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Pasión en Córdoba

El hermano Luis, la incansable ayuda a las cofradías de San Pablo en Córdoba

El religioso aragonés, de 88 años de edad, deja la ciudad para estar en la residencia de los claretianos en Granada

Visitar a las cofradías en la Ruta de las Iglesias Fernandinas de Córdoba: horarios, templos y días

El hermano Luis, ante el paso del Cristo de la Expiración, en enero de 2018 Tertulia Juan de Mesa
Julia García Higueras

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Hay personas que dejan huella y el hermano Luis, con su labor en la Real Iglesia de San Pablo de Córdoba, es uno de ellos. Esta misma semana se marcha a la residencia de los claretianos de Granada y la noticia de su traslado ha removido los corazones de todos los que lo trataron durante más de cuatro décadas.

Tanto es así que se piensa ya en ofrecerle un sentido homenaje dentro de unos meses en Córdoba, una vez pasado un tiempo de adaptación en su nuevo destino en Granada.

El hermano Luis Dueñas, de 88 años de edad y aragonés (nació el 26 de octubre de 1934), siempre prestó su ayuda con la mejor disposición mientras las hermandades de este templo preparaban sus cultos y en la briega del día a día. Para el montaje de los pasos procesionales a deshora era necesaria su colaboración, que siempre ofrecía cortésmente y con una sonrisa.

Es el sentir que tienen los cofrades pertenecientes a las hermandades que tienen o tuvieron su sede allí en este tiempo: la Expiración, las Angustias (hasta el año 2014), el Rocío (a partir de 2012), junto con la Adoración Nocturna Española, y antes la archicofradía del Sagrado Corazón de María.

Su talante servicial y afable no pasó desapercibido en cuantos tuvieron que acudir a él como sacristán. Vistió la túnica de nazareno con la hermandad de la Expiración algunos años.

«Ha sido súper querido por todos los que hemos estado en San Pablo», sintetiza Rafael Zafra, antiguo hermano mayor de la Expiración y ex presidente de la Agrupación de Cofradías.

Destaca «su gran bondad, es un hombre bueno que ha servido siempre con amabilidad a todo el mundo que le ha pedido algo. Ése es su rasgo esencial y por eso ha sido querido por la gente», resume Zafra.

Cuando de niño se quedó huérfano de padre, el hermano Luis encontró su vocación muy pronto en la iglesia de su pueblo (Ariza) y entró en el seminario de Sigüenza con tan sólo 12 años de edad. Ha sido el sacristán de San Pablo y en un largo periodo fue administrador de la comunidad de los claretianos.

El hermano Luis es una institución en San Pablo y dejar Córdoba le ha provocado un cierto poso de tristeza después de tantos años, el mismo que queda en sus amigos y conocidos, junto con la gratitud por su generoso servicio.

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