Bildu ha aprovechado el escaparate del debate de política general de Guipúzcoa, el primero desde que accedió al Gobierno en mayo de 2011, para dar cobertura al «conflicto vasco», defender su papel de «agente activo» en el «proceso de paz y normalización política» tras el cese de ETA y exigir la independencia vasca de un «Reino de España» que «ha fracasado y no tiene futuro».
Animado por el ardor de independentismo que llega de Cataluña, el diputado general Martin Garitano ha aseverado que «aquí la vía también es la independencia», ya que «Euskal Herria», ha dicho, no aceptará «parcheos» o «café aguachirriado para todos» como solución a la crisis económica y política que a su juicio vive España.
Como hace Artur Mas, Garitano ha justificado en la ausencia de un Estado propio sus limitaciones para hacer frente a la actual coyuntura económica, si bien ha remarcado que «Euskal Herria no necesita ser rescatada».
En una breve valoración posterior a los periodistas, los grupos de la oposición han mostrado su irritación ante lo que consideran un discurso «simplista» y una «tomadura de pelo» por parte del diputado general, que no ha presentado ninguna medida concreta y ha denostado los planes anticrisis que le demandan PNV, PSE y PP. Este último partido se ha reafirmado «hoy más que nunca» en la necesidad de una moción de censura contra Garitano, que el PNV descarta.
Sin «cataclismo»
«La libertad va a ganar y nuestro pueblo va a tener su lugar en el concierto de las naciones», ha proclamado el principal representante institucional de Bildu, que tan solo ha utilizado la mitad de tiempo disponible para su primera gran alocución –casi por completo en euskera- ante el parlamento guipuzcoano desde su investidura, en junio de 2011.
Garitano ha defendido la gestión de su gobierno –«no se ha producido ningún cataclismo», ha refrendado-, pese a las alarmas lanzadas desde la oposición ante la «paralización» económica de Guipúzcoa, donde se han frenado las grandes infraestructuras programadas en el mandato anterior, como el AVE vasco, el puerto de Pasajes o la incineradora.
«Todos conocemos muy de cerca el sufrimiento»
El antes periodista de «Gara» se ha desmarcado de la clase política, a la que ha acusado de haber implantado en Guipúzcoa un sistema político y económico que defiende «los intereses de bancos y especuladores», y ha abogado por la «transformaciónš del modelo socioeconómico con la participación directa de los ciudadanos. En ese sentido, ha culpado a la oposición de abanderar un discurso del «miedo» contra Bildu, pese a que el «la ilusión por el cambio» de las pasadas generales forales “sigue totalmente viva” en Guipúzcoa. «El camino para la transformación de Guipúzcoa es largo, pero lo conseguiremos», ha concluido.
El debate en Juntas Generales se retomará a la tarde con la intervención de los grupos políticos. A diferencia del pleno de investidura, ningún representante de la «izquierda abertzale» ha acudido a arropar al diputado general hoy.