desde la raya
Secretos de alcoba
Es asqueroso el ejercicio de hipocresía de los salvapatrias de turno que no dudan en tratar al emérito como a un muñeco del 'Pim Pam Pum'
Que vienen las ovejas
Viva México, rufianes
![Don Juan Carlos, en una imagen de archivo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/12/rey-efe-RBbhdv2tZqsUJwfz7lewTjJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Nunca he creído que el poder de la realeza emana de Dios. Los Reyes a los que rindo pleitesía desde niña son los Magos de Oriente y defiendo que el poder y la libertad brotan del pueblo, que todos somos iguales ante la ley.
Por ... ello, porque la Constitución garantiza la intimidad de cada individuo, me parece asquerosa la difusión y utilización de las conversaciones privadas del rey Don Juan Carlos I, grabadas de manera clandestina, ilegal, por una vedette compañera eventual de cama que se ha procurado unos milloncejos a costa de chantajear a la Casa Real vendiendo sus miserias. Porque más allá de la miseria moral que destila esta campaña basada en líos de sábanas, creo que a la mayoría nos la traen al pairo los secretos de alcoba del monarca.
No es a las porteras de barrio que campan por los medios a quien el emérito debería dar explicaciones, sino a Sofía, la más digna de este vodevil. Es vomitivo ese ejercicio ejemplarizante, ese juicio sumarísimo público a quien ha representado a España al más alto nivel mientras el país recuperaba el pulso, la libertad, la vida.
Yo tenía seis años cumplidos cuando Franco murió; mi generación ha crecido bajo la sombra de Juan Carlos I, cuyo reinado garantizó la democracia, la instauración de una monarquía constitucional; la reconciliación de las dos Españas, paz y bienestar durante casi cincuenta años. No lo digo yo, escrito queda en la Historia.
También a su sombra creció fuerte el Estado de Derecho; el voto y la palabra; la libertad de pensamiento y credo, dejando atrás el aislamiento al que España fue sometida después de la II Guerra Mundial y de esa Guerra Civil que la fracturó por la médula. Su corona ha sido puente a la modernidad y bajo su reinado quedaron fijados desde el corazón los lazos de fraternidad con los países hermanos al otro lado del Atlántico, esos países hispanos que ayer celebrábamos quienes sentimos el mismo latido, la misma sangre, acá y allá.
Es asqueroso el ejercicio de hipocresía de los salvapatrias de turno que no dudan en tratar al emérito como a un muñeco del 'Pim Pam Pum' mientras en el Parlamento se debaten y negocian al peso amnistías, indultos y reducciones de penas a terroristas a golpe de chantaje, siete sillas; ese «todo por el pueblo pero sin el pueblo!», el primo, el cuñado, la corrupción, la mierda, el fango, ese cupo catalán que se pasa por el forro la igualdad de los españoles. Que es lo que me duele, me enciende, me preocupa. Lo que no se habla. Ay, mi pobre Oeste.
Nunca he creído que el poder de la realeza emana de Dios. La desgracia, la decepción, sobreviene cuando ves a diario que el poder que ha entregado el pueblo a quienes deberían representarnos se vuelve un ejercicio de nepotismo, una engañifa, un insulto, una burla continua a ese pueblo ingenuo.
Ay, mi querida España.
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