Entrevista
Júlia Calvet: «En la universidad no hay neutralidad ideológica ni libertad»
Primera entrevista con la joven política de Vox tras estrenarse como diputada en Barcelona
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![Júlia Calvet, posando para ABC después de la entrevista](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/28/image-R7zAmBBkoo4d3Tm7oQIdVQI-1200x840@diario_abc.png)
Júlia Calvet (Barcelona, 2001) se estrenó en el Parlamento de Cataluña, en junio, siendo miembro de la Mesa de edad en la sesión constitutiva de la actual legislatura. Antes, fue protagonista por enfrentarse al secesionismo radical universitario desde S'ha Acabat!, una organización juvenil que llegó a presidir ... y que rompe los moldes educativos que el nacionalismo ha ido amasando a lo largo de los años. Jóvenes que se enfrentan al odio nacionalista por sentirse españoles. Calvet, catalanoparlante y con todos los apellidos catalanes, lleva siete meses como diputada de Vox, motivo por el que habla con ABC de su salto a la política.
—¿Qué valoración hace de sus primeros meses en el Parlament?
—Lo que más me ha sorprendido ha sido ver que la hostilidad que hay en las universidades también la he encontrado en el Parlament. Los partidos están erre que erre en hacer un 'cordón sanitario' a Vox. Nosotros planteamos muchas propuestas de resolución, por ejemplo, yo misma en la Comisión de Investigación y Universidades o en comisiones que, a lo mejor, no distamos tanto con otros partidos como en los temas de seguridad, que no nos las aprueban, ni votan a favor, porque las propone Vox. Pero si la propuesta es buena, la vemos redactada, al cabo de unos meses, por el PSC o con las siglas de otro partido. Para estos grupos, lo importante es no votar con Vox. Es un paralelismo con lo que vi en la universidad. Curioso.
—¿Qué diferencias ha encontrado en el trabajo interno en un partido respecto a una asociación juvenil?
—Lo que me daba más miedo de dar el paso a la política era que, si en su día yo representaba a muchos estudiantes, porque en S'ha Acabat! eran cientos de estudiantes los que coincidían con nuestras ideas, ahora iba a estar en un partido político y tenía que estar preparada para recibir muchas críticas y representar a mucha gente, pero a distinto nivel. Me suponía un poco de nerviosismo. Me decía: «Oye, Júlia, si la cagas, la cagas pero bien». Me daba un poco de inseguridad. Pero lo que he encontrado en Vox es un gran apoyo y mucho compañerismo que no pensaba encontrar en la política.
—¿Cuáles son los principales problemas de la gente joven?
—Aquí podríamos entrar en la lucha generacional pero el asunto que está encima de la mesa y nadie puede negar es el tema de la vivienda. Con 23 años es imposible, a día de hoy, plantear algunos asuntos como lo hacían nuestros padres. Somos la primera generación que vamos a vivir peor que ellos. En Barcelona, los pisos no bajan de cantidades que con mi pareja no podemos acceder. También pasa con los alquileres. Con los salarios que hay es imposible emanciparse. El otro día, el consejero de Presidencia, Albert Dalmau, decía que la prioridad del Govern era la vivienda, pero llevan años sin dar soluciones, porque las políticas del PSC son las mismas que las de ERC y Junts que han gobernado Cataluña. No se ve un cambio real por la llegada de Salvador Illa a la Generalitat. Queremos hechos, no palabrería. Otro de los problemas de los jóvenes es la inseguridad. No es una percepción, como pretende hacernos ver algún partido político.
—¿Qué cambiaría de las universidades de Cataluña?
—De entrada, modificaría tres cosas. La primera, la falta de neutralidad ideológica. En las universidades catalanas no hay neutralidad ideológica y no hay libertad: has de ser separatista, estar a favor de las cuotas de género, hablar solo en catalán… Habría que acabar con esta imposición ideológica. Las universidades son centros de formación y cultura en donde la libertad de expresión y pensamiento son básicos. En segundo lugar, eliminar las cuotas de género, un tema que no ocurre solo en Cataluña, pero que con el tercer asunto, la imposición lingüística, solo hacen que expulsar talento de las universidades catalanas. A las personas hay que evaluarlas por su valía y no por si acreditan un nivel C1 de catalán o son mujeres. Esto me enfada mucho. Me llamo Júlia Calvet Puig, lo tengo todo, mujer y apellidos catalanes. No, no puede ser, se me ha de valorar por lo que valgo.
—Hay una idea que sobrevuela el 'mainstream' político que fija que Vox no defiende el catalán.
—Sí. A mí me llegaron a preguntar, cuando anuncié que me incorporaba a Vox, si podría hacer intervenciones en catalán en el Parlament. Intervengo más en catalán que en español, porque estoy más cómoda. Y no hay ningún problema. En Vox está muy claro que ser catalán es una forma muy bonita de ser español.
—¿Está a favor del concierto económico para Cataluña?
—El concierto económico lo pactan socialistas e independentistas para que el PSC pueda gobernar. Y es una insolidaridad total con el resto de comunidades autónomas. Que lo haga el PSC ya no sorprende. Además, el PP no lo ve bien aquí, pero sí en el País Vasco.
—Ha citado al PP, ¿cómo está la relación con los populares en Cataluña?
—Les hemos tendido la mano muchas veces pero están en la posición de no atreverse a pactar con Vox. Inmigración, temas de género..., siempre están en el sí pero no. De todas maneras, tras el reparto de inmigrantes ilegales entre las comunidades, poco tenemos que pactar con el PP. En Vox, a diferencia de otros partidos, no miramos las siglas de los que presentan las iniciativas: si es una propuesta buena para los catalanes la votamos a favor.
—La última encuesta del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat señala que hay un voto de Vox que se va a Aliança Catalana, ¿lo han analizado en clave inmigración?
—Creo que las encuestas son más bien disuasorias. Venimos advirtiendo desde hace tiempo la vinculación de la inmigración con la inseguridad y Aliança Catalana lo hace desde hace poco. Sinceramente, no creo que alguien vote a Aliança Catalana viniendo de Vox por una discrepancia con nosotros por la inmigración.
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