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SPECTATOR IN BARCINO

Engañarse con la primavera (republicana)

Cada vez que rememoro las dos repúblicas me siento más orgulloso de nuestra Monarquía Constitucional. En 2025 cumplirá medio siglo. El mejor periodo de la historia de España

El (oneroso) legado de Colau (2/01/2023)

Manifestación contra la Monarquía, en Barcelona EFE
Sergi Doria

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Por si no teníamos bastante con la memoria sectaria de Colau y su regidor Rabassa, Gemma Ubasart, consejera de Justicia, Derechos y Memoria -¡toma ya!- conmemorará cada año el 14 de abril. A este paso incluirán también la república de los ochos segundos que Puigdemont proclamó antes de fugarse en el maletero.

Como Colau y Ubasart no consiguen chapar la comisaría de Vía Layetana, de la que solo recuerdan la etapa franquista y no las torturas de los republicanos Badia, dedican sus primaveras al gorro frigio. Carteles callejeros celebran los 150 años de la I República. Lo de primera no lo escriben en números romanos sino en letras, con la M al revés: mal rollo subliminal que identifica la corona actual con la de Amadeo I, aquel rey elegante, culto y bienintencionado que al llegar a España halló a su valedor, el general Prim, en un ataúd.

En la agenda conmemorativa, una jornada en el Born sobre 'La estrella fugaz de la libertad' y atriles alusivos a la resistencia de Joan Martí Torres, Xic el Barraquetes en Sarrià contra Martínez Campos el 8 de enero de 1874. A falta de más atriles, se ha encajado forzadamente el monumento a Josep Anselm Clavé, emblema de los coros obreros (erigido, por cierto, en el monárquico año de la Exposición de 1888); y otro atril a los Campos Elíseos en la esquina de Mallorca y el pasaje homónimo. Los Campos Elíseos se derribaron en 1872 -un año antes de la I República- por el avance del Ensanche. Allí Clavé dirigió por primera vez en Barcelona el 'Tanhäuser' de Wagner (1862) y estrenó la versión catalana de 'La Marsellesa' (1871) himno republicano al que Aragonès desairó pirándose de la Cumbre Hispano-Francesa.

Como acostumbra la memoria izquierdosa, la república es buena por el mero hecho de haber derrocado la monarquía. La Primera quedará entre los episodios más cainitas y ridículos del siglo XIX, que ya es decir. El invento duró del 11 de febrero de 1873 hasta el 3 de enero de 1874, cuando el general Pavía disolvió la Asamblea Nacional e inauguró el epílogo dictatorial del general Serrano.

En los primeros diez meses pasaron cuatro gobiernos. Debutó Estanislao Figueras que en poco más de dos semanas ya estuvo a punto de ser derrocado por el presidente de la Asamblea, Cristino Martos. Dimitió en medio de las trifulcas de la coalición gobernante Radical-republicana y unas juntas revolucionarias que pretendían sustituir a los ayuntamientos.

El 11 de junio le sigue Francesc Pi i Margall, impulsor de una Constitución Federal que estructura España en los «estados» de Andalucía alta, Andalucía alta, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Valencia, Regiones Vascongadas, Cuba y Puerto Rico. Las prerrogativas constitucionales permiten modificar sus provincias en función de las necesidades territoriales. La Constitución federalista no llega a aplicarse, desbordada por el movimiento cantonalista de Alcoy y Cartagena (ver el libro de Ramón J. Sender 'Mr Witt en el Cantón') que sofocan los generales Pavía y Martínez Campos. El caos en los gobiernos y milicias republicanas resucita la ofensiva carlista. Tras la victoria de Montejurra, 7 y 9 de noviembre de 1873, un reforzado ejército de boinas rojas retoma la iniciativa. El 25 de diciembre el pretendiente Carlos VII se corona en Loyola y sitúa la capital de su reino en Estella.

El 18 de julio dimite Pi i Margall y le sucede Nicolás Salmerón: su negativa a ejecutar a los sediciosos provoca su relevo, 7 de septiembre, por Emilio Castelar. El 3 de enero de 1874, tras perder una cuestión de confianza, dimite Castelar. Pavía disuelve la Asamblea. El 10 de enero Serrano ejerce la dictadura republicana hasta el 29 de diciembre de 1874 cuando Martínez Campos proclama rey a Alfonso XII en Sagunto. Dos días después, Cánovas del Castillo constituye el ministerio de regencia que origina la Restauración borbónica.

Recordar la I República puede ser pedagógico. Y la Segunda. Recordarlas desde la autocrítica y no desde adanismo que nos engaña con la primavera. La frase de Estanislao Figueras antes de largarse en tren a Francia resumía hace 150 años el primer fiasco republicano: «Estoy hasta los cojones de todos nosotros».

Cada vez que rememoro las dos repúblicas me siento más orgulloso de nuestra Monarquía Constitucional. En 2025 cumplirá medio siglo. El mejor periodo de la historia de España.

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