El búnker de Sánchez en Brasil: el presidente rehúye a la prensa en una frenética visita a Sao Paulo
Su equipo le organizó toda una jornada blindada, impenetrable para enviados especiales y corresponsales
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![Pedro Sánchez y el gobernador del estado de São Paulo, Tarcísio de Freitas, visitan las obras del metro](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/07/sanchez-brasil-kf4C-U6014386958171WB-1200x840@diario_abc.jpg)
Empresarios, constructores, inversores, obreros, científicos, gobernadores, ministros. En su primera visita como presidente del Gobierno a São Paulo, la mayor ciudad de América Latina, Pedro Sánchez se vio con mucha, mucha gente. Pero no con la prensa.
Su equipo le organizó al presidente ... del Gobierno toda una jornada blindada, impenetrable para enviados especiales y corresponsales. Tres lugares distintos visitó Sánchez en esta megalópolis, dio discursos, firmó libros de visita, hasta lució cascos y se subió a montacargas, pero el presidente no quiso prestarse a responder ni una sola pregunta.
Eso, en un día crucial, en otra semana sin precedentes, en un mes insólito de escándalos sobrepuestos en España: la comisión de Justicia aprobó una amnistía a medida de los independentistas catalanes; Carles Puigdemont anunció su regreso a España en verano; se supo que la Guardia Civil investiga un pago de 70.000 euros a un comisionista por parte del ex ministro José Luis Ábalos, la mujer del presidente se vio con un investigado en la Audiencia Nacional por los presuntos delitos de organización criminal, trafico de influencias, cohecho, blanqueo y contra la hacienda pública.
Alguien del equipo de comunicación del presidente lamentaba que los periodistas españoles no preguntaran por política internacional, por Brasil, por el empleo que las empresas españolas generan en este país. Un compañero enviado especial que viaja con la comitiva de Sánchez le estrechó la mano a Sánchez tras una breve visita al Instituto Cervantes en la Avenida Paulista y le pidió con amabilidad que se dirigiera a la prensa. El Presidente sonrió, sacudió la cabeza, se fue con prisas y se montó de nuevo en el coche.
Así fue todo el día de Sánchez en São Paulo: pasadas las 08.00 llegó al hotel Palacio Tangará rodeado de su escolta y dio un discurso en un foro empresarial organizado por el ICEX. Sin preguntas. Ahí, ABC intentó abordarlo, después de pronunciamiento cargado de noticias positivas sobre los buenos números de las inversiones de las empresas españolas en Brasil. Sánchez salió seguido por unos tres guardaespaldas que evitaban que la prensa se acercase y aceptó algunas peticiones de selfis. Sánchez le dio la espalda a la corresponsal de ABC. A la pregunta de cómo va a evitar que haya un nuevo referéndum, algo que ya anuncian los líderes independentistas catalanes, respondió: «No tengo comentarios».
Después salió hacia un pasillo por el que fue rápidamente hacia su siguiente compromiso en la agenda. Era una visita al tajo, el de Acciona en la Línea 6 de metro de Sao Paulo, un gigantesco agujero de más de 60 metros de profundidad para una de las mayores estaciones del continente americano.
Su equipo se las ingenió para que Sánchez, con un casco y en mangas de camisa, bajara en un montacargas por su cuenta. Tras una breve visita guiada, solo después de que hubo subido a la superficie, pudieron bajar los periodistas, convenientemente mantenidos a raya, en la lejanía. Sin preguntas, sin polémicas.
Tras un encuentro con el gobernador de São Paulo -Tarcísio de Freitas, un gran amigo de Jair Bolsonaro- Sánchez dio otros discurso con sus lemas más repetidos aquí («es necesario descarbonizar», «hay que celebrar el día de las mujeres trabajadoras», «hay que aprovechar la abundancia de sol en España») y volvió a salir raudo, en esta ocasión al Instituto Cervantes, donde hizo una visita relámpago para verse con científicos e investigadores.
Allí fue donde su equipo lamentó el interés de la prensa por asuntos que no tuvieran que ver con Brasil, aunque el día anterior trató varios de ellos el Presidente en una comparecencia conjunta con su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva. Este, sin embargo, reventó la rueda de prensa pidiendo a la opositora venezolana María Corina Machado que deje ya de «llorar» y acepte su inhabilitación por la dictadura de Nicolás Maduro.
Rumbo a Chile
Ya por la tarde del jueves, Sánchez y su equipo siguieron con su viaje, rumbo a Chile. En Brasil, aparte de la comparecencia con Lula, Sánchez sólo habló sin atribución en el avión, en un tipo de conversación común en este mandato: una charla informal, con informaciones e impresiones, pero sin entrecomillados. Es una especie de híbrido a la española entre las conversaciones en 'on' y en 'off', en las que los límites están más claros.
Gracias a esa conversación no del todo anónima, sabemos, porque EFE ha informado de ella, que Sánchez estaba dispuesto a aceptar alguna modificación de la ley de amnistía para dar más garantías a Junts. Según su equipo, todo lo que estaba dispuesto a hacer entraba dentro de la legalidad. Por algún motivo, el presidente no quiso expresarlo de ese modo abiertamente.
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