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Municipal

Sadeco pide 5,7 millones para su primer proyecto 5.0 en Córdoba, la planta de proteínas que alimenta moscas con basura

Presenta un proyecto a los Next Generation de 6,3 millones para renovar todo el tratamiento de residuos orgánicos del Lobatón

Sadeco mecaniza la recogida de la recogida de la naranja amarga de las calles de Córdoba

Infografía del Polo Verde de Sadeco ABC
Rafael Ruiz

Rafael Ruiz

Córdoba

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La empresa municipal Sadeco aprobará este viernes una petición de financiación millonaria a los Next Generation, una línea que gestiona la Junta de Andalucía, con el objetivo de establecer el primer proyecto del llamado 5.0, considerado como un plan estratégico de futuro para la organización. El proyecto consiste en la renovación de toda la línea de los residuos biológicos recogidos separadamente. Lo que toda la vida se ha llamado fracción orgánica.

El proyecto es uno de los que Sadeco se ha reservado para su ejecución directa frente a otros como la creación de una planta fotovoltaica u otra para la generación de hidrógeno verde. La línea de biorresiduos tiene un presupuesto que supera los 6,3 millones de euros de los que Sadeco propone poner de su dinero un diez por ciento. El resto, 5,7 millones, es lo que se pide a los Next Generation.

Sadeco ya dispone en el Lobatón de líneas separadas para el tratamiento de orgánica y envases. Ocurre desde que se puso en marcha la recogida selectiva en 1993. El proyecto pretende incrementar la tecnología para hacer ese procedimiento más efectivo y, sobre todo, poder incrementar las posibilidades de economía circular reduciendo drásticamente lo que acaba en el vertedero. Lo que en el sector se llama técnicamente rechazo. Lo que no vale para otra cosa y se tiene que tirar en un basurero, que es una instalación problemática y contaminante.

Parte del proyecto tiene que ver con una renovación tecnológica de la línea de tratamiento de biorresiduos. Un millón y medio de euros tienen que ver con la construcción de una nave, según el resumen ejecutivo del proyecto, al que ha tenido acceso ABC. En términos generales, por cada kilo de biorresiduo, 600 gramos pertenecen a materias susceptibles de convertirse en otra cosa. Los rechazos anuales de la planta de clasificación ascienden a 44.527 toneladas de las que 24.501 son de orgánica. El afino de compost asciende a unas 10.000 toneladas por año.

Sadeco cree que con las nuevas instalaciones se podrán tratar unas 30.000 toneladas año en un turno de trabajo. Y eso implica que se podrán recuperar unas diez mil toneladas para otros usos que tienen que ver con la alimentación de un tipo concreto de insecto, las moscas soldado. Y aquí es donde viene la parte menos agradable de la información.

El proyecto de Sadeco consiste en que la basura orgánica que se selecciona en el primer proceso industrial se convierte en proteina por la técnica de alimentar moscas soldado. Este tipo de insectos están compuestos, básicamente, de seas proteínas que se precisan, por ejemplo, para la alimentación animal.

Las nuevas tendencias explican que este tipo de moscas, recolectadas en su fase larvaria, son una alternativa de alimentación animal para las fuentes actuales que son dos: harinas de pescado y harinas vegetales. Las primeras se basan en el aprovechamiento de recursos pesqueros, que son limitados. Las segundas dependen de cultivos como la soja que requieren de agua para riego y tierras cultivables.

Infografía de planta de pirólisis ABC

La tecnología de digestión aeróbica que se desarrolla con este proyecto (básicamente, que se pudra la basura) «convierte los residuos orgánicos en masa larvaria rinca en proteínas y, además, en fertilizante ecológico de muy alta calidad«. El proyecto asegura que no solamente se tienen que procesar basuras comunes por esta vía. Se orienta a residuos ganaderos, de explotaciones agrarias (particularmente, almazaras y orujeras) y lodos de depuradora que, por su materia fecal, son ideales.

El proyecto de tratamiento de biorresiduos ha dejado aparte un segundo proyecto 5.0 que está ligado al funcionamiento de esta nueva separadora de basuras orgánicas. Es una planta de pirólisis que, por el momento, se queda para una segunda fase, explicaron fuentes consultadas. La pirólisis no es una incineradora porque la basura no se quema sino que se somete a altas temperaturas pero sin oxígeno. Este proceso, inerte, permite la generación de biodiésel y char, una especie de carbón biológico.

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