Por mi vereda
Capitana de las prioras
La Santa Sede ha confirmado que la beatificación de la venerable Ana de Jesús (1545-1621) tendrá lugar el 29 de septiembre en Bruselas
Bendita producción animal
Más que fango, pecina
![Capitana de las prioras](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/15/anadejesus-R5YCUm3QSc5iuj3XMJYytsI-1200x840@diario_abc.jpg)
Otra semana más del sainete de las monjas de Belorado. La tragicomedia dura ya más de un mes. Va una visitadora y no logra entrar al cenobio. Unos curiosos tratan de colarse intramuros, por lo que se reclama la presencia de la Guardia Civil. Las ... clarisas insurrectas denuncian que los bancos les han retirado la firma y no pueden operar con sus cuentas sin que fiscalice los movimientos el Arzobispado, salvo pago de gastos básicos y nóminas de empleados. Que debe haberlos. Muy poco edificante la historia. No conviene tener ahora un Palmar de Troya en versión castellana, y menos en pleno Camino de Santiago. Hagamos las cosas con la sobriedad propia de esta tierra, no un show que parece de ópera bufa. Sí, de esas que montaba David Sánchez (Azagra de apellido artístico) en Badajoz, que tiene el gran encanto de aportar como escenario natural miles de hectáreas de dehesa. Entre encinas y alcornoques.
Los culebrones mediáticos como el de Belorado nos distraen frente a la realidad seria de la Iglesia. La Santa Sede ha confirmado que la beatificación de la venerable Ana de Jesús (1545-1621) tendrá lugar el 29 de septiembre en Bruselas, ciudad donde murió tras fundar el convento de carmelitas descalzas. Nacida en Medina del Campo y huérfana desde muy niña, Ana de Lobera y Torres tuvo que luchar contra el empeño de sus dos abuelas por buscarle novio, porque pronto sintió la llamada. En Plasencia conoció al jesuita Pedro Rodríguez quien, consciente de su verdadera vocación de austeridad, pobreza y vida ascética, dirigió sus pasos al convento de San José, de Ávila, recién fundado por Teresa de Jesús. Aquel encuentro entre ambas mujeres fue providencial para el éxito de la reforma del Carmelo. Las separaban treinta años, pero pronto contó con el afecto y la confianza de la santa andariega, que elogiaba su fuerte personalidad, su capacidad de discernimiento y su caridad.
Convivieron estrechamente desde la apertura del monasterio de Salamanca y fue su enfermera, junto a María de San José, durante los últimos años. También ejerció de formadora de novicias y sacristana. La audaz monja vallisoletana fue una pieza clave de la empresa teresiana. Se entregó de lleno a la difusión de su carisma con acciones concretas. A la muerte de la madre fundadora, recopiló escritos, documentos y cartas que remitió a Fray Luis de León para su publicación. Defendió la autonomía de los monasterios femeninos frente a la postura oficial y el recelo de la Inquisición. En Beas de Segura, como priora, animó a San Juan de la Cruz a culminar su 'Cántico espiritual'. Y, como Castilla tiende siempre a lo universal, tras las fundaciones de Granada, Málaga y Madrid se embarcó en las de París, Dijon, Amiens, Mons, Bruselas y Lovaina. No hay duda: era, como sostenía Teresa, la «capitana de las prioras».
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