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El éxito de la expedición al Pitanxo: captan 30 horas de imágenes de una «visibilidad excepcional»

Las filmaciones al pecio, hundido en Terranova, pueden ser claves para aclarar las responsabilidades del patrón en el naufragio

EL RESCATE DEL PITANXO: «SU PATRÓN SE REÍA» CON 21 MUERTOS BAJO EL AGUA

José Cubeiro, jefe de operaciones de la empresa viguesa ACSM, propietaria del buque Ártabro, junto al barco un día después regresar al Puerto de Vigo EP

Jesús Hierro

Santiago

No encontraron los cuerpos de ninguno de los 12 marineros desaparecidos en el naufragio, pero tampoco ese era el fin de la misión. La expedición del buque Ártabro tenía como primer objetivo localizar el casco del Villa de Pitanxo, que en febrero del año pasado naufragó a 450 millas de la costa de Terranova (Canadá) cobrándose la vida de 21 de sus 24 tripulantes. Y se encontró en pocas horas. Luego, los investigadores sumergieron robots con los que consiguieron filmar las partes del pecio que les interesaban. Y lograron obtener más de 30 horas de imágenes «con una calidad excepcional».

La expedición del Ártabro, más breve de lo previsto porque el Villa de Pitanxo seguía muy cerca de la zona donde se había hundido, regresó el lunes al puerto de Vigo.Tres semanas fueron suficientes para «grabar todo, absolutamente todo», según ha explicado este martes en una atención a los medios José Cubeiro, director general de ACSM Shipping, la empresa gallega especialista a la que se encomendó la misión. «La expedición fue como estaba prevista, incluso mejoramos los tiempos. Calculábamos entre 28 y 30 días y estamos por debajo», añadió Cubeiro.

Imagen - «Se grabó todo, todo, el barco, los aparejos... y estaba todo intacto»

Misión completada

«Se grabó todo, todo, el barco, los aparejos... y estaba todo intacto»

José Cubeiro

Director general de ACSM

El Ártabro, después de una serie de desencuentros entre la Audiencia Nacional y el Ministerio de Transportes, partió del puerto de Vigo el pasado 17 de mayo. Tras una escala en el puerto de St. Johns (Canadá) para recoger a dos peritos, llegó a la zona en la que había naufragado el Villa de Pitanxo. Allí, los investigadores localizaron un barco hundido a 750 metros de profundidad. Y estaban «prácticamente seguros» de que era el buque gallego.

Lo confirmaron con el barrido de un sonar y, después de un par de días de espera obligada por el mal tiempo, sumergieron los robots, con los que consiguieron hacer «una grabación muy buena, muy clara». Habían tenido que esperar a que amainara el temporal porque el uso de este Rov Submarino no está aconsejado con olas de más de 2,5 metros o vientos de más de 25 nudos (45 kilómetros por hora). «Se grabó todo, absolutamente todo: el barco, los aparejos... y estaba todo intacto», recalcó Cubeiro. Les ayudó que en esos momentos la visibilidad en el fondo marino «era excepcional».

Hay una doble investigación abierta por el naufragio del Villa de Pitanxo. Por una parte, la de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), una entidad dependiente del Ministerio de Transportes, de carácter técnico, que analiza las causas de los siniestros de los barcos españoles para que no se repitan. Las más de 30 horas de imágenes tomadas ya han sido enviadas a la Ciaim para su análisis.

La otra, de carácter penal, de la que se encarga el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, investiga las posibles responsabilidades en el naufragio de Juan Padín, el patrón del pesquero, uno de los tres supervivientes. El segundo tripulante que no murió en el naufragio fue su sobrino y marinero Eduardo Rial. Y el tercero, el marinero origen ghanés Samuel Koufie, que mantiene una versión contraria a la de Padín -y de la empresa armadora, el grupo Nores- sobre las circunstancias del accidente.

La clave, los aparejos

Koufie discute el relato de Padín y de la empresa armadora de que el barco se fue a pique después de una parada repentina del motor. Este marinero explicó que lo que en realidad había pasado fue que las redes, llenas con la captura, se habían enquistado, motivo por el cual el barco habría comenzado a escorarse. Según su versión, Padín se negó a soltarlas para tratar de enderezar el buque y evitar el naufragio. Koufie también acusó al patrón de haberle amenazado para que secundase su relato exculpatorio.

La Audiencia Nacional mantiene investigado al patrón por sus supuestas responsabilidades. Por todo ello, las filmaciones de las redes de pesca podrían resultar claves para aclarar qué fue lo que pasó aquel día en la cubierta del Pitanxo y por qué se fue a pique.

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