EL NORTE DEL SUR

El castillo interior

Santa Teresa a las monjas de clausura: «Lo que importa es vencer las batallas pasadas»

El convento de Santa Marta de Córdoba, la alegre resistencia entre los muros de la clausura

Una religiosa en Santa Marta, hace unas semanas VALERIO MERINO

«Somos amigos de los contentos más que de la Cruz», escribe Santa Teresa de Jesús en un momento dado de 'Las Moradas', cuando se está adentrando en la tercera por lo que compruebo en un libro de segunda mano, y ... lo hace con esa inocente y perspicaz gracia literaria suya situada en la frontera entre el reconcomio de la espiritualidad y el pudor por haberse atrevido, pluma en mano, a aproximarse como puede a quien la tiene tan loca de amor que no sabe ella cómo corresponderle.

«Válame Dios, en lo que me he metido», añade la carmelita descalza unas páginas más adelante, cuando ya ha ascendido a la cuarta estancia del castillo interior. Ayer, día del Corpus en toda la provincia menos en Priego (donde el pasado jueves brilló el sol tanto como en Sevilla, Granada o Toledo) la grey celebró el reverso de lo que se encuentra en la médula de la vida contemplativa: el misterio que permanece custodiado muros adentro por el rezo de la clausura quedó a la vista de todos.

Unas monjas cismáticas de Burgos han vuelto a poner de actualidad la supervivencia de los cenobios: las clarisas que traen de cabeza al arzobispo competente (el bien conocido en CórdobaMario Iceta, al que han acabado denunciando después de que la Santa Sede lo nombrase comisario pontificio de su monasterio) son hermanas de las que salieron del convento de Santa Isabel de los Ángeles una vez que una empresa comprara el edificio para explotarlo con fines turísticos.

Al lado está el Colodro, donde las esclavas de Santísimo Sacramento tienen las carnes abiertas por unas grietas que les quitan el sueño y que la autoridad eclesiástica cordobesa ha anunciado que va a analizar. Y en Santa Marta, la hermandad de la Misericordia ha puesto en marcha una serie de visitas para que el público en general compruebe cómo resiste la menguante comunidad de jerónimas.

La santa de Ávila les recuerda a las suyas en las citadas 'moradas' que «lo que importa, hermanas, es vencer las batallas pasadas». No son pocas las que les queda en el futuro a la vocación contemplativa.

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