Caso Cerro Muriano: así sucedieron los hechos según el auto del juez togado militar
El juez determina en su auto que la causa del fallecimiento del soldado y el cabo Jiménez fue «síndrome anóxico por sumersión»
El juez procesa a seis mandos por las muertes en la maniobra de Cerro Muriano, que califica de «negligente y de grave temeridad»
El auto de procesamiento del caso Cerro Muriano, que encausa a seis mandos militares (cinco de ellos por un presunto delito contra la eficacia del servicio equiparable al homicidio imprudente), incluye una extensa descripción de los hechos acreditados, «con carácter provisional», especifa el ... juez togado militar, que intenta a su vez establecer un relato de lo sucedido en base a la instrucción.
Así comienza exponiendo que el capitán Zúñiga fue designado . para dirigir estas maniobras y presentó un programa de actividades donde incluía un ejercicio llamado 'cruce táctico de río' en la charca artificial del campo de maniobras. El mismo recibió autorización del coronel Tostón en base a una circular que éste elaboró para regular la formación de los nuevos soldados.La semana de antes a los hechos, el capitán encarga al sargento Ruiz de Castroviejo, como experto en el manejo de cuerdas, la colocación de una que atravesara el lago «explicándole que quería que no se hiciera pie, para tener una práctica de flotabilidad».
El episodio de la cuerda
Este sargento, ahora procesado, tira de otros dos y un cabo para que le ayuden. El auto refleja que fue él quien eligió el tipo de cordaje -dinámico, 9 milímetros de grosor y con un empalme de tres cuerdas para 130 metros de distancia- y el emplazamiento: atravesar el agua entre dos encinas. Uno de los sargentos que le ayuda la mañana de antes, apoyándose en un 'pato' o instrumento que usan los pescadores para mantenerse a flote, ya le advierte de la «dificultad por la profundidad» para una instrucción. Una cuestión que según el juez ratifica Ruiz de Castroviejo, «pero cumplía órdenes del capitán», argumenta.
Acabada la instalación se le comunica por Whatsapp al capitán Zúñiga, quien pregunta si «el sitio tiene suficiente profundidad» y tras responder el subordinado «que sí, bromearon acerca de si tendrían que meterse a hacer un rescate». La sensación de riesgo seguía planeando hasta el punto de que el teniente Tato -jefe de sección en la compañía de la maniobra- también les manifiesta que «no lo ve claro» al coincidir con ellos cuando terminaban la tarea encomendada en el lago y los mismo señala un cabo que les recoge en un camión en este punto.
Zúñiga en dos ocasiones ese mismo día por la tarde y noche insiste por mensaje de Whatsapp en que vayan a tensar la cuerda a la mañana siguiente -la de la maniobra- por que se ha destensado. Esta orden le llega al sargento Ruiz de Castroviejo por otro sargento y se excusa por sentirse indispuesto pero asegura que un compañero lo hará. Así se hace a la mañana siguiente y da el visto bueno en persona el capitán.
En una conversación la tarde anterior con el cabo fallecido Miguel Ángel Jiménez, el auto recoge que éste le dice que «no sabe nadar» a Zúñiga, quien responde que «ya te apañaras»; tercia el cabo que acudió a la colocación de la cuerda para aconsejar a su compañero sobre cómo cruzar el lago.
La maniobra se inicia a las 5.00 horas como estaba previsto con unos ejercicios en el suelo y una marcha hasta el lago, al que llegan a las 8.30 horas con 4,3 grados de temperatura exterior, según recoge el auto. Allí se concentran las secciones que forman la compañía, se despojan de material y ropa de abrigo pero la que dirige el teniente Tato mantiene una mina de instrucción de 3 kilos en su interior «debido a que se habían retrasado al hacer las mochilas». Tato se introduce en el agua y explica el ejercicio con el capitán: las mochilas por delante como elemento de flotabilidad apoyando el fusil y asi progresarían «por sus medios» sólo usando la cuerda «en caso de extrema necesidad».
Las «dificultades» del paso
Es cuando uno de los primeros soldados en entrar en el agua pierde el fusil y es «abroncado» por Zúñiga que pregunta junto al teniente quien no sabe nadar «ante las dificultades que plantearon algunos soldados», describe el juez. Dos soldados alegan no saber nadar y son apartados. Tato vuelve a explicar el ejercicio y encabeza el primer grupo que accede al agua: nueve efectivos entre los que van el soldado León y el cabo Jiménez. Cierra el sargento Álvarez, que fue imputado a las primeras de cambio.
«Todos notaron rápidamente los efectos del agua muy fría en una temperatura inferior a 8 grados y la dificultad de realizar ejercicios de flotabilidad con esas condiciones y con todo el equipo puesto, incluidas botas y casco», señala el auto del Juzgado Togado Central Militar. La organización del cruce en unos minutos se había vuelto anárquica «intentando superar el obstáculo», dice.
«Los solados que se encontraban haciendo la práctica, en cuanto llevan unos minutos en el agua, se sienten superados por la situación; las mochilas, que se suponía iban a dar flotabilidad, únicamente se mantienen a flote, pero no sirven como tal elemento, ya que al subirse a las mismas se hunden; unido esto a las dificultades que les presenta la movilidad coproral y los efectos del frío extremo, que les dificultaba incluso la respiración, entran en un estado pánico al temer seriamente por su vida».
