MIRAR Y VER
Desbordamiento de solidaridad
La respuesta a la tragedia da la medida de lo que somos
Puntos de recogida de ayuda en Córdoba y sus pueblos para los afectados por la DANA en Valencia
![Cajas con ayuda para Valencia en el Parque Central del SEIS](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/07/dana-cordoba-bomberos-RXu9AD8PObzanQI3AQpiGRI-1200x840@diario_abc.jpg)
Un batallón armado con cepillos, cubos y palas, otros con ropa, comida y agua, algunos solo con sus manos dispuestas. Un desbordamiento de solidaridad, contra la riada asesina y la inoperancia, avanza silencioso y decidido desde Valencia hacia las poblaciones afectadas por la DANA. ... Son personas de todas las edades, origen y condición, a las que una fraternidad por encima de cualquier otra pretensión, sorteando prohibiciones y ahuyentando el temor, las compromete y apremia a ponerse a disposición de quienes sufren. Una imagen que emociona hasta el llanto por tanto dolor y porque vibra en ella lo mejor del ser humano y anima a otros a la valentía y a la esperanza.
En Córdoba, bomberos, policía, ayuntamientos de la capital y la provincia, Cáritas, Banco de Alimentos, supermercados, la Universidad, todas las parroquias, la agrupación de Cofradías, el Córdoba Club de Fútbol, empresas e iniciativas particulares y muchos, muchos jóvenes se han unido a esta cadena. Me lo decían mis alumnos, «nos llaman la generación de cristal, pero no hemos dudado en ayudar a Valencia. Lleváis razón en que nos hemos escudado en unos padres superprotectores, deseosos de dárnoslo todo, pero no hay generación que nos gane en sensibilidad hacia los demás». Y es verdad que están impresionados e indignados, que andan colaborando como pueden para ayudar y que si hubiesen estado allí se habrían remangado.
En la vida nada se improvisa. Si alguien está a la altura en un momento inesperado, no es casualidad, se ha preparado para ello; cuando se hace lo que se debe hacer es porque se procura vivir siempre en esa actitud; cuando la respuesta es la adecuada es porque se lleva dentro. No se puede esperar de un cobarde, valentía, de un pusilánime, diligencia, ni de un arrogante narcisista, humilde humanidad. La respuesta a la tragedia da la medida de lo que somos, para bien o para mal, entrega generosa o perversa ineficacia. Que «si necesitan ayuda que la pidan» y la gente salvando vidas, también del miedo, el abandono y la desesperación, porque si alguien sufre otro se duele, o al menos así ha de ser, y no se duda ni se miden otros intereses que no sean cada persona, se actúa.
Pero para ello hay que estar en la realidad y no atrincherados en el poder, en la banalidad y en las vendibles convicciones. Sí, me parece bien que nuestros mandatarios fueran al centro de la catástrofe, ya era hora. La realidad es el único lugar posible para hacerse cargo. Pero no nos engañemos, mirar, o no, es una acción consciente y negar la mirada es invisibilizar lo que no interesa. Únicamente, dejar que la realidad toque el corazón compromete. No solo se trata del sentimiento que producen las imágenes aterradoras, sino de dejarse conmover hasta responder a la pregunta qué se debe hacer y hacerlo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete