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urbanismo

Las claves del nuevo PGOM de Córdoba: más zonas verdes, suelo empresarial y una solución definitiva a las parcelaciones

El Ayuntamiento y la Junta formalizan el primer paso para redactar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana

Cunext invertirá 120 millones en la mejor fábrica de cobre verde de España y 100 en renovar la actual

Mesa de trabajo del PGOM abc
Rafael Ruiz

Rafael Ruiz

Córdoba

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El Ayuntamiento de Córdoba y la Junta de Andalucía han formalizado este lunes el primer paso que tiene que culminar en la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) que sustituirá al Plan General de Ordenación Urbana de 2001-2003, y que fue adaptado en asuntos terminológicos y de procedimiento a la anterior ley autonómica del suelo. El nuevo documento de diseño de la ciudad se hará ya con las determinaciones de la nueva aprobada con el PP en la Junta, la Lista, y la posible renovación del Plan de Ordenación Territorial de Andalucía (POTA).

La mesa de coordinación es el lugar donde se tienen que dilucidar las contradicciones del Ayuntamiento y la Junta en esta materia, que van a ser, y si no al tiempo, numerosas. Fue lo que ocurrió en el anterior plan que estuvo presidido por fortísimas tensiones entre ambas administraciones incluso cuando el PSOE estaba en ambos gobiernos. La primera reunión de la nueva etapa fue presidida por el alcalde, José María Bellido, y por la consejera de Fomento, Rocío Díaz, quienes estuvieron acompañados por sus respectivos equipos técnicos y políticos en materia de urbanismo y ordenación del territorio. Ese órgano de coordinación es solamente para empleados públicos y cargos políticos.

El alcalde ha expuesto, en las declaraciones previas al encuentro, las líneas maestras del Plan General de Ordenación Municipal. En primer lugar, ha asegurado, se trata de conseguir una ciudad más verde y amable donde van a tener relevancia operaciones como la del anillo verde por encima de la habilitación de más suelo residencial que no es, en estos momentos, una prioridad que se encuentre encima de la mesa sobre lo ya ordenado hace dos décadas.

En segunda instancia, ha dicho el alcalde, hay que establecer qué ocurre con lo que ha llamado «las urbanizaciones». O sea, las parcelaciones de toda la vida a las que, en estos momentos, no es posible dotar de servicios básicos y que se pueden revisar con un nuevo documento de planeamiento general. El PGOU de 2003 cerró la llamada ley de punto y final que ha sido fallida. Ni se ha paralizado la creación de nuevos asentamientos, ni se ha avanzado de forma relevante en las políticas de integración. El objetivo es aumentar el suelo urbano de la ciudad asumiendo esta realidad aunque dentro de los parámetros de la ley.

En tercer lugar, el objetivo del PGOM es dar respuesta a unas nuevas necesidades. Cuando se redactó el plan vigente, las referencias sobre la actividad logística existían pero eran más vagas. La Base Logística no era ni siquiera un proyecto. «Ahora tenemos esa realidad y empresas que quieren crecer«, ha asegurado Bellido, en referencia al anuncio de Cunext Cooper de que pretende construir una fábrica en la campiña, un suelo de alto interés para la futura planificación de la ciudad.

El alcalde y la consejera han dado un plazo de tres años para la elaboración del plan. Se trata del dato que aparece en la Lista aunque todo el mundo reconoce que es indicativo y que obligará a un gran esfuerzo. El PGOM también está basado en aprobaciones intermedias, sujetas a alegaciones y recursos, a negociaciones entre partidos, a la intervención de las empresas propietarias de suelo o a la sociedad civil.

De hecho, una de las primeras decisiones que está tomando el Ayuntamiento de Córdoba es la que puede generar no pocas tensiones. La Gerencia de Urbanismo está abriendo una carpeta con todo lo importante pero no exactamente urgente (desde su punto de vista) que se solucionará con el nuevo PGOM. En esa carpeta están entrando suelos no clasificados con el actual plan pero también terrenos que ya cuentan con una regulación vigente y firme. Es el caso del Cordel de Écija, sometido a nuevas exigencias y determinaciones.

El alcalde ha garantizado la transparencia del proceso mediante la presencia de la participación social en el transcurso de la nueva biblia urbanística de la ciudad. El nuevo escenario abre nuevas preguntas sobre qué infraestructuras son precisas para la generación de actividades logísticas e industriales de alta exigencia, sobre la ampliación de los suelos afectados por el soterramiento del ferrocarril o sobre qué regulación es precisa en el Casco Histórico para no seguir perdiendo población ni que se quede en manos de un monocultivo del sector terciario.

En estos momentos, ha explicado la consejera de Fomento, hay unas 133 mesas de coordinación abiertas en toda Andalucía. Una por cada término municipal que está dando el paso de adaptar sus determinaciones urbanísticas a las posibilidades de la nueva ley del suelo de la comunidad autónoma.

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