La exclusión del congreso federal del PSOE, el nuevo desplante de Juan Espadas a Susana Díaz
La expresidenta de la Junta de Andalucía es la única senadora de Sevilla que no irá como delegada al cónclave que votará la reelección de Pedro Sánchez
La segunda vida de Susana Díaz: de los mítines a las tertulias
Susana Díaz lo ha sido casi todo en la historia reciente del PSOE andaluz. Secretaria general durante ocho años, presidenta socialista de la Junta de Andalucía entre 2013 y 2019, consejera de la Presidencia, número uno del partido en Sevilla, diputada nacional y autonómica, ... concejal en el Ayuntamiento hispalense... Actualmente, es senadora en representación de Andalucía. «Soy más del PSOE que el escudo», suele decir cuando alguien pone en duda su apego a las siglas. Pero ni su pasado o ni su fervor por el partido en el que empezó a militar con apenas 17 años le han servido para ocupar un asiento entre los 1.099 delegados convocados al Congreso Federal que su partido celebrará en Sevilla desde finales de noviembre para reelegir a Pedro Sánchez.
El PSOE hispalense, al que Susana Díaz pertenece, la ha dejado fuera de la convocatoria. La Comisión Ejecutiva Provincial que dirige el presidente de la Diputación, Javier Fernández, aprobó ayer una lista con 57 delegados que representarán a esta organización en el cónclave, que estará encabezada por el actual secretario general del PSOE andaluz y portavoz socialista en el Senado, Juan Espadas, seguido del propio Fernández. En la relación de nombres no figura Susana Díaz.
Su ausencia ha llamado la atención dentro del partido. Es la única senadora sevillana que ha sido borrada del congreso. Aparte de Espadas, tendrán voz y voto en el cónclave los senadores Antonio Gutiérrez Limones, Antonio Muñoz y Eva Patricia Bueno Campanario.
El PSOE de Sevilla no ha explicado el porqué de la exclusión de la expresidenta andaluza a preguntas de ABC. Razón objetiva no hay, toda vez que sí ha incorporado a otros cargos públicos con menos trayectoria que ella y que tampoco desempeñan tareas orgánicas. Sin ir más lejos, irán al cónclave la eurodiputada Lina Gálvez o la parlamentaria por Sevilla y exlíder regional de UGT Carmen Castilla, por citar dos casos. No está la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pero porque ya forma parte de la Ejecutiva federal como vicesecretaria general.
El líder del PSOE andaluz acusó a Díaz de «dañar» la imagen del partido al no rebatir el fraude en el caso ERE
Desde el sector crítico interpretan la exclusión de la expresidenta andaluza como un nuevo ajuste de cuentas de Espadas con su antecesora, con la que ha mantenido desencuentros en los últimos meses.
Su nombramiento como hija predilecta de Triana, el barrio sevillano donde se nació y crió la exmandataria socialista, fue criticada por el presidente del PSOE andaluz, Manuel Pezzi, por aceptar su reconocimiento a propuesta del Ayuntamiento de Sevilla. Un alcalde del PP, José Luis Sanz, le ha dado una distinción que no le han otorgado el propio Juan Espadas y Antonio Muñoz, tras ocho años de mandato. La exdirigente lamentó haber sido objeto de una «agresión gratuita» por parte de miembros destacados de la dirección. «Así nos va como nos va en Andalucía», comentó.
Lejos de cesar, las hostilidades fueron creciendo. El pasado mes de julio, el actual líder regional acusó a la senadora en un artículo de prensa de «dañar la honorabilidad» de Chaves y Griñán y «la imagen» del partido por su falta de diligencia comunicativa para contrarrestar el relato del fraude en el caso ERE. La expresidenta le replicó que «algunos» reescriben ahora el pasado «para quedar bien».
La exmandataria se ha desmarcado de la línea oficial del sanchismo y ha cuestionado el cupo fiscal de Cataluña
Quien se mueve o se sale de la línea oficial no sale en la foto. Es lo que le ha ocurrido a Susana Díaz. A finales de agosto cuestionó el pacto fiscal con Cataluña desmarcándose de la dirección del PSOE andaluz, que cerró filas con Pedro Sánchez. «Va en contra de lo que defienden los socialistas», proclamó.
Más recientemente, la expresidenta fue la única que alzó la voz contra el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, cuando, en un debate sobre la financiación singular de Cataluña, aseguró que la desigualdad de Andalucía «no es por culpa de los catalanes sino de 40 años de caciques». Incluía también al PSOE, que ha gobernado 37 años esta tierra. Díaz le contestó que «aquí no hay caciques, solo un pueblo que se ha ganado el respeto con esfuerzo y trabajo», mientras María Jesús Montero no hizo ningún reproche a Rufián cuando debatía con él en el Congreso.
Desde el PSOE sevillano eludieron la polémica omisión de Susana Díaz de las listas. Destacaron que «Espadas ha obtenido un número de avales que está muy por encima del máximo que permiten las bases del cónclave». El criterio que se ha seguido para seleccionar a los compromisarios es incorporar los secretarios de las agrupaciones locales con mayor número de militantes.
En la nota difundida por el partido, defienden que «en la lista están representadas todas las comarcas de la provincia, con el peso de alcaldes y alcaldesas socialistas y con una representación también de los socialistas que desarrollan su labor en instituciones como el Parlamento Europeo, el Congreso de los Diputados, el Senado y el Parlamento andaluz».
Según la dirección provincial, la lista refleja «la integración en la que ha venido trabajando la dirección del partido desde su elección en el congreso provincial socialista». En efecto, hay militantes de diferentes sensibilidades, pero no en todas las provincias. En algunas, como Sevilla o Málaga, ha prevalecido el 'ordeno y mando' de los aparatos provinciales.
La lista irá acompañada por otra con 57 observadores que tendrán voz pero no voto.
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