ayuso
Dani, el Negro, el asesino confeso, ahora se desdice del crimen: «Las avisé varias veces. Me han dejado arruinado»
Dilawar Hussain Fazal Chouhdary, paquistaní, de 42 años, hacía su vida, como si nada. Así durante las últimas semanas, desde que salió del número 3 de la calle Travesía del Calvario (en la localidad de Morata de Tajuña) un día de diciembre. Acababa entonces, según revelaría el domingo por la noche a los agentes, de matar a golpes a los hermanos Gutiérrez Ayuso; Amelia (68 años), a quien ya había agredido hasta en dos ocasiones; Ángeles (70), la segunda en edad pero a merced siempre de lo que manda Amelia; y Pepe (72), con una discapacidad intelectual y dependiente de ambas. La autopsia ha confirmado este extremo.
Los agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil analizaron la escena. Otra de tantas, con la particularidad (en realidad, cada crimen tiene algo de particular) de que los tres cuerpos que tienen ante sí presentan signos de violencia. El suicidio colectivo se descartó de inmediato, también el fratricidio. Nadie puede asesinar primero, quitarse la vida después y terminar apilando los cuerpos, el suyo y el de sus hermanos, quemados parcialmente para intentar borrar las trazas del crimen. A simple vista, es un homicidio de libro, quizá improvisado en la ejecución, pero tocaba esperar a la autopsia.
El detenido, apodado 'El Negro de Morata', se presentó de forma voluntaria el pasado domingo el cuartel de la Benemérita de Arganda del Rey, reconociendo su participación en las muertes de los tres hermanos.
El crimen lleva adjunto una rocambolesca historia amorosa de las dos hermanas. En el pueblo, un vecino casi clava el suceso. Habla de los miles de euros (hasta 400.000) enviados a dos perfiles falsos de Facebook, primero Amelia, enamorada desde hace siete años de un supuesto militar estadounidense destinado en Afganistán; y después Ángeles, embaucada por un 'amigo' del anterior.
El ruido de la estafa es tal, que llega a tapar en parte lo mollar de la investigación; a excepción, eso sí, del gato y el ratón, que ya siente la presión en el cogote. El Grupo de Homicidios bucea en la vida de las víctimas, las coloca en la pizarra, y aparta de inmediato a Pepe. Con Ángeles tardan un poco más, aunque pronto descubren que la pieza troncal depende de Amelia. Manejan dos atestados, uno del 10 de enero de 2023, en el que se recoge la bofetada de Dilawar Hussain a la menor de los hermanos, sin que esta finalmente llegase a denunciar. Y un segundo, del 24 de febrero de ese mismo año, que acabaría con él durmiendo entre rejas.
Ese día, el asesino confeso esperaba en la casa de los Gutiérrez Ayuso, en la que residía desde hacía unos cinco meses, a que llegaran las dos mujeres, Amelia y Ángeles. Estaba alterado y nada más escuchar ruidos en la puerta decidió actuar. Según la sentencia, Dilawar golpeó con un martillo a su víctima en la cabeza hasta hacerla caer al suelo; en total, tres impactos y una última patada. Tras ser detenido, un juzgado de Arganda del Rey dictó contra él prisión provisional comunicada y sin fianza, resolución que confirmaría después la Audiencia Provincial. Siempre fue el principal sospechoso de este escabroso crimen en Morata de Tajuña.
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