Desde la Raya
Nuestro cáncer
La mía es una tierra de gentes solidarias que hacen verdad aquello de que quienes menos tienen más dan
Secretos de alcoba
Que vienen las ovejas
![La marcha de 2023](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/19/zamora-RRIp6RAVcDvn6tOrwrZUKcM-1200x840@diario_abc.jpg)
Este domingo miles de personas toman las calles en una marea contra el cáncer. Mi Zamora pequeñita se transforma en un caudal humano que reivindica a cielo abierto más recursos para la investigación, para mitigar el dolor y la angustia de tantas familias.
La mía ... es una tierra de gentes solidarias que hacen verdad aquello de que quienes menos tienen más dan. Esta Zamora despoblada, la menos favorecida en los presupuestos de la Comunidad, la hermana pobre de Castilla y León, suple con calidad humana la pobreza de sus arcas y sus miras. Esa calidad humana que se desbordó cuando ardía nuestra Sierra de la Culebra y la provincia entera se movilizó para ayudar a quienes perdieron campos, casas, ganado, paisajes, vida.
Mañueco pasó por aquí, dos años hace ya, pero nunca más se supo. Y aunque la tierra está ya fría, en esa sierra calcinada laten corazones sin resarcir. Es la resistencia extraordinaria, la supervivencia de la gente del campo, que se niega a abandonar sus raíces y emigrar a las grandes ciudades donde el tiempo pasa más deprisa y las estrellas no se ven por las noches.
No es un tópico. Somos la cola del ratón, el olvido es nuestro cáncer; este agravio comparativo constante que el Gobierno de España aumenta con el cupo catalán que hace pedazos la Constitución, la solidaridad, el principio de igualdad; que enriquece a los más ricos y carga a nuestros lomos las deudas de los demás.
Somos nosotros, el pueblo, no lo duden, los que pagamos el chantaje miserable a Sánchez para mantenerse en el poder. Ese chantaje que cada vez le chirría más a las gentes cabales del partido, aunque lo digan con la boca pequeña, si todo el que suba un decibelio se queda sin cabeza. Sólo así, eliminando a quien discrepaba, han logrado edificar el cortijo de Sánchez, esa sociedad limitada en la que ha convertido a un partido del que no queda ni su sombra. Partido de pensamiento único, de ese dedo supremo, espada que planea sobre Luis Tudanca, quien ganó unas elecciones y no pudo gobernar; justo lo contrario que le ha pasado al caudillo Sánchez, capaz de pactar con el mismísimo diablo para mantener el asiento caliente aunque sea a costa de mínimos morales.
Pero esta tierra mía que sigue anclada a su pasado, enferma de desidia, si desde la Junta llevan más de 30 años sin ofrecerle futuro; si el Gobierno nos pisotea porque somos pocos y no contamos, hoy se calza las deportivas y se lanza a la calle en un clamor por la vida y la esperanza de hombres y mujeres. Ojalá un día tomase de la misma forma las calles, sanase de sus males endémicos, por su desarrollo, por justicia.
Porque somos más complacientes que bravos, más solidarios que valientes. Porque nuestro cáncer es el silencio, que tiene cura.
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