eL OTERO
Tsunami Trump
Ya veremos cómo gestiona Moncloa las relaciones con un presidente cercano a lo que a Sánchez le resulta lejano
Memoria selectiva

Hoy toma posesión Trump como presidente de Estados Unidos. Una reválida mundial para el resto de las naciones, susceptibles de ser objeto de las andanadas de una administración poco dada a la ortodoxia. Mucho me temo que nos va a tocar adaptarnos del mismo modo ... que muchos en Estados Unidos lo han hecho ya: pasando de considerarlo de perturbador a disruptivo y creativo.
Trump es una máquina de fabricar titulares lunáticos y por lo mismo acaba siendo «poco mordedor». Con todo, hay mucha angustia con los aranceles. Las 1.500 empresas de la región que comercian más de 600 millones de euros con Estados Unidos son las más preocupadas. Les vendemos productos comestibles, textiles, medicamentos, bienes de equipo. Veremos en qué quedan las amenazas pero cualquier distorsión en el comercio será nefasta.
El consejero de Economía, Fernández Carriedo, sostiene la necesidad de desarrollar el comercio en zonas como Asia, África o América, diversificando productos, abriendo el compás. Ése es el camino idóneo. Pero la Comunidad no podrá valerse por sí sola si el guantazo es potente.
Ya veremos cómo gestiona Moncloa las relaciones con un presidente cercano a lo que a Sánchez le resulta lejano. Si Sánchez tuvo problemas para que Biden, demócrata, se detuviera un rato en aquél pasillo, veremos la pericia bilateral y las prestaciones de la Unión Europea ante un mandato tan exigente. Trump, además, ya no es un 'outsider' como en su primer mandato: ahora ha tenido una victoria arrolladora y todo quisque está acudiendo a su regazo imperial con oro, mirra y mucho incienso.
Así que a partir de hoy ha llegado para Europa la hora de la verdad, concepto antagónico de la mentira, material del que está hecha la demagogia. Que se sepa sólo Georgia Meloni ha podido acudir a defender su palmito ante el rey de reyes. La presidenta italiana ha pasado por el control de seguridad de Mar a Lago tras aquél «no pasarán» con el que Teresa Rivera quiso darse a entender, gritando, contra los «ultras» en campaña. Ya lo dijo Churchill: «A menudo he tenido que comerme mis palabras y he descubierto que eran un dieta equilibrada».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete