un tiempo propio
Black Friday y las luces de Navidad
Estas fechas se caracterizan por la exaltación del consumismo, pero también se conocen y se mantienen porque todos necesitamos saber que no estamos solos
Una rectificación oportuna
Por la noche todos los gatos son pardos
![Black Friday y las luces de Navidad](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/28/black-R1OyTugu0IFJ7MsZU3XiliP-1200x840@diario_abc.jpg)
Justo antes de terminar el mes se anuncia un momento esperado por los consumidores, una herencia más del otro lado del Atlántico. El Black Friday es un momento para comprar todo lo que durante meses hemos deseado tener y hemos esperado adquirir en ese día ... con un descuento especial. El viernes negro se ha convertido en 'the black week', su oferta se ha extendido a una semana. En algunos establecimientos se comienza una semana antes y se termina una semana después. Es un periodo de rebajas encubierto y muy lucrativo para los negocios. Están cerca las Navidades, el fin de año y la fiesta de los Reyes Magos. Tres momentos en los que tenemos el irrefrenable deseo de regalar y agradar a los que nos rodean. Por tanto, esta fecha importada nos viene muy bien para conseguir los regalos que nos parecen que pueden hacer felices a nuestros más allegados. Es un momento de ilusión y de esperanza que llena las tiendas y los comercios de compradores en busca de la ganga. El Black Friday se ha convertido en el heraldo de la Navidad.
En estas fechas y desde hace varias semanas, se están instalando y probando la iluminación navideña. Las ciudades comienzan a poner sus adornos cada día más audaces y bellos. Los ayuntamientos están siempre dispuestos a mostrar el esplendor de estas fiestas y, también, a vestir a las ciudades con las mejores galas para atraer visitantes, incrementar la actividad comercial y provocar que los ciudadanos se sientan orgullosos de su comunidad porque destaca sobre las demás por su color y luminosidad. Existe una sana competencia entre los núcleos urbanos por conseguir alzarse con el premio simbólico de ser la ciudad con más luces y mejor engalanada.
Una fecha importada y una fecha tradicional se dan la mano para conseguir sacar del ser humano lo mejor que tiene: la generosidad, la solidaridad, el fomento de la alegría y la felicidad en otros, la cooperación para mostrar un entorno bello y atractivo, etc. Dos momentos en los que por diversos motivos nos volcamos en los demás. En uno comprando algo que lleve a esbozar una sonrisa y unas palabras de agradecimiento; en otro, celebrando un acontecimiento extraordinario que renueva la fe en la humanidad y el sentido de la vida. Ambos unidos por un mismo vínculo: la familia. Son fiestas entrañablemente familiares en las que unos están, o suelen estar, pendientes de los otros. Unos momentos en el que el otro es el centro de atención. Cuando se compra algo para alguien se está pensando en agradar, en arrancar una sonrisa al destinatario del regalo y, en definitiva, contribuir a la felicidad de los demás.
Sólo por estos motivos es necesario que estas fechas existan, porque nos convierten en más humanos, en unos seres que brevemente salen de sí mismos, de sus problemas, y miramos en otra dirección para ocuparnos y preocuparnos de los demás que conviven y realizan su vida junto a nosotros. Estas fechas se caracterizan por la exaltación del consumismo, pero también se conocen y se mantienen porque todos necesitamos saber que no estamos solos, que alguien se preocupa por nosotros para hacernos más felices y dichosos. Y recordar que la vida merece la pena vivirla en compañía de los seres que nos quieren y nos rodean. ¡Feliz Black Friday y Navidad!
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