VERSO SUELTO

La pesadilla del IVA

«¿Subir precios? Si se quejaban de que los palcos eran pequeños para los sobrados de peso»

Carrera oficial en el entorno de la Mezquita-Catedral ÁLVARO CARMONA

09/01/2020 a las 00:40h.

No sé cómo en los anuncios no aparece ya una banda en que diga que nueve de cada diez psiquiatras desaconsejan celebrar la Navidad . No sólo la Sociedad de Endocrinología debería dar un puñetazo en la barra y dar vacaciones obligatorias a algunos ... restaurantes. Tanto como el estómago sufre la cabeza, que se desorienta y de noche, cuando debería estar en reposo, empieza a componer historias truculentas que más que una pesadilla son un castigo merecido por los excesos. A mí me tuvo que sentar mal la ensalada que venía de guarnición con el codillo que me tomé para cenar la otra noche. O quizá fueron los tres vasos de Chivas, sin hielo el último porque se me había terminado, pero el caso es que tuve un sueño que más que principio y final era una sucesión de frases que se entrecruzaban, algunas en coloquio y otras solas, como si nadie quisiera escuchar a nadie.

Una cosa así: «Hago un llamamiento para conservar la calma. Esto del IVA puede ser una catástrofe , pero estamos aquí reunidos en cónclave para ver cómo conseguimos que los abonados no nos dejen los palcos vacíos sin que eso suponga que las cofradías dejen de ingresar lo que ahora reciben, que tampoco es una fortuna». Y luego muchas frases más: «¿ La Agrupación tiene margen de maniobra para asumir la subida y que no lo noten ni los de las sillas ni las hermandades ?». «Pues no sé qué decirte. Los inhibidores de frecuencia que hemos puesto después de la última asamblea han costado un pico y los vigilantes de seguridad de incógnito para detectar conversaciones ilegales comiendo la orejita tampoco vienen por ser cofrades, desde luego. Hay que pensar otra cosa».

«No, lo de subir los precios un 21 por ciento para ingresar a Hacienda lo que pide no se puede hacer. Si ya algunos se han quejado de que el palco era muy pequeño para quienes iban un poco sobrados de peso, no quiero ni pensarlo». «Un poco por lo menos, aunque no sea todo». «Lo intentaré, pero ya verás los de Izquierda Unida y Podemos con la matraca de la privatización , la plusvalía y la apropiación de los medios de producción por el capital. Y más ahora, que son capaces de decir que esto es por culpa del Ayuntamiento del PP».

Por momentos había tanto griterío que apenas se distinguían las frases y otras veces no había coloquio, sino risas. «Hombre, las cofradías estamos sobre todo para repartir fe por las calles de Córdoba, así que podríamos gastar menos dinero en los cultos, en la cera, en la flor y en los predicadores de postín y así compensar un poco la sangría» «¿Gastar menos todavía, compadre?». Y había un coro de risas justo después.

La discusión de traer bandas menos lujosas tuvo poco camino. «¿No podemos ilustrar el caminar de nuestros titulares con la mejor música? Es una ofrenda y no es lo mismo una banda del pepinazo que una de la provincia». «Eso, y un alivio para las criaturitas. Que yo lo que llevo debajo del paso, y lo que me vota y lo que siento en la Junta de Gobierno, son personas». Por momentos se encendían. «Bueno, pero los peroles de costaleros tampoco están en los estatutos». «Será en los tuyos, so listo». «A ver, vamos a ser constructivos. Se pueden llevar algo de casa o que hagan tortillas y bocatas algunas familias. Mira qué buena oferta de cervezas de marca blanca hay en el supermercado». Entonces hubo un griterío y una última frase: «Eso no me lo dices en la calle». Al final yo creo que fue cosa del Montecristo de la sobremesa.