Pasar el rato
Plan de degeneración democrática
Mientras vienen tiempos mejores, los periodistas sobrevivirán recurriendo a la ironía: Alguien ha hecho catedrática a alguien sin méritos
Infancia artificial (23/7/2024)
Cuando pase la grande polvareda, volveremos a meternos con los periodistas. Ahora, no. Ahora hay que estar con ellos, sin una sola deserción. Con los periodistas de raza, no con el cuerpo de casa del presidente del Gobierno. Con los periodistas que buscan la ... verdad, sin terminar de encontrarla, y siguen persiguiéndola con obstinación. Con los periodistas que ponen su inteligencia al servicio de la realidad, no de sus hormonas o de los diversos poderes. Con los periodistas independientes y honrados, si es que esos atributos tan literarios permiten ganarse la vida todavía.
Y sin hacer de eso pública ostentación, porque entonces se convierte en publicidad y se cobra aparte. Buenos periodistas, grandes periodistas, que tanto ayudan a que las democracias envejezcan con dignidad. En España hay muchos, pero no son todos. Los otros, los que escriben de rodillas para facilitar que el poder los sodomice con cargo a los presupuestos, inspirándoles dulces metáforas, esos ya tienen al pueril ministro Bolaños, que pierde un millón de neuronas en cada intervención pública. Se le está poniendo anoréxica la inteligencia.
Hay en España un político que ha conseguido que cada mañana nos desayunemos informativamente con los desperdicios del día anterior. Está empeñado en que los españoles se revuelquen en la actualidad como en un charco de agua sucia. La actualidad la crea él con su torpe comportamiento infatigable.
Los periodistas de raza informan de la realidad, es su trabajo. Y como ni siquiera él puede cambiar la realidad, pretende cambiar la información. Leo en este periódico que el Gobierno de España, o sea, Pedro Sánchez, va a crear un consejo de periodistas para controlar a los periodistas. Será coña de la misma madera, porque para cuña le faltará calidad al cuerpo censor.
Se trata de un plan de represión de las informaciones y opiniones contrarias a Pedro Sánchez y su familia. El plan de degeneración democrática, para expresarlo con rigor constitucional. Ya lo sublimará Conde-Pumpido, un seudojurista incapaz de sonrojarse. A Sánchez conviene, más que a ningún otro hombre del que yo tenga noticia, lo que el feroz León Daudet dijo del prolífico escritor, académico y ministro de la Tercera República francesa, Gabriel Hanotaux: Vivió deslumbrado por la gran idea que tenía de sí mismo, que era, desgraciadamente, la única idea sólida que tenía.
Sánchez está tan lleno de Sánchez que ni siquiera se ha propuesto cambiar el mundo, que es una aspiración sencilla, de ecologista joven y sin empleo fijo. Todo lo que merece la pena de la historia del mundo está escrito alrededor de su ombligo, por donde vagan sus ojos sin descanso. Mientras vienen tiempos mejores, los periodistas sobrevivirán recurriendo a la ironía: Alguien ha robado a alguien. Alguien ha hecho catedrática a alguien, que carecía de méritos. Alguien tiene un hermano que cobra sin trabajar, y ahorra más de lo que gana. Odia el delito y admira al delincuente. Juntos somos más fuertes, pero tocamos a menos. Sánchez y Gómez pasarán, pero el buen periodismo no pasará. dicionado de la eternidad.
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