«Un robo a mano armada»: critica el precio de dos cervezas y el hostelero le da un 'zasca'

El producto, el trato y, sobre todo, el precio son los tres debates estrella entre clientes y hosteleros durante los últimos tiempos. Tanto es así que Google se ha plagado de reseñas a bares y restaurantes alabando o criticando estos aspectos, en muchos casos replicados por los mismos hosteleros con menos o más gracia.

Prueba de ello, el último post compartido por el influencer valenciano Jesús Soriano, más conocido como @soycamarero, sobre la discusión entre un hostelero y un cliente por el precio de dos cervezas, así como por los aperitivos de acompañante y las supuestas prisas del primero para que el segundo abandonara el local ante una reserva de la mesa.

Para el comensal, fue «un robo a mano armada». Relata que le cobraron dos tercios de Amstel sin alcohol a ocho euros, cuatro la unidad. «Las bebidas tardaron mucho en llegar y los aperitivos eran de escasa calidad y cantidad. Además nos echaron a toda prisa ya que nuestra mesa estaba reservada habiendo otras disponibles en el local. No vuelvo a ir», argumenta adjuntando la copia del ticket.

Lejos de obviar esta crítica, el hostelero tira de ironía. «Muchas gracias por tu comentario. De momento no usamos pistolas para atender a los clientes. Siento mucho que no seas capaz de leer los precios en la carta, ni tampoco seas capaz de decidir si te quieres sentar en la mesa de un local aceptando sus normas y precios», apostilla.

Asimismo, prosigue haciendo referencia a la segunda parte del primer comentario y vuelve a mostrar una actitud satírica y atrevida: «Decirte que tienes razón, llevamos desde 2005 intentando echar a los clientes, cuanto más rápido mejor, es el máximo objetivo que tiene cualquier local público, pero todavía no llegamos a conseguirlo».

Como era de esperar, la publicación ha derivado en una cascada de reacciones de seguidores de @soycamarero, quienes algunos en este caso afean la conducta del hostelero: «Quejarse de los precios es totalmente apropiado». Otros apuntan a que la queja sea acertada o no, es educada y sin prepotencia, «algo que no se puede decir de la respuesta del establecimiento.