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Una noche con dos desconocidos, un Rolex robado y una vuelta a pie que nunca llegó a su destino: lo que se sabe de la desaparición de Jay Slater

La búsqueda en superficie del turista británico, que viajó a Tenerife junto a unos amigos para acudir a un festival quedó desactivada el domingo; la investigación continúa

El británico desaparecido en Tenerife, Jay Slater, confesó a sus amigos «haber robado» un Rolex valorado en 14.000 euros y que pretendía vender antes de perderse

Decenas de efectivos durante el macrodispositivo de búsqueda del turista británico de 19 años Jay Slater, también en la imagen. EP / SOS DESAPARECIDOS
Aurora Santos-Olmo

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El nombre de Jay Slater ocupa cada vez más espacio en los medios de comunicación. Este joven británico de 19 años , complexión delgada, pelo negro corto y ojos azules, desapareció el pasado 17 de junio en el Parque Rural de Teno, en Santa Cruz de Tenerife.

El adolescente, natural de Oswaldtwistle, en Lancashire, había viajado a la isla junto a unos amigos para asistir al New Rave Generation, un festival de música en San Miguel de Abona, que se celebró este año del 14 al 16 de junio.

Para pasar esos días, Jay y sus amigos habían alquilado un apartamento en Los Cristianos. Pero esa noche, la del 16 al 17 de junio, el británico de 19 años no volvió allí. Después de la fiesta se fue junto a otros dos hombres más mayores que él a la Casa de la Abuela Tina, en Masca, el apartamento que ambos habían alquilado a un precio de unas 40 libras por noche. De camino a allí, Slater envió un mensaje de Snapchat a sus amigos en el que les decía que había robado un Rolex valorado en 14.000 euros y que tenía intención de venderlo.

Sus amigos no han vuelto a verle en persona desde el 16 de junio. El contacto con él lo perdieron antes de las 09.00 horas del lunes 17 de junio, día en el que se denunció que se le había perdido la pista. La última en comunicarse con el joven británico fue su amiga Lucy, que también había ido de viaje a Tenerife. Lo hizo en una llamada de teléfono en la que, informan los medios británicos, él le dijo que estaba perdido, tenía sed y apenas le quedaba un 1% de batería en su teléfono.

Jay había ido la noche anterior, la del 16 al 17 de junio al apartamento de alquiler en el que se alojaban Ayub Quassim, de 31 años, y otro amigo cuya identidad no ha trascendido. Salió de allí antes de las 08 de la mañana. Una testigo que citan los medios británicos fue la última persona que le vio, aunque también los medios canarios aseguran que varios vecinos afirman haberle visto viendo la Eurocopa una vez desaparecido.

Caminando en dirección contraria

Según ha expresado esta mujer que oficialmente fue quien le vio por última vez, ella le dijo al joven que no había autobús para volver a Los Cristianos, donde tenía su alojamiento, hasta las 10.00 horas de la mañana. Sin embargo, en lugar de esperar o bien en la casa donde se había ido con los otros dos británicos o bien en algún lugar de la zona, el adolescente decidió emprender camino a pie. En teoría tardaría unas 11 horas, según la versión de esta testigo, que asegura que más tarde le vio caminando en dirección contraria a donde en principio tenía intención de llegar.

Desde que los amigos de Jay denunciaron su desaparición, las Fuerzas de Seguridad comenzaron a trabajar en su búsqueda. En primer lugar, se peinó la zona del barranco de Masca, donde desapareció y donde le ubicaba la última localización de su teléfono. También se hizo lo propio con otros anexos en el Parque Rural de Teno, en Buenavista del Norte. En las labores de rescate, en concreto, han participado agentes de los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM), el servicio cinológico (perros), drones de Protección Civil y patrullas de seguridad ciudadana.

Este operativo de búsqueda en superficie, que abarcó cuevas, barrancos y otros terrenos, quedó desactivado el pasado domingo, tras no haber obtenido resultados. Lo hizo tras una jornada previa en la que se produjo una macro batida con varias decenas de voluntarios, entre los que también había dotaciones de bomberos, que acudieron a rastrear la zona. A pesar de esta decisión de suspenderla, se mantiene la investigación sobre el caso.