«Comenzaron a pedir socorro -prosigue el relato de los hechos- a decir que se ahogaban, agarrarse a la cuerde ya pedir ayuda de forma desesperada». Entre tanto esto sucedía hubo otro pelotón que se introdujo en el agua por orden de Zúñiga, pero al ver lo que estaba pasando, el sargento encargado les ordenó salir.
El rescate
El juez llega a definir la situación creada de «auténtico caos» porque, además, la cuerda «al recibir el peso de varias personas, se hundió completamente y no les auxiliaba», agrega. Algún soldado intentó sin éxito levantarla. Algunos de los que estaban dentro, estaban ya sobre ella para sacar la cabeza. El auto añade: «Mientras esto ocurría en el centro del pantano, el capitán Zúñiga desde la orilla gritaba a los que se encontraban en la zona central del pantano que se soltasen de la cuerda».
Soldados y mandos en la orilla final del lago se lanzan a socorrer a sus compañeros. «La situación de emergencia producida y el desorden en la misma generó un caos y una falta de coordinación», recoge el togado. Los rescatados presentaban síntomas de hipotermia, indica el juez, y a uno de ellos se le tiene que realizar una maniobra de reanimación al estar inconsciente y con una temperatura corporal de 32 grados.
El sargento Álvarez escucha los gritos de auxlio del cabo Jiménez mientras está sacando del agua a otro soldado y ve como aquel «se hundía dos otres veces antes de desaparecer». El auto precisa que el capitán sólo se lanza al agua cuando tuvo conocimiento de que el cabo Jiménez había desaparecido y «ya no quedaba nadie dentro del agua». Antes, desde la orilla «daba gritos e instrucciones ininteligibles y contradictorias», se añade.
Falta de medios, formación y supervisión
Como ya se sabía, fue después de un recuento fuera del agua cuando todos se percatan que falta el soldado Carlos León organizándose un despliegue para encontrarlo. El juez determina en su auto que la causa del fallecimiento del soldado y el cabo Jiménez fue «síndrome anóxico por sumersión» -muerte al respirar el sujeto bajo el agua o por perder la respiración bajo ésta.
En este punto el juez se muestra muy contundente con la falta de medios, formación sobre el ejercicio o de supervisión del mismo cuando acaba la descripción de la situación generada en el lago y destaca el comportamiento de los soldados y mandos que ayudaron a sacar a sus compañeros de la misma, algunos «casi inconscientes», precisa.
«En el lugar planteado y a lo largo de todo el trayecto de 110 metros no había ningún medio de flotabilidad auxiliar, ningún tipo de salvavidas, flotador o lancha neumática, ni personal equipado para hacer rescastes en el agua», indica el togado militar en su escrito a lo que agrega que la ambulancia no estaba en la orilla del pantano, si no que fue avisada después y tardó enre 10 y 15 minutos.
También revela que los soldados de la compañía en la instrucción «desconocían las características del mismo, únicamente se les había advertido de que ibana necesitar una muda seca, pero no sabían qué tipo de ejercicio iban a realizr, ni por dónde, ni la profundidad de la zona de cruce; no habían realizado ninguna práctica de soltura acuática, no se les había instrudio acerca del posible uso de la mochila como medio de flotabilidad ni se les había facilitado ningún chaleco de flotabilidad o bolsa estanca» y suma «que desconocían las dificultades de movilidad que genera el portar durante la flotabilidad todo el equipamiento» que llevaban.
Insiste el juez que tampoco se coordinó una revisión de las mochila ni una supervisión de las mismas salvo comprobar los efectos que portaban así como tampoco una práctica relacionada con el ejercicio. Recuerda el togado que desde 2021 a 2023, con el coronel Tostón al frente de la Reina 2 se realizaron cuatro ciclos de instrucción y solo una vez se cruzó el lago y fue haciendo pie, « por ello le pareció [al autorizar el plan del capitán Zúñiga] que se trataba de actividades ordinarias y no pidio mayores explicaciones». Incluso había dirigido uno de ellos.
De hecho fue relevado días antes de empezar esta maniobra y sustituido por el coronel Navarro. Cualquier variación en el plan de la instrucción debía ya comunciarse al Jefe de la Plana Mayor y se describe que había reuniones semanales para hacer un «control y seguimiento de todas las actividades» del Regimiento.
Relevos al mando
En este apartado, el togado militar pone el foco en la función del teniente coronel Zanfaño, encargado de recibir las novedades de sus subordinados en la coordinación de las actividades del Regimiento e informar a su superior el jefe del mismo. En este contexto, el auto recoge que examinó el progra de Zúñiga pero «no supervisó la actividad del 'cruce táctico del río' ya que se tratana de una actividad derefuerzo y no entró a valorar nada más. Le pareció de los más básicos».
Respecto del comandante Velasco, también procesado, que releva a Zanfaño, también señala que tras despachar con el capitán tampoco le pidió ninguna explicación acerca de los ejercicios: entendía que era competencia de Zúñiga. Y el coronel Navarro, que suple a Tostón tuvo actos militares esos días aunque sí reconoce el auto que «mantuvo reuniones con Velasco acerca de las maniobras».
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