Mejor al calor del hotel que en el frío de la calle. Al contrario que los indignados de Barcelona, que han vuelto a ocupar la Plaza de Catalunya de la que fueron violentamente desalojados por los Mossos de Esquadra, el pasado mayo, los promotores de la madrileña acampada en la Puerta del Sol prefieren esta vez mantener su causa a cubierto. Al menos de momento.
Faltan pocos días para que los españoles elijan en las urnas a sus próximos representantes y, lejos de lo ocurrido en las semanas previas a las pasadas elecciones autonómicas y municipales, la emblemática Puerta del Sol no se ha visto invadida por decenas de tiendas de campaña y centenares de acampados. Muy al contrario, la estampa es la habitual. Vecinos que hacen cola en los puestos de lotería, los habituales compradores de oro y turistas cámara en mano. Ni rastro de los indignados. Por no estar no está ni el punto de información que dejaron como último vestigio de su movilización primaveral.
La explicación a por qué esta vez no han tomado la Puerta del Sol está a pocos metros de la plaza, concretamente en el hotel Madrid, que los indignados ocuparon en la calle Carretas después de la gran manifestación que recorrió el centro de la ciudad el pasado 15 de octubre. Es allí donde el núcleo duro de la ahora latente acampada en Sol permanece acuartelado combatiendo al general invierno y ofreciendo en él cobijo a las familias que han perdido sus casas como consecuencia de embargos judiciales.
Partidarios de la acampada
Sin embargo, no son pocos los simpatizantes del 15M que piensan que debería volverse a la política del tomalaplaza que tanto rédito mediático le dio al movimiento. Desde Democracia Real Ya, uno de los colectivos que participaron desde primera hora en las protestas, dicen que la acampada estaba prevista pero que no pueden asegurar que finalmente vaya a llevarse a cabo y apuntan al cuartel general del hotel como el foro donde se debe tomar una decisión al respecto que todavía no ha llegado.
El caso es que muchos seguidores del movimiento creen que durante la campaña electoral el 15M debería hacerse visible en la plaza que convirtió en su estandarte. Diana, una de las habituales del hotel Madrid, explica a ABC que ella sí piensa que debería acamparse en Sol. «Si convocan, yo iré», dice y refiere alguno de los factores por los que esta vez no se ha montado el tinglado de Sol: «Hace mucho frío y en cualquier momento puede llover». De todas maneras, ella tiene claro que, como en Barcelona, el 15M tiene que estar en la calle. «Habría que acampar», concluye.
Pocos días hasta el domingo
Sea cual sea la decisión que finalmente adopten los indignados madrileños, deberán hacerlo aprisa si quieren llegar antes del domingo de las votaciones. Muchos de los que apoyaron su causa en primavera lamentan que sus actuaciones estén siendo tan de perfil bajo en la decisiva campaña de las generales.