TIMELAPSE
A vueltas con la vieja noria
Ahora es lugar común de promesas incumplidas
La Noria de la Albolafia, símbolo de Córdoba, lleva varios mandatos dando vueltas
Isabel la Católica, de armas tomar, castellana adusta y brava, intentaba aliviar sus inquietudes conquistadoras en Córdoba con un sueño que la noria del molino de la Albolafia interrumpía de forma descortés. Mandose la soberana, entonces, parar aquellos cangilones insurrectos a pie del Alcázar de los Reyes Cristianos que impedían su invocación al dios pagano Hypnos. Aquella molienda de pedigrí califal se constituyó desde entonces en un símbolo notable para los cordobeses que siempre vieron por su prestancia en el caudal un icono más de su abolengo histórico.
La Noria de la Albolafia, símbolo de Córdoba, lleva varios mandatos dando vueltas
El alcalde, como ya hicieron otras Corporaciones, vuelve a prometer un proyecto para el molino más popular
Tan así fue que se adoptó como símbolo en el escudo de la ciudad, que ondea en la bandera principal del Ayuntamiento, y en muchos monumentos y calles donde más de uno y dos cordobeses sigue confundiendo la estela magenta que lo recubre con otras latitudes.
Desde que dejó de ser molino y la vegetación protegida por la Junta de Andalucía la escondió hace algunas décadas, no ha sido más que un caladero de suciedad y abandono custodiada por la cofradía gatuna y el más cruento abandono.
Ahora es lugar común de promesas incumplidas. Desde hace más de una década viene siendo recurrente en toda la clase política local darse una vuelta para apelar a la dignidad del escudo de Córdoba. Hasta José Luis Vilches cuando era concejal de Ciudadanos dijo de poner algo de dinero propio —luego tampoco cumplió el farol— para arreglar la inmundicia acumulada. Vino el PSOE con Izquierda Unida, tampoco. Pasó Nieto con el PP. Ídem. Y en este mandato comenzó muy fuerte de nuevo el gobierno de Bellido con una concejal de Casco como Laura Ruiz prometiendo que sería la primera gran obra de su Concejalía... Y nada, no había forma de retomar el circular movimiento que molestaba a la Reina de Castilla.
La pandemia se cruzó por el camino, y claro, había que estar a otras cuestiones de más enjundia. Hasta que el alcalde planteó no hace mucho que había que retomar la rehabilitación del molino y su noria... Pero no ha habido suerte. Ahora, nuevo encargo para el mandato que viene, y vuelta a empezar...
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