El Gobierno y el PSOE desvinculan a Cerdán del caso de corrupción por compra de mascarillas

No fue, queda dicho, una jornada cualquiera para Sánchez, pues aquel jueves de hace siete años se produjo la entrega de avales de militantes socialistas para las primarias del PSOE. Aquellas en las que se midió a la entonces presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y a Patxi López, ahora portavoz del Grupo Socialista, cuyo momento cumbre en la campaña se produjo cuando en el debate entre los tres candidatos, le espetó: «Pedro, ¿sabes lo que es una nación?».

Cuando algunos medios y periodistas vaticinaban que Díaz 'enterraría' en avales a Sánchez, la candidatura del ex secretario general dio la gran sorpresa al obtener casi tantas firmas de afiliados como Díaz, diluyendo así el efecto ganador que ésta pretendía dar. En concreto, más de 57.000, apenas unas 6.000 menos que las de la líder andaluza. Dejando claro, como luego se confirmó, que era el caballo ganador de la carrera y que volvería a liderar el partido.

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Un golpe de efecto que recuerda así Sánchez: «El día de la entrega era el 4 de mayo. Las dos noches anteriores, Koldo, un miembro de la candidatura, se quedó a dormir en la oficina para custodiarlos. Como anécdota, valga contar que una vecina del edificio le ofreció su baño para que se duchara porque él no quería dejarlos sin vigilar ni un solo momento».

El personaje citado no es otro que Koldo García, antigua mano derecha del exministro José Luis Ábalos, que ayer quedó en libertad con medidas cautelares tras detenerle la UCO junto a su mujer, su hermano y otras 17 personas como presuntos responsables de una trama de adjudicaciones millonarias en administraciones del PSOE, incluido el Gobierno central, pero también los autonómicos de Baleares y Canarias, presididos entonces por la hoy presidenta del Congreso, Francina Armengol y por el hoy ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres.

Como evidencian esos párrafos, Koldo estaba en la pomada, aun en tareas logísticas, del equipo sanchista de las primarias, sobre el que tanta mística se ha alimentado en los últimos años. Pocos fueron los leales a Sánchez en aquel momento entre la dirigencia, un grupo al que además de a Cerdán cabe sumar a la ex número dos del partido, Adriana Lastra, al hoy ministro Félix Bolaños, a Félix Tezanos, ahora presidente del CIS y al propio Ábalos, ahora en el ojo del huracán.

Pero, ¿qué le lleva a convertirse nada menos que en el celoso velador de los avales sin los cuales Sánchez no pernoctaría hoy en La Moncloa?. Todos los caminos conducen al actual Secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Koldo y el número tres socialista son navarros y miembros en su día (el primero ya no) de una de las federaciones más pequeñas del partido. Es difícil no conocerse allí. Y más cuando la relación se remonta a los años duros de ETA. Cerdán inició su carrera como concejal en su pueblo, Milagro, mientras que Koldo lo era de Huarte, a 80 kilómetros de distancia. Aunque ambos llegaron por caminos muy distintos.

Cerdán es hijo y nieto de socialistas; Koldo comenzó a trabajar de escolta para el PSN cuando ETA y Batasuna decidieron «socializar el terror» y ningún concejal socialista o del PP y UPN estaba exento de la amenaza terrorista. Proteger a tantas personas era imposible sólo con los efectivos de las Fuerzas de Seguridad, y por eso en aquella situación dramáticamente excepcional los partidos constitucionalistas tuvieron que recurrir a personas con alguna experiencia en seguridad para ejercer de escoltas, aun cuando no tuvieran experiencia concreta en esa tarea, como era el caso de Koldo.

Según el entorno del número tres socialista, la relación entre ambos fue episódica, primero en esa época, luego en las primarias y más tarde, con Sánchez ya de nuevo en Ferraz en aquel 2017, Cerdán le consiguió a Koldo un empleo como chófer del partido, aunque no adscrito a ningún dirigente en particular. En la sede socialista hay chóferes de ese tipo contados con los dedos de una mano. Y según esas mismas fuentes, a partir de ahí no tuvieron más relación, y probablemente comenzó la de Koldo y Ábalos, entonces secretario de Organización, antes incluso de ser ministro, que dadas las circunstancias no sería raro que hubieran coincidido en el mismo coche. Uno al volante y otro en el asiento de atrás, lo que luego sería la tónica habitual los años siguientes.

Además de esa mención en su primer libro, Sánchez le elogió en su día en las redes sociales. Es conocido que existen muchos viejos mensajes de su perfil personal del presidente del Gobierno, que han sido motivo recurrente de comentario, casi siempre por comentarios intrascendentes. Pero su mensaje de 2014 no es de los que se dedican a cualquiera. El estallido del escándalo sorprendió al líder socialista el miércoles durante su viaje a Marruecos, y en buena medida lo empañó, dado que tuvo que contestar a preguntas sobre el caso en su comparecencia en Rabat. Negó que el cese de Ábalos en la crisis de gobierno de 2021 fuese motivado por alguna sospecha. Fuentes del Gobierno niegan relación «con este hombre», más allá de la que obviamente trabó el exministro Ábalos. «Asesores hay mil», afirman, al tiempo que califican de «inmoralidad» las informaciones conocidas.