CRÓNICAS SABÁTICAS
Mascletá del PP en Valencia
Mazón se enfundó el mono de pirotécnico para prender la mecha de un pacto con Vox que ha puesto boca abajo el tablero político español
Una buena mascletà destaca por ser breve, intensa y con un terremoto final que sorprenda al personal. Carlos Mazón se enfundó este martes el mono de pirotécnico para prender la mecha de un pacto entre el PP y Vox que ha puesto boca abajo el tablero político español.
Mazón venía fraguando el acuerdo que le permitirá ser investido presidente de la Generalitat Valenciana desde la máxima discreción. Tras haber constatado que el PSPV-PSOE y Compromís se negaban aceptar acuerdo alguno con los populares, subrayó en rojo en la agenda la fecha del martes 13 de junio. Ese día se escenificaba también el pacto entre el PP y Vox para gobernar en coalición Elche, la tercera ciudad de la Comunidad Valenciana con 230.000 habitantes, en la que los socialistas fueron la candidatura más votada. Nada parecía casual.
La «línea roja» expresada por Borja Sémper desde la dirección nacional de los populares hacia el candidato de Vox a la Generalitat, Carlos Flores Juberías, por su condena por maltrato psíquico contra su exmujer, añadió tensión la víspera del día D.
La intervención de Elías Bendodo, por el PP, y de Iván Espinosa de los Monteros, por el lado de Vox, acabó por allanar el camino de Mazón, conforme ha informado ABC. Flores Juberías irá en las listas al Congreso y no se sentará en el nuevo Gobierno valenciano.
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Con este gesto, facilitó un acuerdo que supone encender la traca de los pactos postelectorales a cuarenta días de las generales del 23J. El PP ha optado por el pragmatismo frente a la izquierda. Al igual que durante ocho años el PSPV-PSOE de Ximo Puig se aferró a los acuerdos con Compromís y Podemos para gobernar, Mazón ha hecho lo propio con su único socio posible. De lo contrario, según ha apuntado este miércoles el propio Alberto Núñez Feijóo, quien llamó a Mazón para felicitarle, la política valenciana habría entrado en un bucle abocada a la repetición de las elecciones.
El PP pactará con Vox donde lo necesite. En la Generalitat Valenciana, en Elche, en Torrent o en Xirivella. Y gobernará el solitario donde pueda hacerlo, como en las ciudades de Valencia, Alicante y Castellón.
Carlos Mazón podrá comenzar a gobernar cuanto antes frente a un Ximo Puig que se resiste a añadir la coletilla de «en funciones» a su tarjeta de visita como presidente de la Generalitat. Y al líder del PP le quedará siempre una baza en el caso de que sus socios de Vox no respondan a las expectativas. Un adelanto de las elecciones autonómicas. En la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso ya enseñó el camino, aunque una cosa es el 2 de mayo y en la Puerta del Sol todavía no ha mascletà. Tiempo al tiempo.
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