Junqueras rompe los puentes con Rovira para recuperar la dirección de ERC

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Hace una semana ABC avanzó que el choque entre las dos facciones con opciones de ganar el congreso, al que aspiran a presentarse en total cuatro listas, estaba asegurado porque no había margen para llegar a un consenso entre los que formaron tándem vencedor durante 13 años (2011-2024): Junqueras y Marta Rovira. El sábado, el que fuera mano derecha de Carles Puigdemont en la Generalitat en 2017 confirmó, en la presentación de su candidatura, que la guerra será total: acusó a Rovira de «traicionar los principios de ERC» al montar una estructura paralela sin su consentimiento.

Este lunes subieron la temperatura. De todas maneras, las discrepancias no son ideológicas ni de fondo. Son mundanas y terrenales. Son un «quítate tú para ponerme yo». No está en juego la gobernabilidad de España, que les importa poco, por no decir nada, ni la continuidad de Salvador Illa (PSC) al frente de la Generalitat. No es una facción más independentista que la otra, ni más izquierdista. Es un juego de poder y dominio. De seguir en política o dejarlo todo. Es a todo o nada.

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Junqueras se presentó en Rac1 y, lejos de matizar su crítica a Rovira del fin de semana, subió la apuesta. La defensa del que fuera condenador por sedición y malversación e inhabilitado por el Tribunal Supremo, cargos que el Gobierno y el PSOE se han encargado de eliminar de su expediente, bien por la vía del indulto bien por la vía de la amnistía, se aferró, en la entrevista para la radio, en criticar la creación de una estructura B de la dirección del partido, que se hizo aparentemente sin su consentimiento, cuando era presidente. «Ni yo lo sabía ni tuve la oportunidad de saberlo porque seguro que había quien quería que no lo supiera», dijo.

Hace unos días se filtraron algunos mensajes de un chat que habría servido para coordinar esta estructura B (encargada, entre otras cosas, de llevar a cabo actos aparentemente en contra de miembros de ERC en periodo electoral para pescar votos por compasión). En el canal estaba, entre otros, Rovira. Pero no Junqueras. «No tengo nada que ver [con esa estructura B]. No formo parte ni de estos grupos, nada de nada, algo de lo que me siento muy orgulloso», apuntó.

Y añadió, en referencia a si Rovira le informaba de lo que se acordaba en esos grupos, que le desea lo mejor, a la que fue su secretaria general durante casi tres lustros y que, a pesar de que ya no tiene causas pendientes con la Justicia, sigue residiendo en Suiza: «Estoy seguro de que ella, como la inmensa mayoría de la gente, debe pensar que estas cosas no deberían haber pasado y no se pueden repetir».

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Por si la gestión del partido (estructura B) no fuera suficiente para marcar distancias, Junqueras entró de lleno en el núcleo sentimental del independentismo y manifestó que, a inicios del año 2018, ya en la cárcel, se encontró aislado de ERC y sin un abogado como interlocutor con la dirección del partido, que entonces controlaba Rovira desde Suiza. Este aislamiento propició por ejemplo, en su opinión, la creación de la supuesta dirección paralela a la oficial y su mala praxis.

Si bien Rovira, tras la entrevista de Junqueras en Rac1, no quiso responderle, algo que sí hará cuando deje el cargo orgánico que todavía retiene hasta el congreso, Marta Vilaret, que forma parte de la lista 'rovirista' que encabeza un desconocido Xavier Godàs, no dudó en confrontar al que hasta hace unas semanas era su presidentes. Vilaret es la vicesecretaria general de Derechos, Libertades y Lucha Antirrepresiva de ERC.

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Esta vino a decir que Junqueras mentía, que tanto él como los otros líderes de ERC implicados en el 'procés' habían contado con abogado y asesoramiento jurídico, en distintos ámbitos, desde antes de su entrada en prisión. La letrada Estefanía Torrente se habría encargado de tal tarea, señaló. Y que había sido ella, Vilaret, por el cargo que ostentaba y sigue haciéndolo, la encargada de crear un «equipo técnico» para que Junqueras «pudiera continuar liderando el partido desde la cárcel».

Así pues, en su escrito hecho público en internet, Vilaret criticó a Junqueras por poner en tela de juicio «el ingente esfuerzo antirrepresivo» de ERC, todavía necesario, en opinión de la dirigente política, «tanto para garantizar que él pudiera ejercer de presidente con todos los efectos desde la cárcel, como para acompañar, humana, política y económicamente a todos los presos, exiliados y acusados y sus familias». Por si no fuera suficiente el lío interno, Dolors Bassa, cuya hermana dimitió este lunes de diputada de ERC, y que estuvo en la cárcel por el 'procés' intervino por X: «Doy fe categóricamente de que fue como explica Vilaret»; y que si hubo «diferencias» de trato en la cárcel fue para «priorizar» a Junqueras en tanto que presidente.