punto de vista
Mando total
Vox no sabe de territorialidad, la utiliza y se aprovecha de ella, pero lo suyo es lo nacional
Obediencia o salida
Ser alternativa

El deseo de militantes y cargos públicos de Vox de que haya una mayor democracia interna en el partido está destapando que ni siquiera la buena perspectiva electoral sirve para acallar el malestar interno. Tengamos claro que la democracia interna en los partidos es una ... quimera y que Vox es el único partido que abiertamente admite que unas primarias solo sirven para excitar los enfrentamientos con cicatrices que luego cuesta mucho cerrar, pero es que no se molestan en guardar las formas e identifican al partido con su líder y si criticas a Abascal o a su entorno, tienes los minutos contados. Dos procuradores, concejales en Palencia y Salamanca, el mismísimo García Gallardo, ya saben lo que significa plantar cara a los dictados de Madrid. Vox no sabe de territorialidad, la utiliza y se aprovecha de ella, pero lo suyo es lo nacional y con esta premisa corta de raíz cualquier intento de tener un protagonismo territorial.
Lo que pasa es que a veces las posiciones del líder no encajan demasiado bien con los intereses nacionales, porque metidos en el culto al jefe en el que están, lo que quieren es potenciar Patriots y en él el protagonismo de Abascal, a quien no dudan en presentar como el aliado de Trump, que en la ocurrencia de cada día se mete en un pretendido proteccionismo americano que daña a todo el entorno mundial. Y ahí están los aranceles al aluminio y el acero como una triste realidad que perjudica sin paliativos a España, pero que cuenta con el respaldo del patriots de Vox.
Ayer se estrenó David Hierro como portavoz en las Cortes de Castilla y León. Es un hombre del aparato alineado con Bambú y si Gallardo elevó la crítica a la Junta y a Mañueco, Hierro ha mostrado cuáles son sus líneas de trabajo que marcarán lo que resta de legislatura. Vox fue parte del Gobierno, decidió unilateralmente su marcha del mismo de una forma que solo la estrategia de Abascal entendía, y que trataba de marcar las diferencias con el PP y entrar en ese terreno del populismo que gana puestos en Europa. El resultado real ha sido hacer el juego a la izquierda, encantada con su radicalidad porque actúa de agente movilizador de su espectro y garantía de que pueden construir una mayoría que les mantenga en el poder. Sánchez resiste y no parece dispuesto a elecciones y Vox, con su posición, le ayuda.
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