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Asunta pasó la mitad del verano con su madrina y su cuidadora

La Audiencia mantiene a Basterra en prisión y al Tribunal del Jurado en la causa

Asunta pasó la mitad del verano con su madrina y su cuidadora abc

CRUZ MORCILLO

La Audiencia de La Coruña decidió ayer mantener a Alfonso Basterra en prisión, como ya hizo con su exmujer Rosario Porto , imputados por el asesinato de su hija Asunta . La Sala hizo suyos los argumentos del instructor de que ambos actuaron de común acuerdo en todo y ejecutaron «un plan preconcebido» que incluye suministrar sustancias tóxicas a la menor y acabar con su vida. La Audiencia ordenó también que sea un Tribunal del Jurado el encargo de juzgar el caso, desestimando así el recurso interpuesto por la defensa de Porto. La madre alegó que el juez no había impedido que se vulnerara el secreto del sumario (por las filtraciones a la Prensa) y que los miembros del Jurado estarían por este motivo contaminados, entre otras razones.

El instructor volverá a interrogar en los próximos días a algunos testigos (como los tres hombres exculpados por él mismo) tras solicitarlo las defensas. Dos de ellos han declarado ya en dos ocasiones (el supuesto amante de la madre y un amigo marroquí, condenado recientemente). Junto a esas declaraciones, el sumario, al que ha tenido acceso ABC, recoge otras que sirven para recomponer los últimos meses de la familia, en los que, según las pruebas toxicológicas, la niña fue drogada en varias ocasiones .

La madrina de la pequeña, Isabel V., admite en su declaración que no sospechó nada y que la niña no tenía ninguna enfermedad . Estuvo con ella desde el 30 de julio hasta el 22 de agosto en su apartamento de Vilanova, pero sin los padres. El día 15 de agosto, Alfonso y Charo tenían previsto visitar a la cría, pero el día anterior la llamó la madre y le dijo que no podían ir porque «le habían entrado en la casa de Teo». Charo nunca denunció estos hechos. Tampoco contó jamás a Isabel, cuya amistad con la familia se remonta a los abuelos de Asunta, que estaba en tratamiento psiquiátrico. Nunca oyó hablar de Prozac en esa casa ni de Orfidal. Solo en el tanatorio, Rosario le confesó que tomaba «cuatro orfidales al día».

«Este es el año que más tiempo ha llevado a la niña de vacaciones». Relató la vida de la niña ese mes. Por las mañanas iba con su mejor amiga (siempre llevaba su móvil, un detalle que no pasó desapercibido porque la noche de la supuesta desaparición el teléfono estaba en la casa) y por las tardes tocaba media hora el violín.

Tras regresar a Santiago el 22, Asunta solo pasó unos días con sus padres. El 28 de agosto, se volvió a marchar, esta vez con la señora que la cuidaba y limpiaba en casa desde 2002. Estuvo con ella, su marido y su hija en Val do Doubra, una población cercana hasta el 10 de septiembre. No sabía dónde estaban Alfonso y Charo. «Casi siempre pasaba las Pascuas conmigo en la aldea», declaró.

Su testimonio es muy revelador . «Nunca vi que tomara ninguna medicación ni que estuviera enferma. Desde que Charo estuvo enferma (a finales de julio) comían los tres juntos todos los días». A ella le sorprendió porque hasta entonces Basterra, tras el divorcio, no subía a la casa de su exmujer. No sabé qué cambió.

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