Educación
El pirateo de textos en la Red, la gran preocupación de los profesores de la Universidad de Córdoba
Reportaje
Los docentes se quejan al Defensor Universitario de la venta de material educativo con derechos de autor a través de plataformas online
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![Alumnas de la UCO en el campus de Rabanales, en una image de archivo](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/01/19/alumnos-universdidad-cordoba-RK2SyFhiMP2XRVodknI2MeN-1200x840@abc.jpg)
Los apuntes de clase circulan desde siempre por las universidades. Los alumnos se intercambian sus notas o las piden cuando no han podido -o querido- ir a clase. Hay estudiantes aplicados que elaboran sus propios materiales de forma impecable, y otros holgazanes que prefieren recibirlo todo hecho. El 'mercado negro' de los apuntes de clase no es nada nuevo, pero sí lo es que haya quien quiere hacer negocio a gran escala con el trabajo de los demás.
Eso es lo que está ocurriendo desde hace un tiempo en el mundillo universitario con la aparición de plataformas en las que se mercadea con documentos que podrían tener derechos de autor. Los profesores empiezan a estar hartos de una situación que se asemeja a la mentalidad de la cigarra de la fábula: ¿para qué dedicar tiempo a algo que puedo conseguir sin esfuerzo? Las hormigas, en este caso, son los buenos estudiantes, pero también los docentes.
La venta de materiales educativos de elaboración propia es una de las quejas del personal docente de la Universidad de Córdoba recogidas en el último informe del Defensor Universitario correspondiente al curso 2021-2022. Se cita al menos en cuatro ocasiones diferentes (sobre algo más de un centenar de casos) y parecen ser denuncias que se formularon al mismo tiempo, ya que tienen números de expediente casi correlativos.
En una de ellas, el Defensor resume una consulta de una profesora sobre «qué puede hacer ella o la institución ante la venta en la página Wuolah de los apuntes que ha estado haciendo y pasando a sus alumnos en Moodle». El caso integra dos modos distintos de afrontar la educación online con las herramientas de las tecnologías de la información.
Moodle y Wuolah
Moodle es un plataforma educativa que ya utilizan numerosas universidades. La propia Junta de Andalucía la integra en su sistema educativo y la define como «una herramienta de gestión de aprendizaje (LMS), de Software Libre y gratuito, que permite compartir recursos educativos (REA, vídeos, enlaces, presentaciones, textos…), comunicarnos con nuestro alumnado (videoconferencia, chat, foros), proponer y evaluar actividades y tareas o configurar multitud de actividades interactivas». Es, a todos los efectos, un sistema supervisado que no presenta mayores problemas.
Wuolah es un caso diferente. A priori, parece una plataforma parecida pero con una interfaz más amigable. Sin embargo, se trata de una iniciativa privada desarrollada por cuatro treintañeros que estudiaron en la Universidad de Sevilla. En 2021 ya tenían 4 millones de documentos, 30 empleados y 1,4 millones de usuarios. Facturan tanto por publicidad como por las cuentas premium.
Es un caso notable de éxito empresarial en el que los usuarios pueden llegar a ganar dinero subiendo sus apuntes. Y es ahí donde empieza el problema, ya que resulta muy difícil controlar, entre tal cantidad de información, si los documentos que se suben a Wuolah tienen derechos de autor, como indican los profesores de la UCO.
Otra de las quejas sobre la venta de textos propios indica que «se están comercializando materiales docentes sin el consentimiento de los profesores», mientras que al menos en un caso se han extraído PDF con la marca de agua de la UCO y el nombre del docente a pie de página, «recortando esta última información». El informe del Defensor Universitario no aclara qué medidas se han tomado en estos casos.
Enrique Ruiz, confundador de Wuolah, ha asegurado a ABC que la plataforma dispone de dos sistemas para detectar artículos con derechos de autor. El primero y más básico es la simple denuncia de los usuarios, que más tarde se comprueba y, en caso de detectar una infracción a las leyes, se retira de la web.
Sin embargo, ese sistema es insuficiente ante el volumen de documentos que se manejan. Por ello, en Wuolah han desarrollado un software que permite comparar los contenidos propios y protegidos por copyright con aquellos que se suben a la plataforma. Para ello, necesitan que sean los propios profesores y universidades quienes especifioquen qué materiales son de creación propia. Ya han tenido contactos con la UCO, sostiene Ruiz.
Otras quejas y consultas
En una comunidad tan grande como la universitaria (14.000 estudiantes, 1.400 docentes y unos 700 empleados), es lógico que haya muchas más quejas. El Defensor tramitó el año pasado un total de 116, la mayoría de ellas correspondientes a los alumnos.
Su informe refleja algunos problemas de convivencia, como un caso sin detallar en el Colegio Mayor, una profesora que no quería reunirse con el jefe del departamento en su despacho, lamentos por comentarios en redes sociales y un caso más grave de un posible acoso laboral.
También hay algunas curiosas: un alumno pidió la mediación del Defensor porque llegó tarde a un examen por una avería del coche y un docente perdió la plaza de profesor porque, aseguraba, el comunicado por correo electrónico del Servicio de Personal le entró en la bandeja de spam. Incluso ha habido una madre que pidió mediación ante el Defensor para cambiar de grupo a su hijo porque le coincidía el horario con un partido.
Por supuesto, hay bastantes quejas sobre exámenes y evaluación. Destacan las consultas de dos alumnos que pidieron ser aprobados por compensación, un sistema muy reglado para permitir que una sola asignatura que se atasca no frustre todo un título universitario. Los estudiantes se habían presentado seis veces a la misma asignatura sin obtener al aprobado. Quizás necesitaban mejores apuntes.
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