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Semillas de emprendimiento digital en el rural gallego

Una red de polos públicos da a un millar de proyectos de autónomos y empresas, el 11 % de fuera de Galicia, los medios para crecer y vivificar el tejido regional

Las mujeres lideran el emprendimiento emergente en Galicia, que alcanza el segundo valor más alto en trece años

Imagen de una de las actividades de asesoramiento del polo de Ferrol CEDIDA (XUNTA)
Pablo Baamonde

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Dar el salto al emprendimiento no es tarea sencilla. La supervivencia de un proyecto es frágil, más aún cuando acaba de nacer; y la ayuda suele escasear. Con eso en mente, el gobierno gallego ha puesto en marcha una iniciativa pública, los Polos de Emprendimiento y Apoyo al Empleo, centrada en atraer firmas, fijar empleo y desarrollar el tejido empresarial en el rural de Galicia. Con un claro enfoque hacia lo digital, un soporte del que beben cada vez más las 'startups' nacientes, ofrece un servicio de acompañamiento y de asesoramiento, planes adaptados a cada proyecto, cursos de tutorización y 'networking'. Un modelo ya operativo en once polos —con cuatro más que entrarán en funcionamiento hasta final de año— y del que se benefician cerca de un millar de proyectos, tanto de autónomos como de empresas, de dentro y fuera de la Comunidad.

Es el caso de DataSpartan, una firma que se especializa en la investigación, desarrollo e implementación de soluciones tecnológicas a medida para compañías mediante el manejo de Inteligencia Artificial (IA), 'big data' y 'machine learning'. En su caso, vio en los polos una ocasión para conectar con otros emprendedores y con la Xunta y sus líneas de ayuda. Una de las socias de la empresa, y directora de áreas de negocio, Mónica Seoane, relata a ABC que les interesaba, por un lado, «tener ese canal más directo para poder trasladar las necesidades» de empresas como la suya, «de reciente creación» pero no «en esa fase tan inicial» como otros emprendedores que también se inscriben; y «consolidar el crecimiento y el empleo» que habían generado.

El otro objetivo era «participar» en el ecosistema de los polos —en su caso, en el de Ferrol—, darse «a conocer» y ofrecerse, también, «para colaborar con otros emprendedores» a los que pudiesen «ayudar» desde su experiencia, «incluso, a llegar al primer prototipo de su producto». «Como toda iniciativa que comienza, creemos que seguirá mejorando y evolucionando», augura Seoane, y «sobre todo» esperan que lo haga «ampliando el foco» de cara a afianzar la trayectoria de las firmas con recorrido a sus espaldas.

Desde la distancia

También hay quienes, desde la distancia, posan su mirada en la oportunidad que ofrece el rural gallego. Así sucede con Carlos Santamarina y su firma, Colmena Solutions, con sede en Guatemala y especializada en estrategias de marketing digital y producción de contenido para sus clientes. Santamarina, que ya contaba con experiencia en el ámbito de la comunicación, se apuntó también al polo ferrolano con un objetivo: llevarse su empresa y darla de alta en Galicia. «Me puse en contacto y empezamos a reunirnos allá por agosto. En Guatemala no tenemos ninguno de estos programas de ayuda, ni subvenciones, ni asesorías; por eso, [la iniciativa] abre otra puerta que desconocía completamente hacia todo tipo de acompañamiento y de ayudas (...), y ahí es donde veo la oportunidad de desarrollar mi negocio. Lo que ya tengo construido en Guatemala, pero adaptado desde cero», explica en conversación con este periódico.

El 11% de los emprendedores que toman parte en los polos lo hace, como Santamarina, desde fuera de Galicia. Por cómo están estructurados, permiten que cualquier interesado se incorpore con su proyecto cuando lo necesite; no hay fechas de admisión ni límites y «la persona emprendedora pone el ritmo según la prisa que tenga por avanzar». La metodología va por etapas y en función del estado del proyecto: emergencia (definición del negocio), exploración (validación en el mercado previa al lanzamiento), ejecución (mejora y optimización de los procesos) y expansión (fijación de nuevos retos o destinos).

La experiencia, para Santamarina, está siendo «totalmente positiva y muy integral». «Más allá del emprendimiento, hemos hablado de acceder a becas para estudiar maestrías, de diferentes tipos de ayudas, de programas de networking... Estoy viendo cursos y seminarios en línea que nos mantienen al tanto, además de ir construyendo con el método de los polos el desarrollo del plan de negocios», cuenta. Desde ultramar, echa mano de la plataforma digital para tomar parte en las distintas iniciativas. Es una opción recurrente: según la Xunta, cerca de la mitad de las más de 2.500 sesiones de tutorización que ha habido hasta el momento se realizaron de forma online. Y también se está preparando otro espacio digital para que los emprendedores se conozcan, hagan red entre ellos y aprovechen las sinergias que se puedan dar, vivan donde vivan.

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