La SEPI busca un 'caballero blanco' con el que entrar en Telefónica
El brazo industrial del Estado confirma al supervisor su intención de explorar vías para contrarrestar la participación de la saudí STC en la operadora
Renace el sueño socialista de la creación de un gran grupo de las telecos y la defensa bajo el paraguas público
Repsol, BBVA, Naturgy, Caixabank, Iberdrola, Telefónica... Sánchez, al asalto del Ibex
La presidenta de la SEPI, Belén Gualda
Abierta la veda. La vuelta del Estado español a engordar su presencia en las tripas de las grandes empresas del Ibex 35 está sobre el tapete, y nadie está exenta de ser 'asaltada', tal y como explicaba este periódico el pasado domingo. Y el Gobierno Sánchez ya no esconde sus cartas ... , si bien el lunes intentó no descubrirlas del todo. Era un secreto a voces, que definitivamente no ha podido tapar. Y es que a primera hora de la mañana de ayer, tras el bombardeo de informaciones de la prensa dando por hecho que el brazo industrial del Estado -la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales- estaba 'explorando' vías para lograr un paquete accionarial en Telefónica, la propia Sepi se veía obligada a dar explicaciones al organismo supervisor. De hecho, según ha podido saber ABC, la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) pedía prontas respuestas a los protagonistas implicados.
«La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) viene monitorizando la situación de Telefónica, S.A. y está llevando a cabo un análisis exploratorio interno relativo a una eventual adquisición de una participación accionarial en dicha compañía. Dicho análisis por parte de SEPI no presupone la adopción de una decisión que suponga dicha adquisición», rezaba el comunicado de SEPI. Eso sí, de llevarse a cabo, supondría el regreso del Estado al accionariado de Telefónica, 24 años después, tras su salida en 1997 y la posterior privatización total de la compañía en 1999.
¿La contrariedad? que el día previo el propio Ministerio de Asuntos Económicos de Nadia Calviño medio negaba la mayor, y tildaba de «rumores y especulaciones» las informaciones, amén de que recordaba que «el Gobierno no hace ninguna consideración en público puesto que es información sensible en Bolsa», aseguraban fuentes oficiales. El caso es que el Gobierno ha querido dejar claro por activa y por pasiva, desde el mismo día del anuncio a primeros de septiembre de la compra de hasta un 9,9% de Telefónica por parte de la operadora Saudi Telecom Company (STC), que considera a la mayor operadora de telecomunicaciones española como una de las empresas más estratégicas en España.
De hecho, lo más reciente en el tiempo, fue en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros del pasado lunes, donde la ministra portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez, sin entrar a valorar la información publicada horas antes afirmaba que «Telefónica es una empresa estratégica para España por su papel en el ámbito de las telecomunicaciones, pero también en el de la defensa, y no vamos a comentar cada información que se publica, por la prudencia que exige esa relevancia estratégica». Idéntica postura que unos días antes mantenía Calviño ante la prensa.
Se trata en cualquier caso, según las fuentes del Gobierno, de la defensa, en definitiva, de la 'españolidad' de una empresa estratégica que siempre ha formado parte del sueño en el ideario socialista de crear un gigante de las telecomunicaciones y de la defensa en el país, que bien podría ser fruto de la fusión entre Telefónica e Indra (participada con el 27,9% por la Sepi). No en vano, fuentes financieras conocedoras de los contactos entre el Gobierno y grandes empresarios afines, aseguran a este periódico que se están tanteando opciones en busca de una suerte de 'caballero blanco' que adquiera hasta el 5% de la operadora por unos 1.000 millones para equilibrar la entrada de STC, que se conformaría con el 4,9% que ya ostenta. O la opción de dividir ese 5% entre Sepi y el 'empresario amigo'.
STC renunciaría a un 5%
En cualquier caso, tal y como avanzó ABC, STC renunciaría a convertir en acciones con derecho a voto el 5% que ostenta en derivados y mantendría tan solo su 4,9% del capital de Telefónica, después de que sus representantes legales en España lo comunicaran extraoficialmente a La Moncloa hace un par de semanas, todo en pos de estrechar las relaciones empresariales y de inversiones cruzadas entre ambos países. Sin embargo, puestos en contacto con la operadora saudí esta lo desmiente.
En los planes del fondo soberano saudí también estaría la idea de formar parte del núcleo duro de decisiones en Telefónica, con un representante en su consejo de administración, a pesar de ceder el otro 5%. Queda lejos pues sus primeras intenciones cuando hizo pública la compra de hasta casi el 10% a primeros de septiembre, por 2.100 millones de euros convirtiéndose así en el principal accionista de la teleco española (por delante de BBVA, BlackRock y Caixabank, todos en el entorno del 5% respectivamente) y con la intención de pedir una vez consolidada su participación al menos dos consejeros.
Al sumar un 9,9% se quedaba justo por debajo del conocido como 'escudo antiopas', pero el Gobierno debía autorizar la compra de ese 5% debido, como decíamos, al carácter estratégico de Telefónica en el ámbito de la defensa y la seguridad nacional. Desde entonces, ni Telefónica ni STC ni el Gobierno habían movido ficha. Si bien, durante la presentación de resultados, STC volvió a expresar su interés por entrar en Telefónica, a la que volcía a calificar como «una de las mayores compañías de telecomunicaciones del mundo».