VOLCÁN LA PALMA
La historia de Zohreh, afectada del volcán: «Viví 7 meses en mi coche, si no llega la ayuda de alquiler volveré a dormir en la furgoneta»
Vivía en un piso de alquiler y trabajaba de camarera en Puerto Naos, hoy sin poder acceder a su casa y en ERTE, denuncia que el Gobierno les haya olvidado
Zohreh y su perro Body
Zohreh Safaei Kahran vivía en Puerto Naos, La Palma, un lugar 'secuestrado' por la emisión de gases volcánicos desde hace casi año y medio. Allí tenía su piso de alquiler y su trabajo de camarera. Ahora se siente decepcionada y muy molesta, «viví 7 meses en mi coche, porque en el hotel que me ofrecieron de emergencia no me dejaban alojarme con mi perro».
Durante meses durmió en su furgoneta, se duchó en las playas y trató de aguantar una situación a la que el gobierno no le da solución. Abandonar a su perro, enfermo y mayor, nunca fue una opción para ella.
Aunque «todo el mundo ha sido muy dulce conmigo y me ha ayudado», cree que los afectados como ella «tenemos que luchar» para que el gobierno cumpla su palabra. Hoy tiene una «casita» como la llama, con un alquiler que puede permitirse con lo que ingresa por el ERTE, pero lamenta que si no llegan las ayudas de alquiler «tendré que volver a dormir en el coche» porque «no quiero vivir de alquiler sin saber si voy a poder pagarlo».
Aún no ha recibido el abono de este mes, y el anterior lo recibió meses después de solicitarlo. Tener que decidir si vivir bajo un techo o su perro es una tesitura en la que la han puesto las autoridades que gestionan los efectos de la erupción y que no le parece justa.
«Yo no necesito muchas cosas», asegura a ABC, «llevo una vida muy tranquila». No le preocupa la comida, ni la ropa, no es una mujer de lujos, con poder comprar la medicación de Body y lo poco que necesita ella «está bien», asegura. Body, su perro de 14 años, es su familia, asegura.
El día de la erupción de Cumbre Vieja «salimos al segundo, en medio del caos» porque tal y como recuerda «nadie sabía qué hacer ni a dónde ir». Los primeros tres meses pudo vivir en el apartamento de un amigo, y con algo de ayuda logró comprar una 'Belingo' que fue su casa desde entonces. Al hotel de Fuencaliente dónde fueron derivados los afectados «no podía ir porque no me admitía con el perro, está mayor, y no voy a dejar a mi niño».
Tuvo que hacer «muchísimos papeles» y le han dicho que está «en la lista» para recibir «220 euros cada mes» por el alquiler. Con ese dinero, afirma, es imposible encontrar un piso ahora mismo. «Tengo que ver qué hago, dicen que me ayudan, que lo busque y ellos se hacen cargo pero no es así», ahora por una habitación «piden 500 euros». La falta de alojamiento y la subida de precios ahoga a estos vecinos de Puerto Naos más que los gases que no les permiten recuperar su vida, «mucha gente perdió su casa y algunos han recibido un lugar para vivir, a mi me dicen que no soy afectada, porque no he perdido nada» aunque hace casi año y medio que «no puedo vivir ni trabajar en Puerto Naos» donde construyó su vida.
Ha recurrido a Cáritas, Cruz Roja y Servicios Sociales, y durante este tiempo ha vivido «con lo justo, pero bien». Algo que no puede «es pagar el alquiler a los precios actuales», porque sumando el ERTE y la ayuda de alquiler apenas llega a los 600 euros, un sueldo inviable para pagar un alquiler a precio 'postvolcán'.«Mis amigos me ayudaron, pude quedarme en su jardín a veces, pasé muchas noches en las que era difícil encontrar un lugar para dormir». Zohreh vive día a día con lo que tiene y puede, «trato de buscarme la vida». Para ella «pagar el alquiler es el único problema». «Dicen que no soy afectada porque no perdí nada, pero no tengo ni piso ni trabajo» y aunque puede entender que ayuden a los que perdieron su hogar se siente desesperada. «Paciencia», se repite continuamente ante los problemas de la vida después del volcán.
Zohreh tiene 58 años, nació en Irán, pasó buena parte de su vida en Alemania y lleva 12 años en La Palma. «Llegué a La Palma buscando trabajar para vivir y no al revés, una vida tranquila sin muchos gastos, disfrutar de la tranquilidad de la isla» que le enamoró desde que llegó.
«No me quiero ir de La Palma, no quiero tener que viajar con mi perro así, tampoco quiero volver a Alemania». Como ella «conozco a más gente» que «no tienen un lugar para vivir». Para ella, el volcán «no nos ha complicado tanto la vida como la gente», porque el volcán «es naturaleza, hace su trabajo, la tierra es así» pero son las trabas burocráticas las que le ahogan.
«Me siento molesta por esta situación, yo soy una persona muy positiva, siempre buscando soluciones», pero esta vez se siente sin salida. «Quienes están arriba no ven lo que pasa abajo», porque las ayudas y los tiempos «no son realistas, los alquileres han cambiado».
Zohreh Safaeie
Sobre volver a Puerto Naos, «no me dicen nada». Una vez al mes «podemos preguntar para bajar un par de horas para limpiar, cada mes son dos o tres calles». En la última cita no pudo ir y ahora «tengo que esperar un mes más». Las autoridades y los científicos «no saben o no nos dicen», y ya ha llegado un punto en el que prefiere no saber más hasta que sea algo definitivo. «Es una situación muy negativa y no quiero estar depresiva», algo que ya le ha pasado a muchos de los afectados y afectadas del volcán, que han pagado el coste de la erupción no solo con su proyecto de vida, su tranquilidad o su casa, sino también con su salud mental.
Ver comentarios