Un falso secuestro, blanqueo en una peletería de Milán y hachís en camiones de carne congelada: «Te esperan en Badalona para darte el dinero»
Restaurantes y comercios de ropa en Cataluña, de propietarios chinos, blanqueaban el dinero de traficantes italianos por el método 'hawalla'
La droga, proveniente de Marruecos, se almacenaba en Cataluña, hasta su transporte final al norte del país de la bota
Cataluña, 'hub' del hachís hacia Europa
Una banda de narcos, liderada por una familia de Milán. Todos sus miembros, viejos conocidos del grupo antidroga de la Guardia di Finanza. El padre murió en la cárcel y sus cuatro hijos han sido detenidos ya en varias ocasiones. Durante la pandemia, los investigadores detectaron movimientos sospechosos en el barrio chino de la ciudad. Y es que siguiendo la pista de algunos de los integrantes de la organización, comprobaron que se habían vuelto asiduos a una peletería. Para saber qué ocurría dentro tenían que colocar cámaras y micros, pero infiltrarse en el 'China town' milanés no era tarea fácil. Cuando lo consiguieron, descubrieron que en su interior había una oficina, con una pequeña mesa y una máquina para contar dinero. Según captaron las grabaciones, 26 millones de euros en solo seis meses.
El comerciante asiático apuntaba las cantidades entrantes. Eran tantos los billetes que extendía sobre la mesa, que tardaba horas en contarlos. En una de las conversaciones intervenidas, los agentes escucharon como uno de los traficantes italianos hacía de interlocutor con un negocio en España. «Te esperan en una tienda de Badalona (Barcelona) para darte el dinero», indicó. Y es que la peletería hacía las veces de banco. Pero, ¿cómo tirar del hilo? Fue el secuestro de un ciudadano italiano en Cataluña, que luego resultó ser falso, el que llevó a los Mossos a contactar con las autoridades del país, a principios de 2022. No tenía nada que ver con el caso, pero fue así como comenzó la investigación conjunta para desarticular un circuito de tráfico de hachís y blanqueo de capitales, por los ingresos derivados.
La droga entra por Marruecos y se almacena en Cataluña, en este caso, hasta que camiones frigoríficos con carne congelada la transportaban hasta Milán. Para lavar el dinero y evitar ser detectados empleaban el método denominado 'hawalla' -transferencia o cable, en la jerga bancaria árabe-, que consiste en enviarlo de un territorio a otro sin moverlo, lo que implica un obstáculo para rastrearlo. Se trata de un milenario sistema financiero, que surgió en Oriente Medio con la ruta de la seda. Una forma de protección ante posibles asaltos a los comerciantes durante sus viajes, que les permitía entregar el efectivo en origen a un 'hawaladar', que poseía dinero también en el lugar de destino. Al final del trayecto, otro 'hawaladar', colega del primero, le entregaba la cantidad, tras recibir un código.
Así era como los traficantes milaneses pagaban a sus proveedores marroquíes. Lo hacían a través de empresarios chinos, tanto en Milán como en Badalona. En esta última ciudad, a través de siete comercios: tiendas de ropa y restaurantes. El traficante depositaba el dinero de la venta de drogas en la peletería de Milán. Desde allí, su responsable contactaba con el del comercio en Cataluña. Y, contraseña mediante, aquí se retiraba el efectivo. A su vez, los asiáticos recibían una comisión por hacer de intermediarios, de entre el 1,5 y el 2 por ciento.
El secuestro de un italiano, que luego resultó ser falso, fue el que llevó a los Mossos a contactar con la Guardia di Finanza
Además de la peletería, otros comercios del barrio de chino de Milán se dedicaban a ayudar a blanquear a empresarios del acero y del plástico, para evitar pagar el IVA. Y es que sus principales proveedores eran asiáticos. «Cuando cerrábamos una tienda, hacían lo mismo en otra», ha detallado este jueves el capitán Giusepe Macaluso, del grupo antidroga. La operación conjunta con los Mossos se explotó el pasado 17 de octubre. El balance ha sido de 78 detenidos -de la veintena en Cataluña, nueve han ingresado en prisión provisional-, y más de 30 toneladas de hachís y marihuana incautadas desde 2020 por la Guardia di Finanza.
300.000 euros en la mochila
Precisamente, con las restricciones por la pandemia, pero ya en 2021, la Policía catalana interceptó a un joven en Badalona, en actitud extraña. Había incumplido la normativa vigente y los agentes le dieron el alto. Encima, en una mochila, llevaba 300.000 euros. Aunque trasladaron lo ocurrido ante el juzgado, no pudieron encontrar ningún indicio de criminalidad y la causa se archivó. Pero la Guardia di Finanza confirmó a los Mossos que el individuo formaba parte de la organización de traficantes que investigaban y que ahora han desmantelado.
Y es que siete de ellos, que supervisaban el envío de droga a Milán, se habían establecido en Cataluña. No tenían actividad laboral conocida, pero sí llevaban un alto tren de vida. Eran los encargados de contactar con los marroquíes que les suministraban el hachís. La droga llegaba hasta la comunidad en tractoras de camiones, y luego escondían los fardos en guarderías -dos naves de Sant Fost de Campsentelles y Abrera -hasta su posterior transporte a Italia.
Finalizado el caso Magenta, tutelado por Instrucción 4 de Badalona, el Área de Delitos Económicos de los Mossos tiene tarea pendiente e «hilos de los que tirar», en palabras del subinspector José Merino, ya que desde los comercios de la ciudad también blanqueaban dinero para otras organizaciones.
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