Guerra abierta del PP nacional contra Vox para marcar distancia tras el choque en Castilla y León
Garriga insiste en que el protocolo para embarazadas es una «decisión consensuada» y no erosiona la coalición
Mañueco carga contra el «lamentable» uso de las mujeres por el Gobierno y dice que «no» hay medidas coercitivas
![Ignacio Garriga, secretario general de Vox](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/01/16/igarriga-RsKnJeFZb32mjPOEaw1gLaI-1200x840@abc.jpg)
En Génova han visto una oportunidad estos últimos días para marcar distancias con Vox y de paso sacar pecho de centralidad, el espacio político en el que más cómodo se siente Alberto Núñez Feijóo y también su portavoz de campaña, Borja Sémper. El recién fichado ... en el equipo del presidente nacional del PP aprovechó la polémica en torno a las medidas contra el aborto que supuestamente se iban a aprobar en Castilla y León para arremeter sin contemplaciones contra Vox, socio de Gobierno de los populares en aquella comunidad. «Vox es un chollo para el Gobierno de Sánchez y Podemos», sentenció el que fuera presidente del PP de Guipúzcoa, siempre inclinado hacia el centro moderado.
Los populares han visto cómo unas declaraciones del vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, de Vox, la semana pasada sobre la obligación que tendrían los sanitarios de ofrecer a las mujeres que quisieran abortar una ecografía en 4D y escuchar los latidos del feto se volvía en un ataque del Gobierno contra Feijóo, con el argumento de que bendecía una supuesta vulneración de los derechos de las mujeres. El presidente del PP optó por no entrar en la polémica, sobre un asunto que siempre resulta incómodo a los populares, y dejó la respuesta a sus segundos espadas, tanto Cuca Gamarra como Borja Sémper. La estrategia consistió en una rectificación sobre las palabras del vicepresidente y, al mismo tiempo, aprovechar la crisis para alardear de centralidad y renegar de Vox.
Ante las palabras del vicepresidente se impuso el criterio del presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, quien ya el sábado, en la convención autonómica del PP en Zaragoza, negó la mayor, aseguró que no se obligaría a nadie, ni a sanitarios ni a las mujeres, y que en todo caso siempre se pondría por delante de todo «la libertad y los derechos de la mujer». Una idea que repitió ayer en una declaración pública.
«Ni el Gobierno que presido ha contemplado obligar a los profesionales a ofrecer medidas coercitivas a las mujeres embarazas ni va a aceptar que el Gobierno de España utilice a la mujer para hacer una campaña de oposición de la Junta de Castilla y León», subrayó Fernández Mañueco en una comparecencia sin preguntas y sin alusión alguna a su socio. Eso sí, su salida ante los medios, acompañado del consejero de Sanidad, tuvo lugar unas horas después de que García-Gallardo señalara que «lo obligatorio» será ofrecer a las mujeres la posibilidad de tener acceso la información y no de darla directamente, rebajando así lo que él mismo había dicho días antes. «No se obligará a los médicos a nada y no se obligará a las mujeres a nada», recalcaba el presidente de la Junta, cargando a la vez contra el «lamentable» uso «político» por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez de la mujer.
«Aquí no hay ninguna fisura», insistió García-Gallardo tras unos días en los que los dos socios han tratado de no entrar el trapo directamente de censurar las palabras del otro.
Desde el Comité de Dirección del PP, al que ya pertenece Sémper, el desmarque de la posición de Vox respecto a las medidas 'provida' en Castilla y León fue inmediato y rotundo, por el fondo y por el momento elegido. «Vox acude al rescate mediático de Sánchez», acusó ayer el portavoz de campaña del PP. A su juicio, las iniciativas «insensibles» que Vox ha puesto sobre la mesa solo han conseguido hacer «ruido» y conseguir que se tape el escándalo de la ley del 'solo sí es sí', por los casi 200 agresores sexuales que han visto rebajadas sus penas.
Sémper aseguró que la posición del PP sobre el aborto «está clara» y la resumió así: «Es perfectamente compatible defender políticas de natalidad y defender la libertad de la mujer».
Dardos a Feijóo
Unas palabras que no concuerdan con la versión de la dirección nacional de Vox. Su secretario general, Ignacio Garriga, desmintió ayer el discurso del PP e insistió en que las medidas son «una decisión pactada que estaba prevista tomar». Advirtió que «como esta, habrá muchas más» y que no darán ningún paso atrás, pues están seguros de que la coherencia demostrada con los principios fundacionales del partido es capaz incluso de «estimular al electorado de derechas» en esta comunidad.
Desde Vox niegan que la coalición castellano y leonesa esté erosionada, aunque admiten no comprender algunas de las declaraciones más recientes de Feijóo, quien ofreció a Sánchez un pacto para que gobierne el candidato más votado, algo que la formación derechista no ve con buenos ojos. Garriga mostró igualmente su desconcierto ante un PP dispuesto a rechazar el ingreso en prisión de Griñán y que no tiene problema en «entregarle la Justicia a Sánchez».
«Tenemos muy claro dónde estamos y los principios que defendemos, pero ¿todos lo tienen igual de claro que nosotros y no van a suscribir ningún pacto con los que quieren rendir la nación? La pregunta habrá que hacérsela a otras formaciones políticas», dijo Garriga, disparando otro claro dardo a los populares, a cuenta de los pactos de Sánchez con sus socios.
Por otra parte, la moción de censura anunciada por Santiago Abascal se estanca y el tiempo corre en contra de Vox, con las elecciones acechando. Aún no tienen fecha ni candidato, pero fuentes internas aseguran que son «un partido de palabra» y que van a impulsarla sí o sí. Confían en que Génova se sume a ella, aunque ironizan con la supuesta inquietud del PP de que se convierta en una iniciativa contra Feijóo.
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