Juan Soto - El garabato del torreón
El barrio más triste de Galicia
Lo que el fue barrio más alegre es ahora el barrio más triste, un barrio como huérfano y abstraído
Ustedes lo habrán leído: según datos del Instituto Nacional de Estadística el barrio más triste de Galicia está en Lugo . Es el de A Tinería con sus inmediatas adherencias, una pequeña red entretejida por callejuelas de toponimia genuinamente luguesa: Vía Romana, Carril dos ... Fornos, Catedral, carril Dos Mouchos... En ese pequeño dédalo, incrustado en la almendra del Lugo histórico, la mitad de las viviendas están desocupadas y la otra mitad, ocupadas por una sola persona, es decir, por un ser humano en absoluta soledad.
A los lectores no lucenses quizá le resulte curioso saber que el barrio allanado ahora por la despoblación fue durante mucho tiempo el barrio alegre, el barrio galante, que dijera Fole, el placer de intramuros, anejo (en términos exclusivamente urbanísticos, conste) a la catedral y cosido a la Praza do Campo, que es tanto como decir bendecido por la efigie pétrea de san Vicente Ferrer, el dominico taumaturgo y predicador.
Bien, pues lo que el fue barrio más alegre es ahora el barrio más triste, un barrio como huérfano y abstraído. Y no solo de la ciudad de Lugo, sino de Galicia toda . Cuando la industria que en él tenía asiento -en medio de ilustres casonas, bajo la impresionante heráldica del Pazo de Sangro, hospedaje que fue de lord y lady Holland en horas conspiratorias- empezó a venirse abajo, el Concello, la Xunta o ambos dieron en la buena fe de su regeneración, adecentamiento, higiene y rehabilitación. Se iniciaron entonces los consabidos trámites expropiatorios y las ofertas para alquiler de viviendas y locales comerciales, con el inevitable toque turístico y artesanal. Pero el alma de las ciudades es, como las humanas, un arcano insondable. Y vino a resultar que, después de aseada, la criatura se ahogó en agua de la palangana. No decimos, Dios nos libre, que fue un error acabar con aquella cochambre social y humana. Y el propósito de regenerar una zona urbanísticamente desfigurada y maltratada es irreprochable. Pero algo se ha hecho mal. Es ahora, lo dice el INE, el barrio más triste de Galicia. Para esa muerte no se necesitaban ni arquitecturas, ni moralismos, ni beaterías.
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