Infraestructuras
Los puentes modernos de Córdoba cumplen años
urbanismo
El de San Rafael alcanza las siete décadas mientras que el del Arenal tiene 30 años y el de Miraflores cuenta ya con veinte de servicios
Los promotores de un nuevo barrio de Córdoba quieren conectarlo con la ciudad por ferrocarril
Puerta de Córdoba, el barrio que ha duplicado las viviendas previstas en el Plan General
![Tres de los cuatro puentes](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/13/puentes-general-cordoba-RdxwpD368u6WXMNWJFfWEsJ-1200x840@abc.jpg)
Si la propia Córdoba es hija de su ubicación en el cauce del Guadalquivir, los puentes que permiten cruzar de orilla constituyen un elemento esencial para la vida urbana. A estas alturas, en 2023, ya casi no se recuerda cuando la ciudad se apañaba ... con uno, el Puente Romano, que sirvió para todo. El crecimiento urbanístico y la dotación de infraestructuras fue completando esa dotación hasta los cuatro que ahora mismo funcionan con normalidad.
2023 es año de conmemoraciones. El Puente de San Rafael, el primero que se construyó para permitir las comunicaciones junto al Romano, se inaguró hace 70 años en un acto presidido por el dictador Franco. El segundo tardaría mucho más: el puente del Arenal no estuvo en marcha hasta 1993. Treinta años de actividad lo saludan. En 2003 vio la luz el último de ellos, el de Miraflores, que cumple veinte años de actividad. De todos ellos, ha sido el más polémico por su propuesta estética. La alcaldesa que lo inauguró, Rosa Aguilar (IU), llegó a reconocer en el acto oficial de apertura que no le gustaba cómo había quedado ese conjunto de pilar central y viga con herrumbre.
La posibilidad de construir un puente más en Córdoba es, hoy, remota. La creación de los pasos de la autovía (que se va a reforzar cuando haya dinero del Gobierno), de la Ronda Oeste y de la Variante han cerrado, a su vez, las comunicaciones periurbanas entre orillas. Pero existe una infraestructura enunciada, bosquejada, para el futuro. La operación del Cordel de Écija prevé un paso fluvial entre la actual sede de Loyola y la avenida de Cádiz. Originalmente, ese paso se planteó como peatonal pero el anterior gobierno municipal decidió que, si se hace, será con tráfico con el objetivo de dar servicio al barrio comercial que se plantea.
La historia de los puentes de Córdoba es, también, la de los no construidos. El más famoso es el diseñado por Santiago Calatrava entre las actuales ubicaciones de los puentes del Arenal y Miraflores. Las diferencias entre la Junta y el Ayuntamiento de Córdoba frustraron el proyecto por razones que ya son objeto de libros de memorias.
El menos conocido es el que estaba previsto en el azud de Martos. Se diseñó una represa en esa zona del cauce con el objetivo de elevar la lámina de agua y permitir el desarrollo de actividades acuáticas. La parte superior del azud era un paso peatonal. Nunca llegó a realizarse.
Hace apenas unas semanas, murió uno de los mejores diseñadores de puentes españoles, Julio Martínez Calzón, tras toda una vida dedicada a conectar orillas. Su firma está detrás de la creación de dos de los tres puentes cordobeses, el del Arenal y el de Miraflores.
![Puente de San Rafael](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/15/sanrafael-puente-cordoba-U25826521030wJf-624x350@abc.jpg)
San Rafael, la puerta hacia el sur
Setenta años contemplan ya al puente de San Rafael, inaugurado por Francisco Franco en 1953, y que constituyó un hito urbano en la ciudad. Gracias a su creación, impulsada por el conde de Vallellano (entonces, ministro), se completó el eje de la Victoria, se abrió la ciudad al distrito Sur (permitiendo crear vivienda para miles de familias que llegaban de zonas rurales) y se creó un paso seguro para la carretera general, que se trazó siguiendo la línea de la Ribera y cargándose parte del Alcázar.
Los autores no se quebraron la cabeza. Realizaron un remedo del Puente Romano pero en feo. Ocho arcos y sus respectivos tajamares para cubrir los 217 metros existentes entre las orillas fueron la propuestas del ingeniero que lo diseñó, Santiago García Gallego.
Las obras tardaron cerca de cuatro años en llevarse a cabo y las desarrolló una empresa cuyo apellido sigue siendo relevante en el sector de la obra civil: Entrecanales y Távora (después Mzov y Cubiertas; ahora, Acciona). Entre 2004 y 2006 se realizó una renovación del puente con el objetivo de que durase muchos años más. Desde 2016 es municipal.
Durante mucho tiempo, el puente de San Rafael fue un pesadísimo cuello de botella para el tráfico en Córdoba. De hecho, se plantearon ideas en su tiempo para ampliarle los más de 18 metros de ancho con el objetivo de ganarle un tercer carril al tráfico. Una de las ideas que más se trabajó fue crear sendas plataformas en voladizo con el objetivo de permitir un tráfico de vehículos más fluido.
