Spectator In Barcino
Sí se puede (hacerlo peor)
Colau gobierna con 156.157 votos, aunque parezca que goce de mayoría absoluta. El 28M puede ser su fecha de caducidad
![Ada Colau](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/02/18/ada1-RjvQvVqrMu0U9PkmER4LTwK-1200x840@abc.jpg)
La ignorancia es atrevida, pero si se agita con dogmatismo ideológico deviene en tóxica mezcolanza. Tres días después de que Ada Colau, primera alcaldesa de la historia que farda de bisexual y ahora antisemita anunciaba que Barcelona rompía relaciones con Tel Aviv, en la capital israelí, una de las más cosmopolitas del mundo, 120.000 personas inundaban las calles de para protestar contra las «políticas antidemocráticas» del gobierno Netanyahu.
Colau se revela tan antidemócrata como los ultraortodoxos a los que ataca: impuso la ruptura por decreto y se saltó el pleno municipal que iba a perder de forma clamorosa. No es la primera cacicada de los herederos del 15M. Los ciudadanos votaron no a prolongar el tranvía en la Diagonal, pero el consistorio ninguneó el veredicto popular.
La alcaldesa sí se puede se ha saltado la limitación de dos mandatos y opta a un tercero como su adlátere Janet Sanz. Sí se puede saltar los estatutos: el leninismo es así y como en el banquillo de los comunes no hay mucho donde escoger, el partido asiente a la búlgara.
La alcaldesa también dijo que sí se puede construir vivienda social pero la promesa quedó como los 800.000 puestos de trabajo del PSOE en 1982. Recuerdo un chiste de aquella época: «No habíamos oído bien. Felipe no dijo 800.000 sino ochocientos o mil». Lo que sí que dijo Colau y se cumplió es que no quería más hoteles: cambiamos el Four Seasons con su centenar largo de puestos de trabajo en el antiguo Deustche Bank por apartamentos de lujo. Ya puede ufanarse de algún récord: en el edificio se ha vendido el ático más caro de la Historia: 41 millones. ¡Viva la vivienda pública!
Xavier Trias afirma en 'El Periódico' que hubiera sido mejor la cobertura de la Ronda de Dalt y aprovechar las islas interiores que cargarse los chaflanes. Un espacio que proporcionaría 250.000 metros cuadrados de zona verde, 25.000 árboles y 50.000 metros cuadrados de placas solares. ¡Esto sí es un proyecto de gran angular y no las supermanzanas chapuceras!
Por culpa de la alcaldesa sí se puede el Eixample ha perdido su seña de identidad: la igualdad que cabreaba a los burgueses de la Lliga. La inquina contra el chaflán que profesa Colau tuvo un predecesor, más ilustre que ella, pero igual de sectario: Lluís Domènec i Montaner trazó el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en forma de cuña para jorobar el Plan Cerdà. Puig i Cadafalch fue más drástico: hizo desaparecer los planos del Eixample (menos mal que el Ministerio de Fomento tenía copias en sus archivos).
El negocio populista
Volviendo a la ruptura de relaciones institucionales con Israel y a la suspensión del hermanamiento con Tel Aviv y Gaza. Si aplicamos el método deductivo del «¿cui prodest?» y lo traducimos (esta gente no estudió latín) por «¿a quién beneficia?» observaremos que al electorado de extrema izquierda -haberla hayla, aunque se disfrace de antifa- y la comunidad árabe. Ahora que algunos independentistas tras diez años de filogolpismo, agitación callejera y adoctrinamiento en medios subvencionados parece entender que con la mitad del censo no basta, que hay que ensanchar la base, Colau llama a mantener prietas las filas de quienes comparten con Irán que Israel no debería existir.
En los ensayos reunidos en 'Himno de retirada' (Deusto), David Mamet denuncia la estrategia del negocio populista. De lo que se trata, a la derecha o a la izquierda (los extremos se tocan), es de crear miedo y odio. Los unos lo hacen de forma más ronca y la extrema izquierda nos habla de fuerzas por la paz. ¡Ay la paz! La que invocaba la Unión Soviética cuando invadió Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968.
La izquierda rechaza el adjetivo de antisemita como el que desprecia a un inmigrante y a renglón seguido afirma que no es racista. Colau recurre al latiguillo progre de toda la vida: «Es imprescindible diferenciar en todo momento las políticas y actos de un Estado -en este caso, Israel-, del conjunto de la población judía y su cultura», afirmó al imponer un decreto que no representa a los barceloneses. Mamet recuerda la promesa inclusiva de una «izquierda progresista» -¿pleonasmo u oxímoron?- que atrajo a unos judíos que acabó estigmatizando con la excusa de Israel. Cita el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel) y The Squat (El Escuadrón) del ala izquierdista del Partido Demócrata norteamericano: dos modelos del antisemitismo progre.
MÁS INFORMACIÓN
Colau gobierna con 156.157 votos, aunque parezca que goce de mayoría absoluta. El 28M puede ser su fecha de caducidad. No se preocupen, encontrará acomodo en Madrid. Lo suyo con Barcelona actualiza, en tiempos de miseria, al sentencioso Rhett Butler: «Francamente, queridos, queridos y querides, me importa un bledo». Cada día que pasa, la todavía alcaldesa demuestra que sí se puede (hacerlo peor).
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete