desde 2018
La subida del salario mínimo un 30% más que el IPC agrava el socavón de productividad en España
Nuestro país experimenta un retroceso de productividad del 3,8% desde 2018, coincidiendo con un alza acumulada del 47% del SMI
Cepyme calcula que en el último lustro la subida del SMI ha impedido la creación de 163.000 empleos
Una pelea de 700 millones entre CEOE y Hacienda aleja el acuerdo para subir el salario mínimo
Uno de los puntos de debate que salta a la palestra cuando el Gobierno ha planteado las sucesivas subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) en los últimos años es el efecto que puede tener sobre la productividad empresarial, un indicador en el que ... España lleva años anotando cifras sombrías y alejadas del comportamiento en el resto de países del entorno comunitario. De hecho, la estadística oficial que ofrecen organismos como el INE, Eurostat y la OCDE señalan que nuestro país ha anotado la caída más abrupta de productividad de entre los países desarrollados, del 3,8% entre 2018 y 2023, mientras que la media del resto de países arroja un crecimiento del 4,6%.
Es precisamente este el punto, el impacto sobre la actividad de las empresas, el que analiza Cepyme -patronal de la pequeña y mediana empresa- en un recientemente publicado estudio sobre 'Salarios. Repercusión de la subida del SMI en la pyme española', donde se advierte que uno de los motivos que apuntalan esta tendencia negativa en términos de productividad es el fuerte ritmo de revalorización que ha aplicado el Gobierno a los trabajadores con las rentas salariales más bajas, en un contexto de incremento de costes acuciante.
«La subida del salario mínimo en los últimos años se ha producido mientras los demás costes que afectan a las empresas (insumos, energía, servicios) han aumentado significativamente. En concreto, los costes totales que soportan las pymes se han incrementado un 19,3% en los dos últimos años, mientras que las ventas sufren una desaceleración, lo que deteriora la situación de las empresas», señalan los expertos del servicio de estudios de la organización empresarial.
Como se ha señalado, el compromiso del Gobierno de incrementar las rentas de los 2,3 millones de trabajadores en nuestro país afectados por el SMI es inequívoco vistas las actualizaciones efectuadas desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa en 2018. En el último lustro, el SMI se ha incrementado un 47%, desde 735 euros mensuales hasta los 1.080 euros en 2023, que podrían incluso situarse en 1.135 si se eleva en un 5% adicional como exigen los sindicatos -ascendería a 1.123 euros mensuales con un alza del 4%, que es la primera oferta trasladada por el Ministerio de Trabajo a los agentes sociales-. Este incremento equivaldría al 61% del salario promedio neto de jornada completa, rebasándose así el ansiado objetivo fijado en la Carta Social Europea.
Como se ha mencionado, al mismo tiempo, las alzas del SMI no responden a una mejora de la productividad, sino al contrario. Entre 2018 y 2023, la productividad registró en España una caída del 3,8%, la mayor entre los países más avanzados, pero además la productividad de las pymes se sitúa en el mismo nivel que en 2015 y es un 9,6% más baja que en 2009.
Ganancia de poder adquisitivo
Aunque este incremento sostenido de la mínima renta salarial fijada por ley ha estado acompañada de una paulatina pérdida de productividad, sí que ha servido para que esos más de dos millones de asalariados sujetos al salario mínimo sean el único colectivo activo del mercado laboral que ha visto incrementarse su poder adquisitivo en los últimos cinco años. Concretamente, el avance del SMI ha rebasado en un 30% a la inflación.
Evolución del salario mínimo en España
1.123
(4%)
1.080
Euros brutos al mes repartidos en 14 pagas
Entre paréntesis la variación anual en porcentaje
(8,0)
1.000
965,0
950,0
(3,6)
900,0
(1,6)
(5,5)
(22,3)
735,9
(4,0)
707,7
648,6
655,2
645,3
641,4
641,4
633,3
(8,0)
624,0
(0,6)
(0,5)
(1,0)
(0,0)
(1,3)
(1,5)
(4,0)
10
11
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2024
Fuente: Ministerio de Trabajo
ABC
Evolución
del salario mínimo
en España
Euros brutos al mes repartidos en 14 pagas
Entre paréntesis la variación anual
en porcentaje
(4)
624,0
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633,3
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641,4
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641,4
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ABC
Fuente: Ministerio de Trabajo /
El incremento real del salario mínimo, es decir, descontando el incremento de la inflación a lo largo del periodo es 2,5 veces mayor que el aumento medio de esos países. Con relación a los países más grandes, la subida real del salario medio español durante el período mencionado duplicó la de Alemania y Corea del Sur, más que triplicó la de Japón y Australia y multiplicó por seis o más los incrementos registrados en países como Canadá, Francia y Reino Unido. El incremento por encima de la inflación del salario mínimo español también fue prácticamente el doble que el de Portugal, que alcanzó a 17,2%.
Merma de la creación de empleo
Tal y como advierte Cepyme, la subida del SMI de los últimos años ha impactado con mayor fuerza en el empleo de las tareas elementales. Hasta 2018, los ocupados en tareas elementales y no elementales crecían a la par: cerca del 13% en los cinco años previos. Desde entonces, cuando comenzó a subir fuertemente el SMI, los ocupados en tareas elementales crecieron una tercera parte que el resto de los ocupados (3,2% y 9,7% respectivamente, entre los terceros trimestres de 2018 y 2023).
De haber seguido creciendo a la par, ahora habría unas 163.000 personas más trabajando. «Empleos cuya no creación golpea a colectivos específicos: jóvenes y personas sin experiencia y/o capacitación», apunta los expertos.
El panorama actual dibuja una mayor homogeneidad retributiva a nivel nacional sin tener presente la productividad del territorio, del sector, ni del tamaño de empresa. La productividad de las pequeñas empresas es menos de la mitad que la de las de más de 250 trabajadores, diferencia que alcanza cotas mayores en algunos sectores y territorios. «Esto implica que cualquier incremento del salario mínimo afecta de forma distinta los márgenes y la rentabilidad de las empresas, y, por tanto, incide en mayor medida en las de menor tamaño», advierte la patronal.
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La menor competitividad de estas empresas dificulta, en términos generales, la posibilidad de repercutir el aumento de los costes salariales al precio final. Las tensiones salariales se acentúan exponencialmente en las empresas de menor tamaño, lo que afecta tanto en su plano económico como en la gestión de sus recursos humanos. Las pymes españolas tienen cada vez menos margen para soportar un incremento de los costes salariales, máxime cuando hay que añadir el aumento de los costes no salariales (insumos, servicios, energía, etc.) como consecuencia del generalizado proceso inflacionario.
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