VÍA PULCHRITUDINIS
Efecto bumerán
Pierden los socialdemócratas y liberales que arrastrados por el wokismo y la malentendida corrección política se han creído lo que sale en los anuncios de la tele
Flores y agua
Leche condensada light
¿Se imaginan que en España ganaran las próximas elecciones cualquiera de los populistas de izquierda o derecha con los que contamos en territorio patrio? ¿Podrían hacerse a la idea de que nos gobernaran aquellos que piensan que los topillos los reparten «los del Seprona» ... desde helicópteros o que, en la Moncloa, estuvieran aquellos que dicen que los perros tienen más derechos que nuestros niños?
Ideas así de peregrinas son las que han triunfado en EE.UU. y no por méritos de su defensor, Donald Trump, sino por la locura excluyente de su oponente, Kamala Harris. Me niego a pensar que ni en EE.UU. ni en España la gente sea tan estúpida como para creerse según qué peroratas. Reniego tanto de eso como estoy seguro de que lo que ha llevado a los americanos a votar por Trump aquí podría llevarnos a encumbrar a Yolanda Díaz o a Santiago Abascal.
El mérito del triunfo electoral de los populistas no está en que la gente sea tonta o que sus propuestas simplistas sean creíbles, sino que lo que está haciendo la política tradicional, el 'establishment' como dicen los americanos, ha llegado al paroxismo. Ni los males del mundo se aplacan promulgando leyes sobre cómo y con quién tienes que mantener relaciones sexuales como repica la pandereta populista de la presunta izquierda, ni el problema del hambre en el mundo se soluciona tirando al mar a los inmigrantes, como postula la fanfarria populista de la presunta derecha.
Los americanos han votado contra la defensa del aborto de Kamala Harris y contra el hecho de que el mayor logro de su campaña se anunciara al día siguiente con el titular de 'EE.UU. tiene su primera congresista transgénero'. No es que la gente esté contra los derechos o las libertades, es que están hartos de que te conviertan en un paria si no piensas que para ser feliz hay que abortar. Cuando, además, es mentira. No ganan Trump, ni Yolanda, ni Santiago…. pierden los socialdemócratas y liberales que arrastrados por el wokismo y la malentendida corrección política se han creído lo que sale en los anuncios de la tele. No hay que renegar del cambio climático o de la igualdad para acabar empachado de las dos cosas cuando te la sirven de primero, segundo y postre. Entonces, llega un mal día y votas a Trump y lo que es peor, gana y gobierna porque cree que tiene razón.