El PP se mete en un charco por los contactos con Junts
Feijóo trata de mitigar el traspié en plena campaña para hacer pedagogía ante un Partido Popular desconcertado
Ayuso sale en defensa de Feijóo: «No he visto giro sobre la amnistía; el PSOE y Vox se están agarrando a un clavo ardiendo»
El PP estudió la legalidad de la amnistía en verano antes de descartarla
![Alberto Núñez Feijóo, durante un mitin estos días en Galicia](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/11/feijoo-preocupado-kQZF-U601288264697kWG-1200x840@abc.jpg)
Se miden tanto las cosas durante una campaña electoral que cualquier traspié duele como si fuera una patada en la boca. Quizá por eso, en el Partido Popular se despertaron este domingo incómodos, entumecidos y confusos por las informaciones que ABC y otros ... medios de comunicación habían publicado y en las que se apuntaba a cómo Génova habría valorado diferentes escenarios para estabilizar Cataluña.
En concreto, se hablaba de un indulto a Puigdemont que, como contó ABC este domingo, no era tanto una vía abierta para el prófugo en la actualidad y sí un hipotético salvoconducto que se le podría haber ofrecido si hubiera cumplido una serie de condiciones: entregarse, ser juzgado y arrepentirse. Lo imposible. Pero poniendo sobre la mesa una condición de posibilidad. También trasladaron fuentes del PP que en verano rechazaron la amnistía que se les demandaba desde Junts tras analizarlo durante 24 horas. Génova justifica que querían dar una respuesta firme desde el punto de vista jurídico. La sensación en diferentes estamentos del PP este domingo era que ese plazo traslada la idea de que al menos se exploró la posibilidad. Y algo que generó especial sorpresa: las reflexiones de la cúpula de Génova sobre que será complejo terminar condenando a Carles Puigdemont por terrorismo.
Las informaciones conmocionaron la campaña electoral gallega, y en el PP creció este domingo enormemente la preocupación de que pudieran comprometer las opciones de Alfonso Rueda de revalidar su posición al frente de la Xunta de Galicia. «No entendemos nada, como no saquemos absoluta el domingo la lectura puede ser clara», advertían desde una presidencia autonómica.
El propio Feijóo tuvo que salir al paso de las informaciones. No para negarlas, cosa imposible. Sino para perimetrar y fijar posición aprovechando una atención a medios durante un paseo en Ferrol: «Voy a ser lo suficientemente contundente: yo he dicho que no, dije que no y sigo diciendo que no a cualquier amnistía, porque es ilegal, inconstitucional y rompe el principio de igualdad de todos los españoles. También digo que no a cualquier tipo de indulto, porque no se dan ninguna de las condiciones para que se otorguen. Ninguna», señaló. El líder popular acusó al PSOE y al resto de partidos de querer «embarrar la campaña, porque lo hacen siempre. Si el independentismo quiere amnistía ya tiene al señor Sánchez para que se la dé». También añadió que no debe haber condicionantes a las investigaciones que deben realizarse en los tribunales.
Mensaje directo y sin fisuras que distaba mucho del que se había filtrado desde Genóva en las últimas horas. De hecho, fuentes populares reconocían este domingo que la situación no era «la deseada», pero que tampoco iban a permitir que nadie tergiversara su mensaje. «Aquí nadie nos va a manipular. Vamos a ser muy claros», dijeron.
Pero de la propia reflexión pública de Feijóo viene a concluirse que para un eventual indulto existen unas condiciones. El PP quiere dejar claro que su análisis de la situación es que esas condiciones ni se daban cuando el Gobierno concedió los indultos a Junqueras y otros cabecillas del proceso independentista ni por supuesto se dan en el caso de Carles Puigdemont. Se afanaban en explicar que no se ofreció ningún indulto al líder prófugo de Junts. Sino que se estableció el marco de qué condiciones se entendían factibles para hacerlo, atestiguando que no se daba «ninguna de ellas».
La sensación generalizada en el PP es que la asunción de este marco discursivo «es un problema que va a restar potencia» a los ataques al Gobierno, reconocía un dirigente territorial. El PP gallego guardó un silencio total al respecto. La procesión va por dentro. Lo que más sorpresa generó en el partido fueron los tiempos elegidos para poner encima de la mesa esta cuestión, en la recta final de la campaña. Distintas fuentes del PP de todo el país no se lo explican. Unos piensan en que simplemente se plantearon con sinceridad «escenarios teóricos», aunque coinciden en el carácter extemporáneo. Otros apuntan a una posible detonación «preventiva» ante la posibilidad de que desde Junts se desvelasen detalles de los contactos habidos el pasado agosto. «La sensación es que le tienen pánico a Puigdemont», lamenta un dirigente.
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