Las madres de la Constitución reivindican su vigencia y dan una lección de consenso
El Congreso homenajea a las diputadas y senadoras de la legislatura constituyente la víspera del 46º aniversario de la Carta Magna
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![La presidenta del Congreso, Francina Armengol, en el centro de la imagen, en el homenaje a las diputadas y senadoras de la legislatura constituyente](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/05/homenaje-madres-constitucion-Rmzsz7F1cD1rlWyitMClIpL-1200x840@diario_abc.jpg)
El transcurso de los años es quizá la mejor herramienta para mirar hacia atrás y medir, para bien o para mal, el eco de las acciones pasadas en las generaciones presentes y futuras. Sin duda, muchas mujeres, diputadas y senadoras hoy en las Cortes Generales, ... tienen cosas que agradecer a Teresa Revilla, María Izquierdo Rojo, Dolores Calvet, Belén Landáburu y Carlota Bustelo. Ellas cinco han sido este jueves, en un sentido homenaje celebrado en la sala Constitucional del Congreso de los Diputados (y Diputadas), la voz y la representación de veintisiete parlamentarias que pusieron su granito de arena, entre 1977 y 1979, en la elaboración de la Constitución y la celebración de las primeras elecciones constitucionales.
En la sala, presidida por la imagen de los siete padres de la Carta Magna, los hombres que formaron parte de la ponencia que debatió milimétricamente, letra a letra, el contenido de la actual Constitución —que este viernes cumple 46 años—, hoy eran ellas las que hablaban. Lo han hecho ante una nutrida presencia de autoridades, en un acto encabezado por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, al que han asistido la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el titular de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, así como los portavoces de los dos principales grupos parlamentarios, Miguel Tellado (PP) y Patxi López (PSOE), junto a diputados de diversas formaciones. Solo Vox se ha negado a participar, porque considera que no se puede celebrar nada junto a quienes se dedican a «pisotear» el espíritu constitucional.
Ausencias aparte, este jueves la sala Constitucional ha sido testigo de otra forma de hacer política: una donde lo común, aquello en lo que se está de acuerdo, se plantea como la meta a conquistar entre todos, sin enredarse en discrepancias ni lodazales de insultos. Por eso Revilla (UCD y después PP), Izquierdo Rojo (PSOE), Calvet (PSUC), Landáburu (senadora de designación real) y Bustelo (PSOE) se han puesto de acuerdo en lo fundamental: la vigencia de la Constitución, su carácter constructivo y la importancia de buscar el ahora tan denostado consenso.
Tras un breve reconocimiento de Armengol, en un ambiente donde se respiraba emoción y agradecimiento, ha tomado la palabra Julia Sevilla, autora de 'Las mujeres parlamentarias en la legislatura constituyente' (2007), quien ha hecho las veces de moderadora y ha ido cediendo el turno a las protagonistas. La primera en hablar ha sido Revilla, la única mujer que formó parte de la Comisión Constitucional durante el debate de la Carta Magna, quien ha dicho que se afilió a UCD cuando empezó a decirse que se iban a celebrar elecciones constituyentes y que, pese a que su partido le puso en un puesto en el que pensaba que no iba a salir, resultó elegida diputada.
Todavía tuvo que pelearse con Leopoldo Calvo-Sotelo, quien después fue presidente del Gobierno, cuando se enteró de que no se había incluido ni una sola mujer en la Comisión Constitucional. Le dijo que era «una vergüenza» y lo convenció. Hubo una; ella. «Mi idea era la igualdad entre hombres y mujeres y conseguir que España conociera la democracia», ha rememorado, con una mezcla de nerviosismo y orgullo. Armengol, a su lado, le apretaba el brazo emocionada.
Después ha continuado Izquierdo Rojo, que venía preparada con un grueso taco de folios que constituía toda una declaración de intenciones. «La Transición se hizo sin partitura, la democracia era un anhelo, pero millones de españoles no sabían exactamente qué era», ha recordado, tras subrayar cómo las mujeres llevaban más de cuarenta años completamente excluidas de la vida pública. Pero al contrario que sus compañeras, Izquierdo Rojo ha dedicado un capítulo de su intervención a abordar el presente, sucintamente, para dedicar una suave reprimenda a la clase política actual.
«La Constitución del 78 contiene un mandato constructivo a más no poder. Quienes trabajan con tanta polarización no se enmarcan en la Constitución»
María Izquierdo Rojo
Diputada del PSOE en la legislatura constituyente
«Este método de consenso, de colaboración, de mutuo acuerdo, dio muy buenos resultados. Ahora parece que esto se ha olvidado. El presente político, lleno de agresiones, de violencias verbales y psicológicas, agria el clima político hasta hacerlo irrespirable. Atacan la dignidad de la persona, desacatan las autoridades. Nada de esto es constitucional ni persigue la Constitución. La Constitución está hecha para situarse en el centro político. Sus artículos son constructivos. La Constitución del 78 contiene un mandato constructivo a más no poder. Quienes trabajan con tanta polarización no se enmarcan en la Constitución», ha dicho la que fuera diputada socialista. Quien quiera entender, que entienda.
Calvet, que ha prometido ser mucho más breve —no era difícil—, ha advertido que los derechos conquistados no son «inamovibles» y ha lanzado un aviso: «No es verdad que no puedan volver atrás. Nos preocupan ciertos colectivos que intentan volver atrás ciertas reivindicaciones». Landáburu, que fue una de las dos mujeres que hubo entre los cuarenta senadores por designación real de don Juan Carlos en aquella legislatura constituyente —una figura que no existe desde la entrada en vigor de la Constitución y las elecciones de 1979—, ha tenido que improvisar, porque no traía papeles preparados, pero ha venido a reivindicar lo complicado que era hacer feminismo en el franquismo.
'The New York Times'
«Para mí, que nací en el año que nací, no podía hacer otra cosa que trabajar para que España se transformara», ha dicho Landáburu, quien ha relatado que, todavía en las Cortes franquistas, consiguió un cambio legal para que la mayoría de edad de las mujeres, que estaba fijada en los veinticinco años, se igualase con la de los hombres a los veintiuno. Corría el año 1972 y 'The New York Times' recogió en sus páginas la conquista, según ha señalado. Después, en el debate constituyente logró que se aprobase una de las muchas enmiendas que presentó, para que se reconociese que el hombre y la mujer pueden contraer matrimonio en plena igualdad jurídica para los cónyuges. Ese es hoy el artículo 32 de la Constitución.
Bustelo, sentada frente al palco desde el que han hablado el resto, ha sido breve, pero ha coronado la emotividad de la jornada con un mensaje para sus antiguas colegas y adversarias políticas. «Estar aquí otra vez, naturalmente, me emociona. Me gusta ver a mis antiguas compañeras, que, desde luego, hicieron cosas mucho más importantes de las que entonces pensamos». Todavía quedaba la sorpresa final y es que Armengol ha desvelado la instalación en la sala Constitucional de una placa en su honor. Los siete padres de la Carta Magna seguirán presidiendo la estancia, pero ahora habrá un lugar guardado para veintiuna diputadas y seis senadoras de aquellas Cortes constituyentes. Fueron las primeras de muchas.
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