Errores y aciertos de un líder cuestionado por su partido
Casado es presidente del PP desde julio de 2018... Hoy, vive días muy difíciles; con un partido roto y tan pocos leales a su lado que sobran dedos de una mano para contarlos
Sigue en directo la crisis del PP
Pablo Casado se despidió ayer en el Congreso con elegancia, después del agotador Comité de Dirección del lunes , con un partido roto y su gente amagando con dimitir si él no convocaba un congreso extraordinario antes. Son jornadas arduas para ... el líder del PP.
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La tensión explota de la peor forma; la guerra interna y soterrada con Ayuso estaba ahí, pero el malestar lleva supurando meses. Aquí, una parte de los aciertos y fracasos de su liderazgo, desde que llegó a la sexta planta de Génova 13, en 2018.
El 'no' a los sorayistas
Casado se impuso a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias de 2018. Cuando designó a su nueva dirección, purgó a todo el sorayismo. Fue entonces cuando el que había sido su jefe de campaña, Teodoro García Egea , se convirtió en secretario general. Se buscó integrar a una parte de Sáenz de Santamaría, pero a ninguno en puestos de poder. Fátima Báñez , exministra, sí que aceptó la presidencia en una comisión del Congreso, hasta que dejó la política en 2019.
Éxito negociador en las andaluzas
El PP no ganó las elecciones andaluzas, pero Juanma Moreno logró el Gobierno en 2018 porque configuró una coalición con Ciudadanos con el apoyo externo de Vox. Así que no solo celebraron poder sacar al PSOE de la Junta después de décadas; también hacer posible un pacto entre Vox y Cs . La relación entre estos partidos era muy mala. Pero Génova y el PP andaluz mediaron para que ese acuerdo se materializara.
Peor resultado del PP
En las elecciones generales del 28-A, el PP se hundió de 137 a 66 escaños . Consiguieron 4.356.023 votos, el peor resultado histórico del partido. Luego, en la repetición del 10-N y gracias a la caída de Ciudadanos, el PP de Casado alcanzó 89 diputados, recuperando casi un millón de votantes.
El poder de García Egea
Casado fue entregando cada vez más poder a su mano derecha. Al menos, de facto. La diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo , también exportavoz parlamentaria, lo denunció en su libro 'Políticamente indeseable' : «Pablo había delegado en su número dos unas cotas de poder sin precedentes. Teodoro estaba en todo, desde lo más nimio hasta lo más delicado». Esta situación generó incomodidad a nivel interno y en diferentes estamentos del PP. En octubre, de hecho, se descubrió que Ayuso tenía bloqueado a García Egea en WhatsApp . Génova y Sol quisieron quitar trascendencia al asunto, pero se constataron así los rumores de una relación anómala entre ellos.
La moción de Murcia
La moción de censura de Ciudadanos y el PSOE para expulsar al PP en el Gobierno de la Región de Murcia hizo que Génova aprovechase la crisis interna en Cs. Fernando López Mira s mantuvo en su Ejecutivo a dos de los consejeros de Cs y colocó a otro diputado autonómico de Cs para mantenerse en el poder y que estos rechazasen la iniciativa de su partido . Además, para apuntalar su mayoría, López Miras nombró consejera a una diputada regional expulsada de Vox. Un comité de expertos determinó que estos eran tránsfugas . El PP rompió entonces el pacto antitransfuguismo y lo abandonó.
Freno a la corrupción
La llegada de Pablo Casado a la Presidencia del PP y la designación de su dirección en 2018, con la consiguiente depuración de cargos y entornos salpicados por casos de corrupción, supuso un antes y un después en el Partido Popular. Apartaron de la primera línea política a todo aquel que estuviera relacionado con la Kitchen, Lezo, Púnica...
Operación Cayetana
Casado le propone a Cayetana Álvarez de Toledo ser la cabeza de lista por Barcelona y la nombra portavoz parlamentaria. En 2019, consideró que era un buen perfil para combatir el discurso de Vox en el Congreso. Pero pasan los meses y empiezan a tener fuertes discrepancias . En 2020, es destituida. El pulso de Álvarez de Toledo y García Egea alcanzó cotas insostenibles, y ella le llega a acusar en su libro de ejercer un mando «testosterónico» sobre el partido y de hacer «bullying» al PP. Influyó también para su cese que Casado nunca le perdonó a Álvarez de Toledo que pidiera un «gobierno de concentración» de PSOE y Partido Popular.
Golpe en Castilla y León
La cúpula del PP empujó a Alfonso Fernández Mañueco a forzar un adelanto electoral en Castilla y León. Las encuestas internas vaticinaban buenos resultados y creyeron que era buena jugada, incluso a nivel nacional, contra el PSOE. Serviría para reforzar el liderazgo de Casado, que se notaba cuestionado. El líder del PP multiplicó su presencia en la región precisamente con esta intención, pero el resultado del 13-F fue insatisfactorio . Vox multiplicó sus resultados al lograr trece procuradore s en la Junta y ahora exige entrar en el Gobierno del PP. Cs se hundió.
Coaliciones con Ciudadanos
Desde hace años, el PP y Cs comparten destino en Navarra gracias al pegamento que ejerce Unión del Pueblo Navarro (UPN). En Navarra la fórmula funcionó bien y Casado, ya con Inés Arrimadas al frente de Cs, intentó reeditarla en el País Vasco, esta vez sin un tercer partido que facilitase el pacto. Alfonso Alonso se enfrentó a Génova por estar en contra de la coalición con Ciudadanos, en contra del cupo vasco, y fue destituido.
Génova promocionó entonces a Carlos Iturgaiz, sin tanto éxito. La coalición PP+Cs sacó menos votos que los dos partidos por separado en los anteriores comicios autonómicos, y regaló a Cs dos diputados y su irrupción, por primera vez, en el Parlamento vasco.
Intento de España Suma
Entre las elecciones de abril y de noviembre del 2019, Casado apostó fuerte por la marca España Suma, relegando las siglas del Partido Popular en un intento de acudir a las urnas en coalición con Ciudadanos y de paso evitar así el temido 'sorpasso'. Albert Rivera rozó al PP el 28-A y su partido se quedó a solo nueve escaños de los populares.
Rivera no aceptó el ofrecimiento de Casado y lo apostó todo a convertirse en la primera alternativa a Sánchez. Se equivocó y perdieron 47 escaños. La fórmula de Casado les hubiera dado la llave del Gobierno. El PP registró esa marca electoral así como otras equivalentes en las diecisiete comunidades.