También se han planteado ideas justo al contrario: reducirle los carriles. En el anterior mandato, se trabajó incrementar la superficie peatonal y para las bicicletas pero los informes de Movilidad lo consideraron una mala idea.
Desde hace años, sí que se valora trabajar en el confort de los peatones. Por ejemplo, mediante un entoldado de los acerados porque el puente de San Rafael puede ser muy duro de cruzar a pie en los meses de mayor calor en Córdoba. Hasta ahora, esa idea no ha llegado a plasmarse en la realidad.
![Puente del Arenal](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/13/arenal-puente-cordoba-U76766688252sSG-624x350@abc.jpg)
El Arenal, el remate del Arco Viario sur
En 1993, hace ahora treinta años, se puso en servicio el puente del Arenal, guinda exterior del Plan Especial del Río, que fue, junto al soterramiento de las vías, la gran aportación urbana del PGOU de 1986. Aquel plan especial diseñaba un concepto que era de uso diario en la prensa de la época: el Arco Viario Sur. Son las avenidas que hoy pasan frente al centro comercial El Arcángel, el recinto ferjal y que conectan con el Campo de la Verdad. Fue la parte del plan del río que mejoró la movilidad de esa parte de la ciudad y que no tuvo la repercusión de otros elementos del mismo como los nuevos parques
Lo diseñaron los ingenieros José Antonio Fernández Ordóñez y Julio Martínez Calzón con un equipo de arquitectos de apoyo entre los que estaba el que luego sería gerente de Urbanismo, Pedro García del Barrio. Costó 852 millones de pesetas, tiene 220 metros de longitud y aportó más novedades formales al lenguaje arquitectónico de los puentes.
La empresa Dragados, que recibió el encargo para construirlo, tardó tres años en desarrollarlo por encargo del Ayuntamiento de Córdoba que construyó el primer puente de su propiedad desde el momento de su diseño en la historia de la ciudad. La financiación salió de las partidas de inversiones previas a la Exposición Universal de Sevilla que permitieron a las ciudades que no tenían esos fastos beneficiarse de alguna manera de las inversiones en la ciudad hispalense.
El gran susto del puente del Arenal, aparte de los incidentes puntuales lógicos, tuvo lugar en 2013. Uno de los dos pilares intermedios del paso fluvial empezó a arder debido a un fuego que la investigación declaró como intencionado. Contribuyó una cierta dejadez en el cuidado de la zona que estaba tomada por la vegetación.
Fue necesario interrumpir el tráfico en el puente (tal y como se hace a determinadas horas de cada Feria) pero por razones de seguridad. Lo más complejo de la obra fue sustituir los apoyos de neopreno que se colocan al pie de cada pilar y que amortiguan las vibraciones, grandes o pequeñas, que pueda sufrir el tablero del mismo.
![Lateral y tajamar central del puente de Miraflores](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/13/puente-nuevo-cordoba-U26710262064rpl-624x350@abc.jpg)
Miraflores, el mirador discutido
Veinte años han pasado desde que una noche del mes de mayo se inaugurase el cuarto de los puentes urbanos de Córdoba. La ingeniería fue de Martínez Calzón mientras que la arquitectura fue de Rafael Casado, Juan Suárez y Antonio Herrero, que tenían prácticamente olvidado el diseño. El Ayuntamiento convocó un concurso para contraprogramar a Santiago Calatrava y este fue el diseño ganador. Años después, Urbanismo decidió tocar a la puerta de los arquitectos sevillanos para este fin.
El puente costó casi doce millones de euros (la obra acabó en manos de Sacyr) y su financiación fue objeto de un culebrón. Prasa debía un dineral a la ciudad por lo que fue el polígono Tecnocórdoba y Urbanismo decidió cobrárselo de esta manera. El proyecto terminó costando 2,5 millones más de lo previsto que se pagaron ya en la etapa del PP con sus intereses de mora. Originalmente, el plan es que lo pagase la Junta pero eso nunca ocurrió.
Por qué costó más es una de las historias que acabaron dando forma al puente de Miraflores. Originalmente, el diseño era un tablero de perfil liso apoyado en un tajamar central. Pero la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) decidió que era preciso elevar la cota del puente para evitar que quedase cortado por unas fuertes riadas. Eso es lo que le dio ese aspecto final combado, curvo, que ofrece cuando se mira de perfil.
El puente de Miraflores es un gran mirador del Casco que nunca ha gustado en Córdoba por su estética, digamos, distinta. Fue de las primeras obras que reflejaron la moda del óxido que nunca ha tenido legiones de fans. Hay que reconocerle que solamente su existencia permitió la peatonalización y recuperación del Puente Romano que pasó a ser una pasarela peatonal. Desde su construcción, ha dado problemas de mantenimiento y, sobre todo, de vandalismo. Estuvo mucho tiempo sin luz. Entre las curiosidades positivas, ha sido objeto de instalaciones artísticas como el bañista que apareció en el agua o el nadador que se lanzaba desde el pilar central.
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