Prisión para un ladrón reincidente que lograron retener dos trabajadores de un local asaltado
El hombre, que ya había perpetrado otros asaltos en los días previos en Valladolid, se dejó el móvil cargando en el establecimiento
Detenido en Valladolid por morder a un policía cuando estaba siendo arrestado
Ya habían cerrado el local y estaban trabajando en otro establecimiento cercano en el barrio vallisoletano de la Victoria cuando el sistema de viodeovigilancia hacía un extraño. Había fallo que al dueño no le pasó desapercibido. Le hizo sospechar de que alguien podría haber accedido al interior, así que dos trabajadores acudieron a ver qué pasaba, y comprobaban que el propietario estaba en lo cierto: dentro había un varón que intentaba huir con la caza de caudales.
Al verse sorprendido, trataba de escapar por la misma ventana que había roto para entrar. Pero los empleados no estaban dispuestos a dejar que el presunto ladrón escapase y emprendieron una persecución por la calle hasta que consiguieron darle alcance y retenerlo hasta que llegó la Policía Nacional. Los agentes habían sido avisados a través de «numerosas» llamadas en las que unas alertaban de un posible robo en un establecimiento y otras, de una pelea.
Al llegar al barrio de la Victoria, los policías encontraban a unas personas que forcejeaban con otra, que trababa de huir, pero no se lo permitían. El retenido, según comprobaban, resultaba ser el supuesto ladrón, que fue detenido como de presunto autor de un delito de robo con fuerza.
Y no pudo negar que había estado dentro del local asaltado, pues los agentes tuvieron que volver a recuperar el teléfono móvil que él mismo dijo que se había dejado dentro. Lo había puesto incluso a cargar, enchufado a la red eléctrica.
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Y no era la primera vez que asaltaba un local. De hecho, se le imputan otros dos robos con fuerza previos al frustrado en la madrugada del 4 de febrero. Justo los dos días anteriores también había entrado a la fuerza en otros dos locales de Valladolid capital. En la noche del 2 de febrero lo hacía en un establecimiento del barrio de la Rondilla, donde también accedió rompiendo una ventana. Se llevó objetos por valor de más de 550 euros.
Al día siguiente, otra incursión en el mismo barrio en una tienda de alimentación y con el mismo modus operandi. En esta ocasión, su botín: más de 300 euros en metálico, productos por valor de 150 euros y un teléfono móvil que arrogó a una papelera cercana y que el propietario logró recuperar.
Éstos son los tres últimos, pues desde el 29 de noviembre al detenido se le imputan hasta 13 robos con fuerza, hurto y robo con violencia. Con ese historial, tras prestar declaración ante la autoridad judicial, el juez ha decretado su ingreso en prisión.
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