Gestión de riesgos

Antes de decidir la fecha de las votaciones, Mañueco debe enfrentar uno de los mayores desafíos del management: la gestión de riesgos. Esto implica identificar amenazas y oportunidades, evaluar el impacto de cada escenario posible, planificar respuestas para minimizar impactos negativos y, sobre todo, mantener un seguimiento constante para ajustar estrategias con el tiempo. El éxito radica en una administración inteligente de los desafíos. Y, por ahora, Mañueco puede permitirse no tener prisa.

Un adelanto electoral es el último recurso, no la primera opción. Y entran en juego muchos factores, incluso los meteorológicos, el calendario y sobre todo, el manejo de los detalles (que es donde habita el diablo, como se sabe): qué pasará con los pequeños partidos en una gran cuestión. Ahí está, por ejemplo, la implosión de ¡Vamos Palencia!, ahora enfrentados de tal modo que si antes cabían en un taxi ahora les sobra con un 'scooter'. Hasta mosquito todo es cacería como saben los alcaldes. Y Vox se está dando perdigonazos en el pie.

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He preguntado a Chat Gpt si Mañueco anticipará y tampoco lo conoce. Así que lo más razonable es pensar que todo seguirá igual al menos hasta la Virgen de San Lorenzo. Para el Pilar podría saberse algo, aunque quién sabe si será para la de Lourdes o incluso para la fiesta de la Anunciación: si tuviera que apostar por algún factor sería el meteorológico, que el general invierno es mal enemigo. Pero ni siquiera este elemento sería acelerante, porque puede, al contrario, llevar al límite los plazos para no tener que votar en la estación fría. Mientras tanto, miremos la luna y no el dedo, que lo relevante es el gobierno y no su final. Como dijo el Conde de Romanones: «El futuro no existe, existirá».