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El pueblo de Cuenca que busca trabajadores: casa gratis, sueldo de 1.500 euros y sin necesidad de experiencia

Se trata de una oferta para dos personas que deberán desempeñar tareas de guardeses de finca

El pueblo del País Vasco que busca trabajadores: casa gratis, sueldo de 3.250 euros y sin necesidad de experiencia

El Ayuntamiento de San Clemente WCOMMONS

María Carbajo

Si estás pensando en cambiar de vida, alejarte de la ciudad y gozar de la tranquilidad que se respira en un pueblo pequeño, esta oferta de trabajo puede ser para ti.

Una familia de un pueblo situado a entre Cuenca y Albacete solicita de los servicios de dos personas (pareja, hermanos o amigos) para ejercer de guardeses en una finca.

Lo que ofrecen es desde luego una gran oportunidad para dar ese paso que estabas deseando de cambiar de aires.

Se trata del pueblo de San Clemente, de cerca de 7.000 habitantes y con un gran patrimonio cultural y arquitectónico, como es su ayuntamiento, de estilo renacentista y que abre esta información.

Oferta de empleo en San Clemente

Funciones del puesto

  • Tareas del hogar

  • Limpieza y orden

  • Cocina y servicio de comidas, cuando los propietarios acudan a la finca

  • Mantenimiento de la casa, jardín y piscina (depuradora), para su correcto funcionamiento

  • Compras domésticas

  • Cuidado y alimentación de los perros

La oferta la ha publicado a través de 'Milanuncios' lo que parece la gestora de la finca, y sólo pide dos requisitos a cumplir para ser apto para el puesto: carnet de conducir y vehículo propio y responsabilidad, resolución y capacidad de organización. Es decir, no es necesaria experiencia.

A cambio, el trabajo incluye alojamiento gratuito y se trata de un contrato de tipo indefinido.

Se ofrece

  • Contratos indefinidos

  • Alojamiento

  • Teléfono, wifi y coche (para uso laboral)

  • Salario: 18.000€ (cada persona. Es decir, 1.500 brutos al mes)

«Si cumplís los requisitos y os interesa esta oportunidad, envía tu CV a la siguiente dirección: seleccion.trabajo.clm@gmail.com», escriben desde la página de la oferta.

Hacer las maletas y mudarse a un pueblo con un trabajo de este tipo es un cambio radical de vida. Cuidar de una finca es un trabajo sacrificado porque requiere de mucha atención durante todo el tiempo, pero ofrece recompensas que van desde el ahorro económico al privilegio de disfrutar de la naturaleza y la vida rural.

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