Un Rolex robado o un 1% de batería, las incógnitas pendientes

A punto de cumplirse cuatro semanas desde que trascendió la desaparición de Jay, aún son muchas las incógnitas que quedan sobre la mesa y las hipótesis que se manejan. Una de las preguntas es por qué decidió irse junto a estos dos hombres que no conocía, otra por qué abandonó la Casa de la Abuela Tina casi sin batería –apenas un 1%– o sin beber agua y por qué no paró a descansar esas dos horas que quedaban para que llegase un autobús que le devolviese a su destino inicial junto a sus amigos.

También se cuestiona si el robo del Rolex valorado en 14.000 euros tiene algo que ver en la desaparición y cuál es su actual paradero. En torno a esto, se está investigando una pelea que se produjo en el Papagayo Beach Club esa noche, en el momento en el que pudo producirse esta sustracción.

Uno de los hombres, vinculado al narcotráfico

Las teorías en torno al caso también giran en torno a la identidad de uno de los dos hombres más mayores con los que se fue en la madrugada del 17 de junio. Ha sido identificado como Ayub Quassim. Según informan los medios británicos, es un narcotraficante de 31 años, que estuvo nueve años encarcelado. Además, publicaciones como 'The Sun', 'Daily Mail' y otros medios locales, aseguran que es el líder de una banda criminal cuya sede central está en Londres y que importaba heroína y crack a Gales.

Tanto este hombre como su amigo anónimo ya se encuentran de vuelta en Reino Unido, tras haber sido considerados «no relevantes» para el caso. No obstante, Quassim alargó su estancia en Tenerife para colaborar en la investigación. Según su testimonio, Jay llegó con ellos a la Casa de la Abuela Tina vivo y salió igual de allí. Además, ha insistido en que no hubo ningún tipo de problema o incidente entre ellos. También ha asegurado que no ha hecho nada malo y que no tiene ningún problema con el joven desaparecido ni con sus colegas.

Al parecer, según las versiones que han recopilado los medios británicos, estos dos hombres habían pasado tiempo junto a Jay y sus amigos en los días previos. Según Quassim, le ofreció quedarse al adolescente en ese Airbnb que habían alquilado porque no tenía otro sitio en el que alojarse.

Por otro lado, sobrevuela las páginas de los medios el pasado del británico de 19 años. Estos días, recuerdan que en 2021 participó junto a su pandilla en la agresión a otro joven, de nombre Tom, que al parecer fue atacado con un machete. La entonces víctima ha pedido a través de sus redes sociales que «se deje de decir tonterías». Además, ha solicitado respeto para la familia de Jay: «Están desconsolados, pónganse en su lugar», ha insistido.

Estas y otras informaciones que surgen en torno al caso están dando lugar a teorías de la conspiración que han llevado a consecuencias desde llamadas a la familia fingiendo un supuesto secuestro o a que incluso se llegue a cambiar el lugar donde se estaba buscando al joven. Se le situó entre Las Américas y Los Cristianos, sin embargo, estas pistas fueron desestimadas por la Guardia Civil, que volvió a centrar el caso en el Barranco de Masca, desde donde se emitió esa última llamada a su amiga Lucy, y donde se le buscaba inicialmente. Entre las últimas posibles versiones, la de que el adolescente esté vivo y comiendo plantas.

La familia pide «respeto»

La madre de Jay ha denunciado también haber recibido llamadas «horribles» de ciudadanos británicos. Algunas, hasta hechas en tono de «broma», algo que ha calificado como «repugnante», según recogen los medios británicos.

«La gente llama y me dicen que tienen secuestrado a Jay porque les debe dinero», ha censurado la madre del joven, que define a su hijo como un joven «normal», muy popular y con un gran círculo de amigos.

«Quiero mantener las esperanzas de que será encontrado sano y salvo», ha expresado, para añadir que el adolescente «parecía estar bien» cuando había hablado con sus amigos a través de Snapchat.

El caso de Jay Slater ha causado una gran conmoción tanto en su país de origen, Reino Unido, como en el resto del mundo. De hecho, el exinvestigador Mark William-Thomas, que ha participado en otros casos como el de la desaparición de Madeleine McCann, se ha trasladado personalmente a la isla para estudiar por su cuenta los hechos.

La familia del joven ha pedido a los medios respeto a su privacidad y que se deje trabajar a la Policía, que continúa las investigaciones, a pesar de que la búsqueda quedase concluida el domingo. «Somos conscientes de las teorías de la conspiración y de la especulación que se está dando en algunos medios y páginas web (...) los comentarios negativos son extremadamente angustiosos para nosotros», han zanjado en la carta difundida esta semana, en la que también agradecen el trabajo de la Policía y la Guardia Civil al igual que el cariño de la gente.

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