UN TIEMPO PROPIO

La desolación de la quimera

Tristemente hemos asistido al viejo argumentario «y tú más y peor» que desespera a los ciudadanos

Los mil días

ICAL

06/11/2024 a las 09:50h.

El título está tomado de un libro de poesía de Luis Cernuda. Cuando escribo estas líneas son más de dos centenares los muertos que ha provocado la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que se ha cernido sobre la Comunidad Valenciana. Lamentablemente el número de ... fallecidos se incrementará cuando vean la luz estás líneas. La tragedia es tremenda. No estamos acostumbrados a contemplar las imágenes que nos han ofrecido los medios de comunicación durante estos días. Nuestros ojos están habituados a observar las consecuencias de las catástrofes naturales en otras latitudes con una cierta indiferencia. Pero verlas aquí, a pocos kilómetros de nuestras casas, impresiona y nos hace reflexionar sobre la fragilidad de las obras humanas y de la inmensa potencia de la naturaleza.

La solidaridad se han activado en toda España. Los españoles han respondido con generosidad para ayudar a los damnificados a superar esta situación de muerte, dolor, destrucción y pérdidas, muchos se han quedado sin nada, otros con daños importantes en sus viviendas y negocios. En fin, la dimensión de la catástrofe y las pérdidas causadas se podrán cuantificar en cientos -quizás en miles- de millones de euros. Pero lo que no se podrá medir será el sufrimiento de la población y el dolor que esta DANA ha causado en los valencianos.

Estas situaciones revelan los mejor del ser humano. También existen personajes que se aprovechan del caos para robar, causar más daño y provocar más dolor. Pero lo que debemos guardar en nuestra memoria son las muchísimas muestras de altruismo, solidaridad y generosidad de los españoles y de los europeos. Nuestras Fuerzas Armadas, nuestros Cuerpos de Seguridad y los voluntarios que se cuentan por miles, están dando muestras de lo que hay que hacer para superar una situación tan dramática en la que lo más necesario es actuar buscando la eficiencia y tratando de dejar a un lado críticas y sentimientos.

Como en otras muchas ocasiones la clase política ha aprovechado la ocasión para culpabilizar al adversario. Se han reprochado mutuamente la negligencia en sus actuaciones, la falta de previsión ante estos sucesos. Tristemente hemos asistido al viejo argumentario «y tú más y peor» que desespera a los ciudadanos. Comprobamos con estupor cómo nuestros representantes no están a la altura de las circunstancias. En este periódico el pasado jueves primero de noviembre se preguntaba ¿dónde estaba el Estado? Restablecer la normalidad en las comunicaciones terrestres, tener unos medios para prever estos sucesos, etc. es competencia del Estado y no de las comunidades autónomas. Es cierto lo que se está diciendo, las catástrofes naturales se incrementarán en los próximos años. Pues si es así, tengamos medios para minimizar sus efectos nocivos, medios poner sobre aviso a la población.

Los españoles exigimos a nuestros políticos acción, no vacilación; acción, no palabras; acción, no críticas; acción, no agitación. No podemos ni debemos soportar a políticos que no resuelven las crisis, sino que más bien se alimentan de ellas. Políticos que fuerzan el triunfo de una parte sobre los demás porque tienen más medios de comunicación. Políticos que arteramente buscan su propio interés. Políticos que no buscan la integración sino el enfrentamiento. Políticos que sus mensajes se disuelven en el engaño. Actúen ahora, con fe y valentía. Miren al coraje de la gente, tomen ejemplo de los españoles que nunca, nunca han fallado ante una situación crítica.